Esta semana habrá un nuevo encuentro para intentar solucionar el conflicto

Comuneros y colonos de los Chimalapas, "dispuestos" a llegar a un arreglo justo

MATILDE PEREZ U.

Los habitantes de la colonia agrícola y ganadera Cuauhtémoc "no estamos con la idea de dar la vida por la tierra, sino por una solución justa e imparcial", dijo su presidente, Eulogio Olivera, al referirse a la disputa que por 13 mil hectáreas mantienen desde hace 47 años colonos y comuneros de Santa María Chimalapa, Oaxaca.

A una semana de que se lleva a cabo en la ciudad de México un nuevo encuentro entre las partes en conflicto con la intervención de la Secretaría de la Reforma Agraria y del gobernador de Oaxaca, José Murat, el presidente de la colonia apuntó que los documentos que los acreditan como propietarios de dicha superficie ya fueron "revisados y sancionados por el Tribunal Agrario, pero si aún hay dudas los llevamos a la mesa de diálogo para que lo revisen personas con la suficiente calidad moral".

El conflicto llegó a su punto más tenso en marzo de este año, tras la salida de 60 familias de Chalchijapa, luego de recibir la advertencia de los colonos de que si no se adherían a ellos serían desalojados, ello debido a su participación en el brecheo que desde diciembre habían iniciado los comuneros de Santa María para establecer los límites entre la colonia y la comunidad.

En abril, colonos retuvieron a 118 comuneros, a quienes -según versión del presidente de la Cuauhtémoc- "les encontramos seis armas de grueso calibre, como quedó asentado en el recibo de entrega que nos entregó el Ministerio Público Federal asentado en Matías Romero", municipio al que pertenece la colonia.

Días después se suscitó un enfrentamiento entre colonos y comuneros en el que murió el entonces presidente de la colonia Cuauhtémoc, Andrés Luis Luis. En el expediente 247/2003 quedó asentado que, de acuerdo con la versión de los colonos, Luis Luis, acompañado de Anselmo Reynaldo Díaz Rodríguez y Noé García Vázquez, se presentó a dialogar con los comuneros de Santa María hasta el punto en que realizaban el brecheo, pero "lo recibieron a balazos y después le dieron de machetazos; cuando quisimos ir a recoger el cuerpo nuevamente dispararon y se retiraron a su comunidad".

Por su parte, Gilberto Pacheco, comunero de Santa María Chimalapa, recordó que en 1987 los comuneros ofrecieron a los colonos que están asentados dentro de las 13 mil hectáreas en disputa, reconocerlos como comuneros y en 1993 propusimos la conciliación para llegar a un acuerdo de pacificación. Los colonos no aceptaron y el problema continúa.

"Nosotros estamos en la mejor disposición para alcanzar un acuerdo para que haya tranquilidad en la zona", aseguró.

A las comunidades Santa María y San Miguel Chimalapa les pertenecen 460 mil hectáreas de la selva zoque, considerada la superficie más importante de las selvas tropicales húmedas del sureste mexicano. A pesar de su importancia ecológica por ser área de recarga de acuíferos, centro de diversidad de plantas y albergue de especies endémicas, prosigue la devastación de sus recursos debido al contrabando de maderas preciosas, narcotráfico, ambos factores reconocidos por los gobiernos federal y estatal.