México D.F. Viernes 20 de junio de 2003
Trabajamos "en lo convenido" con grupos campesinos:
Canales Clariond
CNC y CNA señalan que no existe una política
de Estado para el agro
Usabiaga pide distinguir a organizaciones productivas
de las que sólo lucran políticamente
MATILDE PEREZ U.
No hay una política de Estado para el campo ni
se está construyendo, pues no hay instituciones fuertes, sino numerosos
programas dispersos debilitados por presupuestos insuficientes, una medrosa
operatividad de la burocracia, rezagos acumulados y no todos los involucrados
e interesados en el desarrollo agropecuario están en las discusiones
para definir las líneas de acción gubernamentales, apuntaron
la Confederación Nacional Campesina (CNC) y el Consejo Nacional
Agropecuario (CNA).
En los debates temáticos de la 20 asamblea general
del CNA llovieron las críticas al gobierno federal, porque mientras
considera que el Acuerdo Nacional para el Campo (ANC) es el puntal de la
nueva política, los agroempresarios y los cenecistas advirtieron
que "las instituciones públicas están faltando a su misión
de garantizar el desarrollo del campo".
Inclusive
Andrés Rosenzweig Pichardo, asesor del titular de la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa), alertó sobre la creación de varios comités
y comisiones -derivados del ANC- que pueden desestimular la participación
de los actores rurales. Para que su voz quede plasmada verdaderamente en
la política de Estado, dijo, se requiere una actitud democrática
en los estados y municipios, así como dentro de las organizaciones
de productores.
También recomendó a las organizaciones campesinas
que aprendan a trabajar "en un entorno complicado" que incluye un Congreso
de la Unión en el que no hay un partido político que predomine
hasta llegar a las reglas de operación de los diversos programas
del ANC, las cuales deben pasar por varias instancias antes de ser publicadas
en el Diario Oficial.
A manera de respuesta a las críticas emitidas por
el CNA y la CNC, el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond,
dijo en su participación en la asamblea y en posterior entrevista,
que el ANC no es un documento producto del gobierno, sino del consenso
con las organizaciones campesinas y "estamos trabajando en lo ahí
convenido. Con ese documento se pretende poner en blanco y negro todo lo
que se está haciendo para el campo. Difiero de quienes apuntan que
este gobierno no tiene una política gubernamental para el agro".
Sin embargo, en el panel ¿Se está construyendo
una verdadera política de Estado para el campo mexicano?, el
presidente de la CNC, Heladio Ramírez López, apuntó
que las acciones del gobierno siguen circunscritas a los plazos constitucionales
de un régimen y a las inercias burocráticas, y ha reaccionado
confusa y tardíamente a las presiones sociales, con medidas de contención
que han ahondado la pobreza y la crisis en el campo.
Las organizaciones campesinas, destacó Ramírez
López, no pueden aceptar que frente a esa crisis la estrategia gubernamental
se circunscriba a confinarlo todo al mercado y ejercitar un populismo social
ante la pobreza.
El cenecista también incluyó en su crítica
a las agrupaciones campesinas: "para reconstruir el campo necesitamos un
cambio radical en el comportamiento del gobierno, pero también en
las formas organizativas, que deben sustentarse en una nueva conciencia
campesina. Si demandamos que cambien las instituciones, también
las organizaciones tenemos el imperativo de transformarnos".
Refrendó su exigencia al gobierno de hacer un diagnóstico
real y serio de la situación del campo, y no manipular las estadísticas,
dejar de ver a los habitantes de las zonas rurales como "una simple mina
de captación de votos con promesas incumplidas".
Antes, durante la inauguración de la 20 asamblea
del CNA, el secretario de Agricultura apuntó que en esta "época
de grandes cambios y profundas transformaciones" se requieren organizaciones
"formales, profesionales, serias y transparentes, con una sólida
vocación de servicio a sus agremiados; que ya no sean de tipo político,
como se hacía en el pasado, sino que sus objetivos sean la modernización,
productividad, reconversión productiva y comercialización.
Lo que quedó plasmado en su discurso, pero que
no leyó ante los agroempresarios del CNA, fue: "dejemos atrás
todo aquello que desvirtúe la vocación de la gente del campo.
Aprendamos a distinguir la organización productiva de la que sólo
busca lucrar políticamente y actuemos en consecuencia".
A su vez, el presidente del CNA, Armando Paredes Arroyo
Loza, hizo un llamado a los empresarios del campo y a todos los actores
económicos del sector rural a "dejar de lado los debates superfluos
que en ocasiones se revisten de un fundamentalismo anacrónico que
poco aporta al cambio; a sumar esfuerzos con los productores de los países
con los que México mantiene relaciones comerciales, a sostener un
diálogo y concertación con ellos".
En el primer día de actividades de la 20 asamblea
del CNA, el llamado a crear una cultura de la aceptación de la producción
y consumo de los transgénicos, y de que los agricultores evalúen
el avance de las trasnacionales, atrajo la atención de los participantes.
En su extensa intervención, el director del programa de Comercio
y Agronegocios del Instituto Interamericano de Cooperación para
la Agricultura, Miguel García Winder, expuso que en el mundo hay
40 mil trasnacionales. De ellas 500 controlan 70 por ciento del comercio
mundial y 80 por ciento de la inversión; 20 controlan el café;
seis, 70 por ciento del trigo, y una, 98 por ciento del té.
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