México D.F. Lunes 2 de junio de 2003
Los visitantes son cada vez más y podría haber impacto ambiental, advierte
La WWF llama al gobierno a regular el turismo para ver tiburones ballenas
Los países en que se lleva a cabo esta actividad son México, Belice y Honduras
NOTIMEX
El incremento en la actividad para observar y nadar con tiburones ballenas está tomando auge en comunidades de Quintana Roo sin que exista una regulación ecológica, por lo que se requiere que las autoridades ambientales apliquen normas al respecto, indicó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), al dar a conocer los diversos estudios realizados por Carlos García-Saez, coordinador del proyecto Arrecife Mesoamericano-WWF.
De acuerdo con dicho análisis, los tours para observar y nadar con el pez más grande del mundo crecen en forma acelerada "sin un desarrollo planificado", por lo que ante un posible impacto ambiental
la WWF inició un proyecto de educación con empresarios, comunitarios y entidades del gobierno involucradas.
El tiburón ballena, conocido también como leviatán o sapodilla pom en Belice, es una especie de entre 15 y 20 metros que llega a pesar más de 30 toneladas, por lo que se le conoce como ballena, pero
es un tiburón.
De costumbre vegetariana, el dominó (llamado así por su piel gris con líneas y puntos blancos en el lomo) no ataca al ser humano y permite dócilmente el nado a su alrededor, mientras se alimenta de grandes cantidades de plancton, lo cual ayuda a mantener el equilibrio ecológico del Arrecife Mesoamericano, una de las 200 ecorregiones más sobresalientes del mundo.
Al respecto, Pablo Ramos, oficial de Turismo de la WWF, dijo que la natación con tiburones ballenas es una actividad incipiente, por lo que existe un gran vacío de información, a pesar de que los turistas pagan hasta 250 dólares por viaje en barcos de pescadores que normalmente ganan 25 dólares diarios en su actividad. Así, estar cerca de un leviatán -que sólo se ve en otras regiones cercanas a Filipinas, Pakistán, Australia y Japón- ha hecho de esta actividad una práctica de moda que debe ser inmediatamente regulada por las autoridades de México, Honduras y Belice, consideró Sandra Andraka, coordinadora del Programa de Especies de WWF-Centroamérica.
Para tal efecto, dicha organización realizó un primer taller en isla Holbox, al norte de la península de Yucatán, a fin de concientizar a empresarios, comunitarios y prestadores de servicios en torno a las necesidades de que la actividad se desarrolle de forma rentable pero sin afectar al medio ambiente.
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