México D.F. Lunes 9 de junio de 2003
Es la primera obra para niños que escribió
el dramaturgo canadiense Michel Marc Bouchard
En forma lúdica La historia de la oca
trata el tema de la violencia
Relata el desarrollo de un ser humano en un ambiente
ambiguo: la penumbra y la luz de la fantasía Dirigida por Boris
Schoemann, se presenta en el teatro Orientación
MARIANA NORANDI ESPECIAL
La historia de la oca, estrenada este sábado
en el teatro Orientación, es una de esas obras que se adentran en
un tema cotidiano pero tabú, en una problemática conocida
pero poco hablada. Se trata de la primera pieza que el dramaturgo canadiense
Michel Marc Bouchard escribió para niños y en ella aborda
el tema de la violencia hacia los pequeños y su carácter
hereditario que, como la miseria, se transmite de generación en
generación.
La
puesta narra la historia de un niño llamado Mauricio (Alejandro
Morales) y su mascota, una oca blanca llamada Teeka (Emmanuel Márquez).
En el Québec rural, Mauricio, atrapado entre la pobreza y el oscurantismo
religioso, sueña con convertirse en Tarzán y Teeka con poder
volar. Niño y mascota se embarcan en la aventura de conquistar sendos
deseos, topando con un amargo episodio de traición, sometimiento
y trueque mezquino.
Respeto por los niños
Dirigida por Boris Schoemann, quien por tercera ocasión
monta una obra de Marc Bouchard, la puesta profundiza en el tema de la
violencia, pero sin escenas agresivas. Penetra en una problemática
grave y dramática, pero con un tono lúdico y poético.
Llena de humor y ternura, es una obra para niños (y adultos) que
proyecta un gran respeto por los niños, tratándolos como
seres inteligentes capaces de comprender perfectamente aquellos temas considerados
"de adultos".
El director del montaje comenta al respecto: "Me encanta
el teatro para niños que se hace en Canadá y en especial
en Québec, porque confronta al niño con temas fuertes, pues
ellos también viven situaciones graves. En México muchos
autores que escriben teatro para niños hacen puros jueguitos, presentan
un mundo color de rosa y buscan hacer volar la imaginación del niño.
Los tratan como tontos y creen que el teatro para niños es un género
chiquito. Cuando no es así, es mucho más difícil escribir
buen teatro para niños que para adultos, porque requiere un mayor
nivel de exigencia y compromiso".
Entre bastidores corredizos
En esta obra destaca la escenografía de Jorge Ballina.
A partir de bastidores corredizos, este escenógrafo transporta al
espectador por las diferentes estancias de la casa de Mauricio, logrando
enmarcar la historia en el ambiente ambiguo en el que se desarrolla: entre
la penumbra del drama que vive el niño y la luz que irradia la fantasía
propia de su edad.
Sin embargo, en esta puesta, la creatividad no se observa
únicamente por medio de la escenografía sino, y de manera
especial, también por medio de los recursos histriónicos
de los dos protagonistas.
Emmanuel Márquez, que interpreta a Mauricio de
adulto y a la oca Teeka, desempeña un complicado trabajo actoral.
Por un lado, toma la personalidad perturbada de un adulto que fue un niño
maltratado y, por otro, encarna, por medio de un títere, la fantasía
de ser una oca. En ningún momento las dos personalidades se entrecruzan
o pierden claridad, y logra con ambos personajes gran brillantez dramática.
Alejandro Morales, a su vez, interpreta el papel de un
niño atormentado por una educación violenta. Para ello transita
constantemente por una personalidad de descontrolada permutación
que va del sadismo a la ternura, de la fantasía a la realidad, de
víctima a victimario. Un mismo personaje que, por medio de este
actor, sorprende permanentemente al espectador.
Boris Schoemann explica que desde que empezó a
trabajar este montaje se le han acercado un sinnúmero de personas
maltratadas en su infancia y que ahora tienen gran necesidad de hablar
sobre el tema. Y añade: "Como dice Michel, con esta obra no se va
a eclipsar la tormenta, pero puede lograr calmar el rayo. Si con ella logro
que, al menos, un niño golpeado hable, para mí sería
maravilloso".
La historia de la oca: Teatro Orientación,
detrás del Auditorio Nacional. Sábados y domingos 13 horas.
Entrada 50 pesos.
|