México D.F. Domingo 8 de junio de 2003
Guardián tecnológico
En la pantalla de uno de los más de 20 monitores
instalados en el cuarto de control de la Patrulla Fronteriza de El Paso,
Texas, aparecen imágenes del lado de la frontera mexicana. Se ve
a un grupo de jóvenes mexicanos, que se refrescan a la orilla del
río Bravo y miran con insistencia hacia territorio estadunidense.
Otros monitores muestran las imágenes de los puentes
internacionales, las mallas a lo largo de la Avenida Paisano, de tal suerte
que cualquier movimiento se registra y si alguno de los indocumentados
logra cruzar el río, su imagen queda grabada y de inmediato se da
aviso a los oficiales que patrullan las 24 horas en camionetas para que
los detengan minutos después.
Ese guardián tecnológico del vecino del
norte no quita los ojos del lado mexicano. Con apretar otro botón
de los monitores se pueden hacer acercamientos, panorámicas. El
equipo es tan moderno que incluso es posible certificar si alguno de los
migrantes que se acercan a la línea, que merodean por las riberas
del Bravo, llevan armas, aun de noche.
Por este cruce diariamente son deportados 180 mexicanos,
pero antes los fichan. Se toman sus huellas digitales, se les fotografía,
de tal forma que dejan un expediente en ese banco de datos, que permitirá
a Washington identificarlos si reinciden.
Un vocero de la Patrulla Fronteriza, Rubén Padilla,
explicó a la delegación de legisladores mexicanos que visitaron
la zona el funcionamiento de ese centro, cuyas máquinas dan acceso
a un banco de datos con millones de nombres y señas particulares
de todos aquellos que ilegalmente trataron de ingresar en Estados Unidos
y de los extranjeros que lo hicieron por la vía legal.
El edificio incluye salas para albergar a quienes no son
deportados de inmediato, los reincidentes que serán por ello sometidos
a juicio y otros casos, como el de menores o mujeres embarazadas, que quedan
en resguardo, mientras se determina su repatriación.
ANDREA BECERRIL
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