México D.F. Martes 24 de junio de 2003
Llega a México su nuevo libro Cuerpos
sucesivos, editado por Alfaguara
Vicent sugiere que la inmolación es la forma
sustancial del amor
En literatura el masoquismo se denomina perfeccionismo,
expresa a La Jornada
Recurre el escritor español a la estrategia de
ser su propio lector para interesar a los demás
CESAR GÜEMES
''El masoquismo en literatura -expresa Manuel Vicent-
se llama perfeccionismo." Desde su natal España el escritor, quien
fue galardonado en 1999 con el Premio Internacional Alfaguara de Novela,
platica con La Jornada.
La afirmación anterior de Vicent viene a cuento
por la llegada a México de su nueva obra, Cuerpos sucesivos
(Alfaguara), en la cual el también periodista aborda las relaciones
de pareja con tintes de novela gótica. ''Francamente, éste
no es un buen oficio", señala respecto de la sana obsesión
de superar cada día el éxito que se ha tenido.
Valenciano,
Manuel Vicent es autor de libros como Tranvía a la Malvarrosa,
Jardín de Villa Valeria, Contra Paraíso, Pascua y naranjas,
Las horas paganas, La novia de Matisse y Son de mar, con el
que obtuvo el premio Alfaguara, entre otros.
-¿Qué diría que sucedió entre
el término de La novia de Matisse y personajes como los de
Cuerpos sucesivos, hermanados con la tradición de vampiros
y hombres lobos? ¿Cómo consiguió cambiar tan radicalmente
de atmósfera?
-En casi todas mis novelas siempre hay un ser que se transforma,
alguien que resucita, un náufrago que vuelve a la orilla después
de haber pasado por el abismo, una enferma terminal que es sanada por el
misterio de la belleza. En Cuerpos sucesivos hay una puñalada
final y certera de cuya herida mortal surge un amante nuevo, tal vez renovado.
Me atrae el arcano. Creo que nuestro cerebro sólo es navegable en
una mínima parte. El resto es la oscuridad. También el alma
forma parte de ese abismo. Ese campo literario es prácticamente
infinito.
Triángulo de infinitos lados
-Aceptaría que a veces la pasión física
implica dolor o ciertas variantes de inmolación, como ocurre en
su nueva novela.
-La inmolación es siempre la forma sustancial del
amor. Lo que ocurre es que a veces resulta sumamente placentera, sin contradicciones,
sin agonía. Uno puede inmolarse tomándose un whisky al atardecer
con su pareja, en un bar muy agradable, o puede hacerlo yendo de excursión
con la mujer, los hijos y la suegra y permanecer tres horas en un embotellamiento.
''El dolor físico es una variante, en muchos casos,
porque introduce un elemento misterioso, como un nudo que ata dos almas.
En Cuerpos sucesivos la violencia y el dolor son una mística,
no un sadomasoquismo.''
-Parece que el triángulo es una figura geométrica
necesaria para explicar las relaciones de pareja en el siglo XXI. ¿Pensó
en algo semejante al plantearse el tejido de Cuerpos sucesivos?
-Creo que ese triángulo ha existido siempre, aunque
la mayoría de las veces se produce sólo en la imaginación.
Es evidente que los seres humanos estamos todo el día mejorando
la especie con el deseo. En el autobús, en cualquier fiesta, en
plena calle, en medio de la multitud hombres y mujeres se atraen con la
mirada y van repitiendo el esquema en su subconsciente. La vida de cada
día es un triángulo de infinitos lados. Pero el amor no es
una selección de cuerpos, sino de almas. Cuando encuentras la tuya
en otra persona, es insustituible.
Cada edad tiene sus cartas
-¿Cuerpos sucesivos puede verse como un
manual de seducción?
-Más bien esta novela ha nacido de la convicción
de que en el amor cada edad tiene sus cartas, se establece con las correspondientes
armas. En el amor no hay seres previamente derrotados.
-Tiene usted ''otra vida", la de articulista, ¿se
dirige a un lector muy distinto cuando publica una columna a cuando hace
una novela?
-Es verdad que es un lector diferente el que habita la
imaginación al escribir una novela o un artículo, pero como
siempre escribo para mí mismo no hay problema ninguno. Soy mi propio
lector en cualquier caso. El único que realmente me interesa. Es
la forma de interesar a los demás.
-Alguna vez manifestó que escribir le resultaba
un placer masoquista: ¿Cuerpos sucesivos es la puesta en
palabras de ese placer?
-El masoquismo en literatura se llama perfeccionismo.
Existe la tortura típica del escritor: no se trata de superar la
competencia de los colegas, sino la competencia con uno mismo. Tratar de
superar cada día el éxito obtenido. La angustia de la perfección
conduce a la muerte. Francamente, éste no es un buen oficio.
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