Estoy "impresionada" por la situación de la mujer chiapaneca: Kerry-Jane Lowery

Propone asesora del CICR elaborar leyes que prohíban agresiones sexuales en conflictos armados

FABIOLA MARTINEZ

Un estudio del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) sobre las mujeres afectadas por conflictos armados, en el que se incluyó información de 60 países, entre ellos México, arrojó como resultado que los ataques indiscriminados, los desplazamientos forzosos, las desapariciones y la violencia sexual como métodos de guerra son algunos de los problemas que enfrenta este género, expresó Kerry-Jane Lowery, asesora del proyecto Mujeres y guerra del propio CICR, quien dijo estar "impresionada" por la situación de la mujer en Chiapas.

La investigación abarcó los temas relativos a seguridad física, violencia sexual, desplazamiento, acceso a la asistencia de salud e higiene y a los alimentos, así como el problema de los familiares desaparecidos, los supervivientes y las situaciones de detención e internamiento.

En una conferencia realizada en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Kerry-Jane Lowery afirmó que las mujeres sufren en situaciones de conflicto armado no por la carencia de leyes que las protejan, sino por la falta de aplicación de las mismas.

En tiempos de guerra las consecuencias de la discriminación, la marginación, la pobreza y el sufrimiento son aún más graves y, sin embargo, las mujeres demuestran "enorme valor y fortaleza como supervivientes y jefes de familia, papel para el cual muchas de ellas tenían poca o ninguna preparación, que se dificulta por las restricciones sociales que, a menudo, pesan sobre ellas".

Señaló que la experiencia de guerra que viven las mujeres es multifacética, lo que implica separación, pérdida de familiares y de medios de subsistencia, heridas, privaciones, muerte y mayor riesgo de violencia sexual.

Dijo que la violencia sexual es usada como método de guerra y da la impresión de que las agresiones de este tipo están estigmatizadas, porque constituyen un atentado al "honor" y no un ataque contra el bienestar físico y psicológico de la mujer.

Apuntó que los actos de violencia sexual se incluyen como delitos per se en los reglamentos del Tribunal Penal Internacional para ex Yugoslavia (TPIY) y del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), así como en el de la Corte Penal Internacional (CPI).

Destacó que se deben incluir normas que prohíban la violación y demás formas de violencia sexual en el ordenamiento jurídico nacional, en los códigos militares y en los manuales de formación para combatientes.

En el estudio se prestó atención a la participación de las mujeres en los conflictos armados como miembros de las fuerzas regulares o de grupos armados y de los servicios de apoyo a éstos. En Nicaragua, dijo, 30 por ciento de los miembros del Ejército Sandinista de Liberación Nacional eran mujeres, y en El Salvador, 25 por ciento del Frente Faradundo Martí para la Liberación Nacional pertenecía a este género.

Más tarde, en entrevista, refirió que el fin de semana pasado visitó Chiapas, en donde participó en una conferencia con varios representantes de organizaciones de derechos humanos: "Me quedé muy impresionada con lo que me han dicho sobre la situación de la mujer, pero no la conozco de manera directa". Sin embargo, resaltó que en todos los lugares "las mujeres tienen una fuerza y dignidad increíble".