México D.F. Domingo 8 de junio de 2003
El primer doctor en bioquímica de la
UNAM criticó los planes de financiamiento
Las políticas gubernamentales no fomentan investigaciones
de calidad: Ricardo Tapia
México, entre los principales generadores
de conocimientos en neurociencias
ELIZABETH VELASCO C.
A un siglo de la denominada revolución de las neurociencias,
México destaca por sus investigaciones relacionadas con las enfermedades
neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson y otras, sostiene el investigador
nacional emérito del Instituto de Fisiología Celular (IFC)
de la UNAM, Ricardo Tapia Ibargüengoitia.
Las aportaciones de nuestro país se han realizado
mediante el laboratorio del IFC de la UNAM, que con una docena de investigadores
eméritos nacionales y egresados de esa casa de estudios, han logrado
desarrollar modelos experimentales de epilepsia y de muerte neuronal.
"Nuestro laboratorio ocupa el tercer lugar del mundo y
en él trabajamos en estos temas que son de interés mundial",
dice quien en 2002 fue designado Premio Nacional de Ciencias y Artes en
el área de las ciencias físico-matemáticas y naturales
por la calidad y originalidad de sus estudios. Cabe destacar que Tapia
ha sobresalido por sus estudios sobre los mecanismos de comunicación
química entre las neuronas. En particular ha trabajado durante más
de cuatro décadas en las causas que generan la epilepsia, demostrando
que la deficiencia del neurotransmisor inhibidor denominado GABA, el más
abundante en el cerebro de los humanos, produce esa enfermedad que afecta
a cerca del 1 por ciento de los mexicanos.
Actualmente,
junto con el equipo de investigadores del IFC estudia por qué mueren
las neuronas antes de tiempo y, en particular, por qué mueren de
manera selectiva en el caso de enfermedades neurodegenerativas.
"Este es uno de los grandes misterios en este momento:
la selectividad".
Tanto en México como en el resto del mundo -dice
el primer doctor en bioquímica de la UNAM-, los científicos
se preguntan por qué en el Alzheimer "mueren las neuronas de cierta
zona de la corteza cerebral", provocando la pérdida de la memoria
y de la inteligencia, mientras que en el caso del Parkinson se mueren las
neuronas del movimiento y no otras.
Para realizar esas complejas investigaciones, destaca
el profesor-tutor en los posgrados en ciencias biomédicas y bioquímicas,
así como de biología experimental del IFC, "se requiere que
haya recursos financieros, pues el material químico y los compuestos
son muy caros, aparte del avance tecnológico" que obliga a adquirir
nuevos equipos.
Sin embargo, a partir de la administración de Vicente
Fox, los recursos que el Conacyt otorga a los centros de investigación
del país se han limitado, "pese a que su director, Jaime Parada,
sostenga que hoy se destina 4.5 por ciento del producto interno bruto a
la ciencia. Los investigadores no vemos esa inversión".
Y es que, ilustra, "para una investigación de tres
años nos dan casi la mitad que hace ocho, y los fondos aprobados
hace cinco meses todavía los estamos esperando. No entendemos qué
sucede".
Lo cierto es que además de limitar los recursos,
el Conacyt ha puesto una serie de "trámites burocráticos
espantosos que afectan el desarrollo de la investigación".
Hace dos años -detalla- ganamos uno de los cuatro
Proyectos del Milenio, convocados por Conacyt y el Banco Mundial, y pese
a que está aprobada la liberación de los fondos, inclusive
ya ejercimos una primera parte, el resto de las remesas todavía
no lo entregan, y no hay respuesta clara del Conacyt.
El investigador se pregunta "por qué un administrador
tiene que autorizar en qué van a gastar el dinero los científicos
cuando ya es aprobado un proyecto". Reflexiona: "Con eso de la transparencia
administrativa, uno tiene que controlar cada centavo que gasta; es una
cosa espantosa con las contralorías".
A causa de esa situación existe desesperación
entre los investigadores -"no sabe lo que esto representa en desgaste,
tiempo y problemas"-, y preocupación porque la calidad de la investigación
en el IFC y en otras áreas "va a bajar".
El tema del financiamiento en el área de investigación
del país, concluye, es hoy "un punto crítico" de esta administración.
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