México D.F. Domingo 27 de julio de 2003
Hay que acercarse a toda la riqueza simbólica y no sólo al trabajo artesanal: Sergio Kokis
Arriesgado, basar la economía en la folclorización de la cultura
El narrador quebequense traerá a México, además de su obra, el debate de la diversidad cultural
La poeta innuit Rita Metsokosho expondrá en encuentro libresco la voz de su comunidad
MONICA MATE0S-VEGA ENVIADA
Montreal, 26 de julio. Si un pueblo indígena basa su economía en la folclorización de su cultura arriesga la lucha por su libertad y por su propia existencia, advierte Sergio Kokis, narrador quebequense de origen brasileño, que además se dedica a la pintura y el ensayo.
Kokis será uno de los asistentes a la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara. (FIL) Aquí no sólo dará a conocer su obra, sino también debatirá con el público y sus colegas mexicanos acerca de un tema que preocupa a casi todos los quebequenses: la diversidas cultural. Incluso, en el ambiente de esta ciudad inquieta un asunto más: la independencia, aspecto que será analizado ampliamente el próximo año en Quebec, cuando se lleven a cabo las elecciones para elegir un nuevo gobierno.
En tanto, los escritores quebequenses no sueltan el concepto ''diversidad''. Kokis detalla sus puntos de vista acerca del pueblo innuit, uno de los pocos grupos indígenas que sobreviven en América del Norte: ''los innuit no son sólo una comunidad autóctona que vive en la región ártica, son un pueblo que está luchando por su existencia política; tienen su propia economía, sus recursos naturales, deberían existir como país, porque es muy lamentable que ni siquiera aquí, en Montreal, se les conozca artísticamente, y me refiero a su música, su pintura y, por supuesto, su literatura, no a sus atrapasueños o artesanías de este tipo, porque conocer a un pueblo sólo mediante eso es no respetarlo.
El autor de la novela autobiográfica Le pavillon des miroirs (El pabellón de los espejos) critica que la cultura occidental ''siempre tenga la nostalgia del primitivo perfecto, pero el desprecio del indígena imperfecto''.
En este contexto, la poeta innuit Rita Metsokosho se ha convertido en ''una de las raras autoras indígenas cuya obra ha sido publicada'', según señalan las reseñas literarias. Para la autora la difusión de su obra es la oportunidad de dar a conocer al mundo ''la voz de mi madre, que es la voz de mi pueblo''.
Rita será una de las asistentes más importantes al encuentro libresco de Guadalajara. Nació en la tundra canadiense, en un poblado llamado Ekuanitshit (que significa ''cuida el lugar donde te encuentres''). Sus primeros versos los escribió antes de cumplir 16 años, con un estilo que no ha abandonado, muy cercano a las tradiciones orales de su comunidad.
Sus colegas la definen como poeta intimista y de profunda sensibilidad. En 1995 publicó su primer libro en francés; lo tituló Eshi Uapataman Nukum (Cómo percibo la vida, abuela). A partir de entonces su actividad en el ámbito literario no ha parado: festivales, reconocimientos, pero sobre todo la difusión de los principios básicos de los innuit, a quienes ofende profundamente ser llamados esquimales.
''Los innuit tenemos muchas cosas para compartir con el resto del mundo, sólo nos falta encontrar los medios'', explica la autora, quien ha estudiado arte, filosofía y ciencias políticas en diversas universidades de Québec. Viajera incansable (característica que comparten los narradores quebequenses), Metsokosho afirma que en sus recorridos por Francia, Italia, Colombia y Venezuela aprendió a observar y entender ''las otras formas de ver al mundo". Por eso defiende la idea de que hace falta que cada persona se tome un tiempo para escuchar su interior y después acercarse a los demás".
La poeta pertenece al consejo que gobierna el pueblo donde vive, Mingan, de apenas 500 habitantes. Ella es la encargada de organizar las políticas en materia de educación, salud, servicios sociales para la mujer y, por supuesto, cultura.
En este último rubro se encuentra trabajando en una casa de la cultura innuit en Mingan, ''que será una suerte de escuela innovadora, abierta igualmente a los turistas, donde el arte estará muy presente. Los innuit hablamos nuestra propia lengua y respetamos los territorios para que, de igual manera, se respete nuestra cultura. Más que poeta, soy la voz de esta tierra, la portadora de su palabra."
Innuit significa simplemente "la gente". Actualmente existen unos 40 mil innuit en Canadá, algunos de ellos hablan la versión primitiva de su lengua, el inuktitut, en peligro de extinción. En el siglo XX, los cambios que sufrió este pueblo fueron casi aplastantes en cuanto a su modo de vida. La caza de la ballena boreal ya no es la base de su economía, como antaño; la depredación de esta especie por los europeos las tiene al borde de la extinción.
La vida de este pueblo es difícil, en parte por la "invasión" de la "modernidad". Comunidades enteras fueron desarraigadas, trasladadas y reubicadas. El empleo de la industria minera forzó a los jóvenes a abandonar sus tradiciones y buscar otras opciones de empleo.
En 1999 se creó el territorio Nunavut, donde se les devolvió gran parte de las tierras árticas, desde donde brota la voz de la poeta Mestokosho: ''A través de mis sueños, mi Madre/ la tierra, me lleva a otro mundo./ Viajo con el Gran Espíritu Eterno/ sobre la espalda del águila/ comprendo una voz que me dice:/ Perteneces a la raza ocre;/ por tu sangre correrá el premio de la libertad./ Custodia mi corazón intacto,/ él respira apenas, sálvame...''
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