México D.F. Martes 19 de agosto de 2003
El fundador y director de Anagrama critica la
proliferación de premios literarios en España
Fomentar la lectura es tarea de Estado, no de editores:
Herralde
Nuestro deber, publicar libros interesantes para que
el público siempre exija lo mejor, señala
MONICA MATEOS-VEGA
El editor Jorge Herralde, fundador y director de Anagrama,
defiende su "radical independencia" y sostiene que el fomento a la lectura
es tarea de los ministerios de Cultura de cada país, no de los editores,
quienes deben dedicarse a publicar libros interesantes para que el público
siempre exija lo mejor.
De visita en México para presentar su libro Flashes
sobre escritores y otros textos editoriales (Ediciones del Ermitaño,
2003), el también impulsor del premio que lleva su nombre, dotado
de 18 mil euros, criticó la proliferación de galardones literarios
en España, lo cual genera obras efímeras, "que tienen un
impacto de fin de semana; por eso debería haber sólo cuatro
o cinco premios, para que el impacto de cada libro fuera grande".
Apasionado de la industria
En
el Palacio de Bellas Artes, en las primeras declaraciones que ofreció
a prensa mexicana luego de su arribo al país, el pasado sábado,
y de un dominical recorrido por librerías defeñas en compañía
del escritor veracruzano Sergio Pitol, Herralde se definió como
"chismoso apasionado de las biografías de editores y todo lo que
tiene que ver con la industria".
Afirmó que el éxito de una editorial depende,
entre otros asuntos, "por supuesto de su catálogo y de una curiosidad
permanente hacia lo que se está publicando en otros países".
Acerca de la crisis económica que afronta este
año la industria editorial en todo el mundo, dijo que muchas editoriales
independientes en España "han tenido que plegar velas, pero otras
sobreviven incluso mejor que los grandes grupos".
Relató que Anagrama comenzó en los años
70, publicando principalmente ensayos, "porque era la época del
antifranquismo, de tantas esperanzas revolucionarias. A partir de los 80
la literatura fue progresivamente adquiriendo importancia. No obstante
lo difícil de los primeros años, nunca tuve ni he tenido
necesidad de vender la editorial. Así fuimos conformando un catálogo
apetecible. Nuestra capacidad financiera era casi de cero, pero tratamos
de seducir a autores interesantes para que publicaran con nosotros, sin
dejar de estar al pendiente de ediciones pulcras, más bonitas, ni
de hacer un gran esfuerzo de promoción".
Herralde consideró que ante la "superconcentración"
editorial, la vida de los libros se ha acortado mucho, por lo cual es importante
tener una coherencia de catálogo y un cuidado extremo en la edición.
Reveló que muchas veces le han ofrecido pertenecer
a los grandes consorcios editoriales, pero "no le he visto ninguna utilidad.
Anagrama es una editorial personal, no le tengo que dar cuentas a nadie,
puede ir bien, muy bien, regular o mal, pero sus intereses son básicamente
culturales y políticos. Esa es la clave".
Puntualizó que si bien su editorial no busca "el
best seller puro y duro", muchos de sus títulos se han convertido
en eso, mejor dicho, en "long sellers", pues hay títulos
que van de los 10 mil a los 50 mil ejemplares vendidos a lo largo de su
existencia en el mercado, entre ellos las obras de autores como Truman
Capote, Vladimir Nabokov y Paul Auster. "Se trata de un fondo editorial
muy vivo", apuntó.
Anagrama recibe en promedio mil 500 manuscritos al año
para su posible publicación, sin contar las obras de los autores
de la casa. Lanza 200 rediciones al año, unos 75 nuevos títulos
y 25 para su colección de bolsillo. Entre sus próximas novedades
estará obra póstuma del escritor chileno Roberto Bolaño
(un libro de cuentos y cinco novelas), así como algunos textos de
los mexicanos Guillermo Fadanelli y Mario Bellatin.
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