México D.F. Miércoles 6 de agosto de 2003
Descartan empresarios que se apruebe antes de
las elecciones de noviembre de 2004
La reforma migratoria en EU: mucho ruido y nulos avances
Demócratas y republicanos ven el tema como una
forma para atraer votantes latinos
Hablar sobre enmiendas a la ley se ha convertido en
un tipo de entretenimiento en el Congreso
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 5 de agosto. El anuncio de que tres
influyentes legisladores republicanos habían introducido en las
dos cámaras del Congreso la primera iniciativa en más de
cuatro años para reformar la ley de inmigración provocó
entusiasmo y ánimo entre muchos defensores de los derechos de los
migrantes, inclusive entre quienes criticaron ciertos aspectos de la medida.
La bienvenida y apoyo a cualquier proyecto legislativo,
aun uno calificado por algunos de bastante imperfecto, es un indicio del
nivel de desesperación entre los promotores de una reforma real.
Aunque hablar de una reforma migratoria es un tipo de
entretenimiento popular en el Congreso, la retórica no se ha convertido
en hechos. En los años recientes no se ha aprobado ninguna legislación
significativa sobre el tema, a pesar de un amplio apoyo de diversos sectores
empresariales, laborales y latinos. Ahora políticos demócratas
y republicanos parecen ver el asunto como otra manera para reclutar votantes
latinos, pero al parecer casi todos están más interesados
en hablar de una reforma migratoria que en hacer algo al respecto.
En este contexto, el proyecto de ley presentado por el
senador John McCain y los representantes Jim Kolbe y Jeff Flake el último
día de sesiones de la Cámara baja, antes de las vacaciones
de verano, fue interpretado por muchos, mínimo, como una indicación
de alguna acción sobre el tema. "Este proyecto de ley es una contribución
importante para revitalizar el debate sobre la reforma de inmigración
que ya está más que pendiente", consideró el Consejo
Nacional de la Raza en una declaración en la que también
manifestó "serias preocupaciones" por algunos detalles de la iniciativa.
El Foro Nacional de Inmigración ofreció una evaluación
parecida.
La iniciativa de Ley de Mejoramiento de Seguridad Fronteriza
e Inmigración propone legalizar a indocumentados mediante un alargado
y complicado proceso y un nuevo tipo de programa de trabajadores huéspedes.
"Esta es la primera vez en más de cuatro años que se ha introducido
un proyecto de ley integral para reformar las normas de inmigración
de este país", señaló el representante Kolbe al presentar
la iniciativa. "Esta legislación no va a satisfacer a todos, pero
la pregunta es si ellos desean hacer una declaración política
o si quieren legislación promulgada en ley".
Pero los propios autores de esta iniciativa dudan que
pueda convertirse en ley. Un día después de su introducción,
Kolbe ya tenía un tono pesimista. En una entrevista con un rotativo
de Arizona, indicó que ni siquiera puede asegurar que el proyecto
"gozará" de un debate formal en el Congreso. "Hay pocos temas tan
polarizados como éste en el país", comentó Kolbe al
Arizona Daily Star. "De alguna manera tenemos que encontrar el centro,
y eso es lo que estamos intentando hacer con esta legislación."
John Gay, vicepresidente de asuntos gubernamentales de
la Asociación Americana de Hoteles y de la Coalición de Inmigración
de Trabajadores Esenciales (agrupación empresarial que representa
a negocios que emplean en conjunto a más de 11 millones de trabajadores),
dijo esperar que por lo menos la iniciativa dé un impulso al debate.
La postura de los empresarios
Por otra parte, Randel Johnson, vicepresidente de la Cámara
de Comercio de Estados Unidos, declaró que "a estos legisladores
se les debería apreciar por reconocer que nuestro sistema de inmigración
está roto y requiere reformas fundamentales". Agregó que
"estamos dispuestos a trabajar con ellos y otros para mejorar el proyecto
de ley y promulgar una reforma integral de la inmigración".
Pero aun con sus entusiastas expresiones, estas agrupaciones
empresariales no están apoyando esa iniciativa, porque carece de
un apoyo amplio bipartidista. En privado, varios líderes empresariales
comentaron a La Jornada que no creen que tenga grandes posibilidades
de ser aprobada antes de las elecciones federales de noviembre de 2004.
Tal vez el obstáculo principal para una reforma
real es la economía. Con una tasa de desempleo alta, pocos políticos
están dispuestos a apoyar este tipo de propuestas que, en teoría
por lo menos, permiten el ingreso de más trabajadores a este país
para competir por cada día menos fuentes de empleo.
Pero, por otro lado, como reconoció Kolbe, los
temas de migración son difíciles de explicar al público,
y a los opositores les resulta fácil descalificarlos. Fue por esta
razón que cuando presentaron su proyecto, los tres legisladores
tuvieron que declarar de entrada que "no es una amnistía", aunque
una parte de su propuesta permite que los indocumentados usen un proceso
para "legalizarse" y hasta la oportunidad a largo plazo de obtener la ciudadanía.
Hasta los liberales están enfrentando dificultades
para desarrollar y promover iniciativas sobre el tema por el actual clima
político. Los líderes demócratas de ambas cámaras
insisten en que es necesaria la "regularización" de los indocumentados,
pero no sólo no han logrado presentar una propuesta legislativa
y promoverla, sino que los republicanos acaban de ganarles la carrera para
introducir un proyecto de ley concreto.
Este año, grupos de defensa de inmigrantes, latinos,
algunos sindicatos y líderes empresariales han repetido que desean
apoyar una reforma y muchos se han quedado esperando la presentación
de un proyecto redactado por el senador Edward Kennedy, que contaba con
el apoyo de varios republicanos. Pero el proyecto no se ha dado a conocer
y los asesores de Kennedy dicen ahora que no tendrán la propuesta
sino hasta el otoño. Para entonces las elecciones primarias presidenciales
ya estarán realizándose, y pocos demócratas parecen
estar dispuestos a pronunciarse sobre un tema tan controvertido. Hasta
la fecha ninguno de los nueve precandidatos presidenciales demócratas
ha hecho de la migración un tema central de sus campañas.
Por su parte, los republicanos tienen graves problemas
dentro de su partido sobre el tema de la inmigración. A pesar de
la retórica del presidente George W. Bush en favor de los indocumentados,
el ala ultraconservadora republicana se opone a toda liberalización
de las leyes de inmigración y ha logrado no sólo obstaculizar
nuevas iniciativas, sino lanzar efectivas ofensivas contra cualquier medida
que consideren podría abrir esa posibilidad.
Por ejemplo, varios legisladores se han sumado a la campaña
contra las matrículas consulares, que busca anular su legitimidad
y prevenir a los bancos y otras instituciones a que acepten éstas
como identificación oficial legítima.
"Los asesores del presidente George W. Bush están
atrapados entre sus deseos para cultivar a los latinos y su deseo de no
enajenar la base ultraconservadora", explicó recientemente un analista.
"Hasta el momento, parece que les preocupan más los ultraconservadores."
|