México D.F. Martes 24 de junio de 2003
ENTREVISTA /JOSÉ LUIS SANTIAGO VASCONCELOS, TITULAR DE LA UEDO
Policías y no políticos, base del auge del narco
CRISIS EN CARTELES COLOMBIANOS, OCASION PARA VENCER A MAFIAS LOCALES
El director de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada subraya que cuando comandantes de la extinta DFS se incorporaron a la PGR "empieza el flujo de cocaína hacia México y se forma una alianza con narcotraficantes"
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO), afirma que la fortaleza que mostraban hasta hace unos años las organizaciones dirigidas por narcotraficantes mexicanos se debía más al gran poder que tenían los comandantes de instituciones policiacas, que al involucramiento de políticos en esas actividades.
En entrevista, destaca que cuando comandantes de la extinta Dirección Federal de Seguridad pasaron a formar parte de la Procuraduría General de la República (PGR) desde principios de los años 70 y 80, "empieza el flujo de cocaína hacia México y se forma una alianza con narcotraficantes colombianos por ex comandantes como Guillermo González Calderoni, Rafael Aguilar Guajardo o Manuel Aguirre Galindo", este último uno de los actuales jefes del cártel de los hermanos Arellano Félix.
Según Santiago Vasconcelos, considerado candidato natural a ocupar lo que será subprocuraduría de investigaciones contra la delincuencia organizada (SIEDO), menciona que "las organizaciones criminales siempre tratan de establecer un halo de impunidad, y siempre dicen 'fulano o mengano es mi amigo', aun cuando ese vínculo no exista".
"AFIRMACION PERVERSA"
Por ello afirma que las declaraciones del general Jesús Gutiérrez Rebollo -preso desde 1997 por brindar protección al cártel de Juárez-, de que el suegro del presidente Ernesto Zedillo tenía vínculos con los hermanos Jesús, Luis y Adán Amezcua, líderes del cártel de Colima y con otros narcotraficantes como Eduardo González Quirarte, El Flaco, integrante del cártel de Juárez, fue "una afirmación perversa y una forma para tratar de que no se le aplicara la ley".
Sin embargo, deja entrever la existencia de la fotografía a la que muchas veces aludió Gutiérrez Rebollo, en la que supuestamente aparece Fernando Velasco, padre de Nilda Patricia Velasco, esposa de Ernesto Zedillo, acompañado de González Quirarte.
Explica que en los años 90 "los González Quirarte como narcotraficantes estaban en el clóset y estaban expuestos socialmente sólo como grandes empresarios en el sector agrícola y ganadero; tenían edificios; era gente de mucho dinero.
"En ese momento tú podías estar junto alguien sin saber que pertenecía a un cártel; eso puede explicar aquello. Entonces, no es porque hubiera existido una liga, sino porque aparece en esa reunión donde hay gente tan reconocida en el estado de Jalisco, que la Secretaría de la Defensa Nacional le rentaba tierra de la Quinta Región Militar para que la cultivara. Yo te aseguro que la mayoría de la gente conocía a los González Quirarte en Guadalajara y se peleaba por ir a sus fiestas".
Respecto al caso Raúl Salinas de Gortari dice tener "menciones, una serie de testimonios de Guillermo Palomari (ex contador del cártel de Cali), pero son testimonios sesgados".
Además, el titular de la UEDO también se refiere a otro testigo protegido de autoridades estadunidenses, 1Hugo Jiménez Méndez, a quien autoridades de la PGR le asignaron el nombre clave de Juan en 1996, cuando se convirtió en informante de autoridades mexicanas y suizas en la investigación en la cual se buscó establecer los nexos entre Raúl Salinas de Gortari y Juan García Abrego, ex jefe del cártel del Golfo.
"Este famoso Juan resultó ser nada, un mentiroso del tamaño del mundo."
En cuanto a otros políticos que han sido mencionados como colaboradores de organizaciones dedicadas al narco, asegura que en las investigaciones respecto del cártel del Golfo, presuntamente protegido por muchos políticos, "hasta ahorita en las averiguaciones no hay nada, aunque eso no quiere decir que no lo haya".
El funcionario de la PGR afirma que lo que hacía falta para golpear a las organizaciones de narcotraficantes y detener a capos como Albino Quintero Meraz, Benjamín Arellano u Osiel Cárdenas, era "convicción, perder el miedo y tomar conciencia de que el fenómeno de la delincuencia organizada si no es combatido a tiempo nos va a devorar a todos".
Puntualiza que para obtener los logros que ha alcanzado esta administración se conjugaron una serie de factores y personas, un titular de la PGR como Rafael Macedo; un secretario de la Defensa Nacional como Gerardo Clemente Vega, la renovación de las fuerzas policiacas, así como la conjugación de áreas de inteligencia tanto en el Ejército como en la PGR.
Sin embargo, expone que el aumento en el consumo de cocaína en México se explica a partir del posicionamiento de narcotraficantes colombianos en territorio nacional ante detención de capos como Benjamín Arellano y Osiel Cárdenas Guillén, o bien ante la muerte de otros líderes como Amado Carrillo Fuentes y Ramón Arellano Félix.
Desde su óptica, "se observa un panorama de crisis para las organizaciones mexicanas, por un factor que les es externo, que es la aplicación de la ley por parte del gobierno federal, y el involucramiento en el combate a ese delito, cada vez mayor, de las autoridades estatales y municipales".
Pero señala que el panorama de crisis se extiende debido a factores internos en cada grupo, ya que hay una gran competencia, una violencia desatada en forma indiscriminada por seguir conquistando territorios o tomar los de aquellos que han sido debilitados.
En el caso de los Arellano Félix, refiere que esa organización "empieza a tener fallas en el suministro, sobre todo de drogas sudamericanas y empiezan a sustituirlo por drogas sintéticas; hay un debilitamiento real de ese cártel".
Vasconcelos señala que Manuel Aguirre Galindo, El Caballo, uno de los principales líderes de los Arellano Félix, "es otro de los objetivos primarios del Estado mexicano".
En cuanto al cártel de Juárez, refiere que "no hay un aglutinamiento de la organización, sino una escisión en dos bandos, pero trabajan sin rivalidad y sin violencia"; señala que una de las facciones es dirigida por los hermanos de Amado Carrillo Fuentes, Blas y Vicente, además del hijo del Señor de los Cielos, Vicente Carrillo Leyva, y de Eduardo González Quirarte. La otra está encabezada por Ismael, El Mayo, Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, el llamado conciliador de los cárteles en México.
El titular de la UEDO asegura que en este momento las organizaciones colombianas ya no tienen la misma confianza en sus socios mexicanos, ni existe la misma capacidad de negociación, por ello este momento de crisis se ve como una oportunidad para el desmantelamiento de los cárteles nacionales.
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