"Me produce la misma emoción que hacerlo en otro teatro", afirma la intérprete

Cantará Chavela Vargas en el Carnegie Hall el 15 de septiembre

Temas como La Llorona, Somos y Luz de luna, que la artista ha hecho emblemáticos, seguramente se escucharán en el recinto de Nueva York Los boletos costarán de 25 a 80 dólares

JUAN JOSE OLIVARES

A sus 84 años, la cantante Chavela Vargas debutará el próximo 15 de septiembre en una de las más importantes salas de conciertos en el mundo: el Carnegie Hall, de Nueva York.

"Chavela tiene la casta de (Edith) Piaff o (Billie) Holiday. Costó trabajo, pero el concierto está totalmente planchado", comentó el cineasta Alejandro Springell, quien junto con OCESA Presents (filial de CIE en Estados Unidos), coproducen esta única presentación de la cantante nacida en Costa Rica y naturalizada mexicana en el auditorio principal del Carnegie, el Isaac Stern, con capacidad para mil 800 personas y donde se cobrará desde 25 hasta 80 dólares. De hecho, la venta de boletos se inició el pasado primero de agosto. En la coproducción, Springell, quien es un personaje cercano a la intérprete, está a cargo de la parte artística y OCESA de la promoción.

"Desde hace un par de años, cuando me la llevé a que participara en la cinta Frida (en la que Springell intervino como consultor de producción) interpretando la canción La llorona, ya estaba con esa cuestión de su retiro. Aunque ya está un poco cansada, todavía está muy fuerte, por lo que le dije que no se podía retirar hasta que cantara en el Carnegie Hall. Me puse las pilas y lo armé. Conozco a la gente del Carnegie, pero lo que es curioso es que a Chavela, a quien no le gusta nada el tema del cine, hemos sido los cineastas los que la hemos llevado a los mejores escenarios, está fascinada", comentó Alejandro Springell, quien agregó que la unión con OCESA se debe a su relación con Federico González Compeán. "Cuando se lo propuse, ya tenía a Chavela y al Carnegie Hall disponibles, pero les dije que no sabía promover y de inmediato me dijeron que lo querían hacer conmigo. Fue de dos llamadas por teléfono."

Chavela Vargas comenzó a mediados de la década de los 50 de la mano de otro mito de la canción ranchera: José Alfredo Jiménez, a quien la cantante acompañó en sus giras. "José Alfredo fue demasiado: su entrega, su pasión, su dolor, su México. Era un enamorado de su patria: era su inspiración. Con él viví una época de ensueño", comentó Vargas del compositor. La popularidad de la intérprete alcanzó la cumbre en los años 60 y 70. También fue la época de las giras por el teatro Olimpia de París y el Palacio de Bellas Artes de México, las parrandas y las grandes cantidades de tequila.

Pero aún antes, personajes como el escritor Juan Rulfo, el compositor Agustín Lara o los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera la consideraron musa.

Recuperada de salud luego de una intervención para extirparle un tumor y de realizar una gira de ocho conciertos por España y otra presentación monumental en Guadalajara, a Chavela Vargas, quien vive en un rincón paradisiaco de Veracruz (después de que el gobernador Miguel Alemán le regaló una casa), le da lo mismo cantar en el Carnegie Hall que en otro teatro. "Me produce la misma emoción", dice la intérprete de más de 21 títulos.

Cabe señalar que la cantante interpretará el mismo repertorio que acostumbra presentar en otros recitales. Como ella misma ha comentado, el repertorio lo decide entrando.

Chavela ha hecho emblemáticos algunos temas, como La Llorona, Somos, Luz de luna y Canción teatro, que seguramente se escucharán en el teatro de Nueva York con los acompañamientos de los guitarristas Miguel Peña, de México, y Juan Carlos Allende, de Argentina.

La vida y México, su escuela

Sin duda, lo que ha llamado la atención es su anárquica forma de ser. Pistola en cintura e introduciéndose grandes cantidades de alcohol, Vargas cayó allá por los años 80 en un alcoholismo que casi la aleja de los escenarios. "Estrenaba un coche el viernes y el lunes ya no tenía nada; me emborrachaba y me iba a cantar por las calles, llegaba tarde al show. Yo tomaba tequila, todo me lo tomé, por eso no quedó nada allá. No fui a la universidad ni a un conservatorio; mi escuela fue la vida y México, ambos me hicieron llorar sangre, pero triunfé y no me considero una cantante chafa", comentó el año pasado a La Jornada.

Vargas nunca estudió música; su inspiración fueron esos cantantes vernáculos de la época dorada de la radio, como Pedro Infante, Jorge Negrete, Pepe Guízar o María Luisa Landín. "Tuve que luchar, enfrentarme a ellos, oírlos cantar y aprender tanto en las reuniones bohemias como en mis casas, que fueron la XEB y la XEW".

Pero su mayor lucha fue vencer al alcoholismo. Y en eso tuvieron que ver personalidades que la admiraban, como el cineasta manchego Pedro Almodóvar. Vargas no sólo participó en el soundtrack de la película Tacones lejanos, con la canción Luz de luna, sino que además tuvo una breve aparición en La flor de mis secretos.

"En el momento más importante de la película, digo: 'Tómate esta botella conmigo, y en el último trago me besas', qué divino Ƒno?", señaló Chavela al respecto.

"Nadie, exceptuando a Cristo, puede abrir sus brazos como Chavela Vargas", comentó por su parte Almodóvar.

Desde 1985 la llamada por Joaquín Sabina "dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena", quiere retirarse, pero no la dejan.