México D.F. Sábado 24 de mayo de 2003
En los bloqueos recientes hubo la intención de provocar a las autoridades: Encinas
Descarta el jefe de Gobierno aplicar mano dura contra manifestantes
Pérdidas por $200 millones en la presente semana, por las marchas: Cámara de Comercio
ELIA BALTAZAR Y LAURA GOMEZ
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) no es represor, y ante las manifestaciones de inconformidad, como las protagonizadas por el sindicato de trabajadores de la administración capitalina, "ni mano dura ni mano blanda, ni dictadura ni dictablanda".
El jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, expresó así su absoluto rechazo a recurrir a la fuerza pública para enfrentar cualquier movimiento de protesta, y descartó que "se cierna" sobre la ciudad "el espíritu del 68", sobre todo ahora, en temporada electoral, cuando se mantendrán los cuestionamientos hacia su administración y "todo el mundo" se manifestará para exponer su posición.
Luego de los constantes cuestionamientos frente a la posición asumida por las autoridades capitalinas, al no impedir que el Sindicato Unico de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF) cerrara vialidades durante sus protestas, López Obrador dijo que su decisión nada tiene que ver con una imagen de vulnerabilidad. "Nosotros mantuvimos una postura y la seguiremos manteniendo".
Por su parte, el secretario de Gobierno del DF, Alejandro Encinas, afirmó que las autoridades locales no apostarán a la represión, aun cuando haya quien así entienda el concepto de estado de derecho. En la ciudad de México, advirtió, se respetan los derechos, y uno de ellos es la libre manifestación. "Nosotros no vamos a abusar de las condiciones para imponer una falsa gobernabilidad mediante el uso de la fuerza pública".
Señaló que el desalojo de vías como Tlalpan y Eje Central hubiera significado indudablemente el uso de la fuerza, porque en el bloqueo había la intención de provocar a las autoridades. "Pero asumimos nuestra decisión con el costo que representa para el gobierno".
Precisó también que el acuerdo alcanzado con la dirigencia del SUTGDF para volver a la mesa de negociación y reiniciar la revisión de las cláusulas de las condiciones generales de trabajo no significa que las autoridades negociarán con líderes charros. "No veo ninguna contradicción pues, nos guste o no, hay una representación sindical que eligen los trabajadores y está acreditada legalmente, y con la cual debemos mantener la interlocución".
Por otra parte, el presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, Juan Manuel Arriaga, informó que las pérdidas generadas por las marchas que realizaron esta semana burócratas capitalinos, maestros y policías auxiliares en el Centro Histórico ascendieron a 200 millones de pesos, al caer hasta en 80 por ciento las ventas de los establecimientos.
Señaló que la determinación de las autoridades capitalinas de "no utilizar la fuerza pública para dispersar las manifestaciones, cuando están facultadas para hacerlo, ha convertido a los ciudadanos en rehenes de los manifestantes, vulnerando el estado de derecho". Criticó la "excesiva tolerancia, cuando nadie resarce a los comerciantes lo que perdieron".
Para los afectados, agregó, "no basta con que el gobierno asuma el costo político de las movilizaciones que bloquean vialidades primarias, con la consecuente pérdida de horas-hombre, que es incalculable", y pidió que se aplique "mano dura. No hacerlo, provocará que muchos negocios cierren por la falta de clientela, y los turistas no acudan al Centro Histórico, por temor a que sus vacaciones se conviertan en un martirio".
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