Negociaciones estancadas por los conflictos entre EU y la Unión Europea, afirma Walden Bello

Cancún representará el tercer fracaso consecutivo de la OMC: Peter Rossete

Vía Campesina exigirá al organismo que salga de la agricultura, asegura la Unorca

ROSA ELVIRA VARGAS

Para quienes se oponen a los sistemas de despojo y explotación de las grandes empresas agroexportadoras mediante la Organización Mundial de Comercio (OMC), la reunión ministerial de Cancún, "no será la batalla final, pero sí resultará muy importante, para ver qué futuro queremos''. Las protestas que se organicen en torno a ese encuentro serán fundamentales para mostrar que se trata de un modelo fracasado, "que el emperador está desnudo y eso se acabó''.

Peter Rossete, de la organización Food First, resumió de ese modo las tareas que tienen por delante las organizaciones del mundo que en torno al movimiento Vía Campesina se darán cita en Cancún para, en palabras de Alberto Gómez, de la Unorca, "exigir que la OMC salga de la agricultura, e impedir el avance de las negociaciones agrícolas''.

El propio Rossete dijo que las protestas masivas que se preparan para la segunda semana de septiembre en aquel punto caribeño no buscarán impedir la reunión ministerial de la OMC, pero sí ''controlar el imán de la imagen; aunque ellos quieran simular que fue un éxito, para mantener el mito de que la liberalización comercial es inevitable, tenemos que enviar el mensaje de la movilización y patentizar que éste será el tercer fracaso consecutivo de la organización, después de Seattle y Doha''.

En el primer día del encuentro Rumbo a Cancún: soberanía alimentaria en lugar de libre comercio, al que se han dado cita representantes de organizaciones campesinas de diversas partes del mundo, se presentaron detallados y puntuales informes sobre los efectos nocivos de las políticas aplicadas por las grandes corporaciones trasnacionales, apoyadas por gobiernos como el de Estados Unidos.

De nuevo Peter Rossete apunta: "La estrategia de estas empresas es crear una economía mundial donde no se coma lo que se produce, sino lo que generan los grandes complejos agroexportadores; esto es, que no se gane por lo que se produce, pero sí por lo que se comercia''. Es la tesis inversa a lo que postula Vía Campesina,

Los springbreakers del libre comercio, como los definió Luis Hernández Navarro, del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), vienen a Cancún, "para derribar las barreras que protegen las agriculturas campesinas, controlar los mercados agrícolas mundiales, apropiarse de la vida de todos mediante patentes, desmantelar los sistemas de salud pública y avanzar en el establecimiento de nuevos compromisos en el terreno de las inversiones extranjeras, compras gubernamentales, políticas de competencia y facilidades aduanales''.

Y Walden Bello, de Focus, al hablar de la actual hegemonía en Estados Unidos de las elites militares, resaltó los esfuerzos de la administración de George W. Bush por imponer el proteccionismo en su país y en la OMC: "no tiene deseos de ceder nada en la agricultura ni en los productos farmacéuticos ni de salud pública''.

Las negociaciones en ese organismo se encuentran estancadas entre otras razones, apuntó, por los conflictos entre Estados Unidos y la Unión Europea pues cada uno quiere culpar al otro sobre los subsidios agrícolas, pero en ese contexto figura también el cada vez mayor rechazo a las negociaciones de la OMC.

Hizo suya aquella frase de The New York Times de que hoy las dos grandes superpotencias son Estados Unidos y la sociedad civil global, e indicó que la respuesta al llamado mexicano contra el libre comercio "tendrá un potencial real de que algo suceda en Cancún''.

Ana de Ita, también de Ceccam, ilustró el efecto de la apropiación de las grandes empresas agroindustriales sobre los cultivos nacionales con el caso del maíz mexicano. Esta semilla y los campesinos que la producen, apuntó, "son perdedores netos de la negociación del TLCAN y de las políticas agrícolas de México. Uno de los resultados más evidentes es que las grandes corporaciones trasnacionales que controlan el mercado mundial de granos han fortalecido su presencia en México y avanzan velozmente en el control del mercado interno''.

El resumen de lo que hay detrás de Cancún en septiembre, fue planteado por Alberto Gómez: "para la mayoría de los países subdesarrollados, una mayor reducción de la protección -que es el objetivo de la OMC- potencia los efectos de dumping y afecta directamente a los pequeños productores y a su soberanía alimentaria. La obsesión de las grandes potencias agrícolas y las empresas agroexportadoras por reducir las barreras a la importación y prohibir la protección directa o indirecta a la producción no tiene como objetivo combatir el hambre o mejorar la oferta, sino obtener ganancias''.

Por su parte, Silvia Ribeiro, de ETC, con sede en Canadá, subrayó que la OMC mundializó las patentes sobre los seres vivos, restringió severamente el acceso a medicamentos y ahora, en su afán privatizador, "va por cada vez más áreas de la vida cotidiana, como los servicios básicos, educación y otros''.

Subrayó que es "especialmente preocupante'' que se pretenda consagrar que la OMC comande y subordine las normativas ambientales y sobre biodiversidad.

Llamó la atención además sobre lo "trágico'' de que México, en su carácter de país megadiverso esté promoviendo vender la biodiversidad y permitiendo que se patenten semillas y recursos campesinos e indígenas, si a cambio reciben un porcentaje de regalías de parte de las multinacionales que se apropiarán ahora sí "legalmente'' de esos recursos.

Llamado a ministros ambientales

En el mismo encuentro se comentó que el gobierno mexicano está llamando a una reunión de ministros de medio ambiente y comercio para el 9 de septiembre en Cozumel, con una agenda en la que destaca la supuesta "protección'' de la biodiversidad mediante las patentes y la venta de servicios ambientales.

Con esto, se concluyó, "lo único que se protegerá será el asalto de las multinacionales a las culturas tradicionales y a los derechos campesinos e indígenas. Son mecanismos para engañar a los grupos campesinos que se presten a comercializar sus derechos en lugar de reclamarlos''.