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México D.F. Domingo 8 de junio de 2003
REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
Derrotas morales y periodísticas: New York Times,
obispos, La jefa
La mentira como guía política en EU
"ES ALGO DURO sentir pena por ti mismo cuando tanta
gente fue herida de peor manera o murió". Con estas palabras que
parecen anunciar su propio epitafio, Jayson Blair se ganó "la frase
del día" en The New York Times, cuando el ahora ex reportero
escribió una "entrevista" con dos soldados heridos en Irak. Todo
resultó una mentira, al igual que una supuesta entrevista con el
padre de Jessica Lynch, la soldado "rescatada", a principios de abril,
en un hospital de Irak, por soldados de Estados Unidos. La mentira no era
exclusiva de Blair. La BBC desenmascaró al Pentágono cuando
reveló que toda la historia de Lynch fue un escenario montado para
dar un golpe mediático en la moral de las audiencias estadunidenses.
THE NEW YORK TIMES ahora se rasga las vestiduras
y registra su peor crisis de credibilidad en 152 años de existencia.
Después de reconocer cómo fue engañado por Blair,
el rotativo ha tenido que relevar a sus dos directivos más importantes:
Howell Raines y Gerald Boyd. Ambos fueron los artífices de la transformación
del periódico más influyente del mundo y lo llevaron a obtener
7 premios Pulitzer, tan sólo por la cobertura del ataque del 11-S.
El "secreto" de ambos fue competir con la inmediatez de CNN y de Fox News.
Querían convertir al Times en un gran tele-periódico.
Buscaban "informar y entretener". Bajo ese esquema florecieron los fraudes
de Blair, quien le plagió 11 notas al periódico The San
Antonio Express News.
SIN
EMBARGO, ni el caso Blair ni la crisis de The New York Times
son hechos aislados. Más bien reflejan el clima de derrota moral
y periodística que se vive en Estados Unidos desde la llegada de
George W. Bush y, particularmente, desde que se proclamara la "guerra contra
el terrorismo". El talento de Blair bien pudo servir para escribir el reporte
sobre las armas de destrucción masiva de Irak, como el que Colin
Powell presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU antes de
la invasión. A final de cuentas, ese reporte también resultó
ser un plagio y una invención. Ahora, el propio Donald Rumsfeld
y su subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, admiten que esta mentira
justificó la peor incursión bélica de este siglo.
¿Y qué ha dicho la prensa de Estados Unidos? Un mes después
de que los medios europeos subrayaran esta invención, The Washington
Post ha publicado notas sobre el fraude de las armas de Saddam Hussein,
la más reciente edición de Newsweek presenta el siguiente
reportaje central: "¿Dónde están las armas? Una investigación
sobre la inteligencia -o falta de ella- detrás de la guerra de Irak".
La misma información se conoció antes en la pantalla de la
televisión británica, francesa y española. Inclusive,
al día siguiente del cisma en el Times, la BBC transmitió
una entrevista con un ex funcionario del Departamento de Estado que acusó
a la administración Bush Jr. por "distorsionar la información"
sobre armas en Irak y engañar al pueblo estadunidense.
ES UN HECHO que el ejercicio de la crítica
y de la investigación se ha pervertido en estos tiempos de leyes
patrióticas en Estados Unidos. Las mentes más lúcidas
de este país (Susan Sontag, Gore Vidal, Immanuel Wallerstein, Noam
Chomsky, por mencionar algunos) están ausentes de las páginas
cotidianas y el debate ha cedido terreno al analfabetismo bélico
de los republicanos. Esto tiene ya un impacto sobre la credibilidad. Un
sondeo difundido por Reuters revela que el nivel de credibilidad de la
prensa estadunidense ha disminuido de 54 por ciento en 1989 a 36 por ciento
en 2003. A los propietarios de los grandes medios esto no les preocupa.
Están agradecidos porque el régimen de Bush Jr. les permitirá
mayores niveles de concentración, aun cuando este fenómeno
atente contra la pluralidad y la libertad de expresión en esta nación.
La sombra de Amaro
En el terreno nacional, la jerarquía católica
le ha dado la nota polémica a unos comicios federales teñidos
por la grisura, los conflictos intrapartidistas, las especulaciones sucesorias
y los escándalos no resueltos de financiamiento ilícito en
el PRI y el PAN.
TODO COMENZO CON una carta pastoral del obispo
de Querétaro, Mario de Gasperín, quien lanzó la recomendación
de no votar por los partidos que promueven las uniones homosexuales, el
divorcio, el aborto y la pornografía. Su ejemplo y su mensaje fueron
secundados por muchos otros prelados: Florencio Olvera, obispo de Cuernavaca,
que promueve el documento Por un voto responsable, con sus nuevos
diez pecados electorales que incluyen la defensa a la "familia monogámica";
Felipe Aguirre Franco, arzobispo de Acapulco; por el inefable cardenal
Juan Sandoval Iñiguez, que además de suplantar al Ministerio
Público ahora pretende transformar el Código Civil mexicano
en código canónico para denunciar las "uniones irregulares"
(¿hablará acaso de la "pareja presidencial"?); por Jacinto
Guerrero, obispo de Tlaxcala; por Ramón Godínez, de Aguascalientes;
y por la propia Conferencia Episcopal Mexicana.
MÉXICO POSIBLE PRESENTO dos demandas a este
grupo de obispos por supuesta violación a los procedimientos electorales
y al artículo 130 de la Constitución. Especialistas como
Bernardo Barranco escribieron en La Jornada y reflexionaron en programas
como Séptimo Día, de Canal 40, al igual que los participantes
de Primer Plano, de Canal 11, y varios columnistas de medios impresos,
que la jerarquía católica parece buscar una segunda derrota
moral en la opinión pública, similar a la que enfrentaron
con su intento de censura de la película El crimen del padre
Amaro, que fue un éxito de taquilla y se convirtió en
una victoria cultural del laicismo.
EL PERIODICO REFORMA publicó
el 4 de junio una encuesta entre 849 personas consultadas telefónicamente
que representa un termómetro de esta derrota: 62 por ciento opinó
que los religiosos deben reservarse sus opiniones políticas y 95
por ciento cree que no votar en las elecciones no es pecado. Inclusive,
55 por ciento de los consultados que se declararon panistas opinó
que los religiosos deben reservarse sus opiniones políticas. Ni
el medio ni el PAN pueden ser acusados de jacobinismo.
PARA EL CARDENAL Norberto Rivera, las críticas,
denuncias y exhortos de la Secretaría de Gobernación constituyen
intentos de "ley mordaza" y violan la libertad de expresión de los
obispos. Inclusive, en su homilía del 1º de junio, ampliamente
difundida en televisión, deslizó críticas a los medios
de comunicación: "con frecuencia los medios prestan un valiente
servicio a la verdad, pero a veces funcionan como agentes de propaganda
y desinformación al servicio de intereses estrechos o de prejuicios".
¿DE QUÉ INTERESES "estrechos" y "prejuicios"
habla monseñor Rivera: de los propios o de los de una opinión
pública que ya no le concede más fueros mediáticos
a los obispos, por muy católicos que sean los medios y las audiencias?
¿Por qué se preocupan tanto ahora de prohibir públicamente
la homosexualidad, el divorcio, la despenalización del aborto, las
uniones lésbico-gays, el uso de anticonceptivos y particularmente
del condón cuando han insistido en acallar y en evadir los propios
casos de pederastia y abusos sexuales en el seno de la institución
católica? ¿Es compatible la libertad de expresión
que demandan los prelados con sus abiertos mensajes de homofobia y misoginia
que se escudan como "orientaciones" electorales desde el púlpito?
¿Cuándo se ha escuchado la voz de la Conferencia Episcopal
Mexicana en una campaña para denunciar los crímenes contra
mujeres en Ciudad Juárez o de gays en distintos estados de la República?
¿Esos crímenes no les preocupan o inclusive los aceptan?
EN ESTE TERRENO, los obispos parecen haber perdido
otra batalla mediática y electoral, amén de que en pocos
países como México las opiniones de los jerarcas católicos
ocupan un lugar privilegiado en la cobertura informativa.
La Jefa de Wornat
Desde mediados de 2002, Marta Sahagún andaba en
busca de alguien que escribiera un libro sobre su vida, sobre la "pareja
presidencial", sobre la aventura del cambio y transformar su cotidianidad
en épica presucesoria. Cuentan los allegados a la primera dama
que con ese interés llegó la reportera argentina Olga Wornat
a Los Pinos. Su obra era un libro por encargo y con las facilidades económicas
pagadas "de mi bolsa" (como suele afirmar Sahagún para evadir responsabilidades
presupuestarias) se le abrieron puertas, contactos y testimonios difíciles
de conseguir sin la anuencia de la principal interesada.
¿QUÉ SUCEDIO EN el transcurso de
la elaboración del libro? ¿Qué acuerdos se rompieron?
Quizá esto ya no importa. Lo significativo es la frágil frontera
que existe entre lo épico y lo patético cuando se trata de
encubrir como trabajo periodístico lo que tenía como objetivo
el halago premeditado. Violación a la intimidad no hubo cuando ésta
se cede en un ejercicio de exhibicionismo fallido. En todo caso, es la
privacidad y la intimidad del Presidente de la República la que
fue alterada en esta obra que creó la burbuja mediática necesaria
para elevar los puntos de popularidad de la "señora presidenta".
Curiosa demoscopia
Las empresas más importantes de marketing político
y encuestología se cimbraron. En su edición del lunes 2 de
junio el periódico Hechos, de Oaxaca, publicó una
nota que dejó atónitos a los medidores del carisma político:
"Supera José Murat con 12 puntos de popularidad a López Obrador".
Imagínense: ¡más de 95 puntos de aceptación
de un talento político que no ha sido descubierto por los grandes
medios!
POR SUPUESTO, NO se trataba de una encuesta sino
de una inenarrable crónica de las festividades de la Vela Sandunga
que nos regaló la siguiente perla periodística: "Alguien
comentó sobre la popularidad de López Obrador, el jefe de
Gobierno del Distrito Federal, y equiparó al gobernador Murat en
esta celebración. 'Murat está arriba 12 puntos de López
Obrador y lo que pasa aquí (en la coronación de la reina
de la Vela Sandunga) sucede en todas las giras a donde va', aclaró
una voz", según el remate de la reportera.
Denuncia de ex trabajadores de Novedades
Alrededor de 270 ex trabajadores sindicalizados de lo
que fue el periódico Novedades están a la espera de
que su dirigente, Alberto Serrano, informe el próximo 16 de junio
qué sucedió con la venta del edificio sindical, en las calles
de Morelos y Humboldt, que fue valuado extraoficialmente en 1 millón
200 mil pesos.
UN DOCUMENTO SUSCRITO por la Unión de Ex
Trabajadores del sindicato revela que el verdadero valor del edificio es
más del doble (2 millones 707 mil pesos), acompañan la misiva
con documentos del avalúo realizado por Arquitectos Valuadores Constructores
(Arvaco) y subrayan que están frente a un "descarado robo". "Te
están quitando más de la mitad de tu liquidación sindical
que te pertenece", subraya el documento. La molestia de los ex trabajadores
de Novedades es por la falta de transparencia del tesorero y del
dirigente del sindicato y por el temor de que el próximo 16 de junio
no se les haga valer el pago de su parte correspondiente a esta venta del
edificio sindical.
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