México D.F. Sábado 24 de mayo de 2003
Asisten sólo 10 de 19 gobernantes; alertan
contra argentinazo en América Latina
Con protestas en calles de Cuzco comenzó la
cumbre presidencial del Grupo de Río
Maestros, obreros, campesinos e indígenas peruanos
exigen la renuncia de Alejandro Toledo
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Cuzco, 23 de mayo. En las calles, cientos de maestros,
trabajadores, campesinos e indígenas peruanos protestaron por el
desempleo y la pobreza y exigieron la renuncia del presidente Alejandro
Toledo, mientras en el resguardado Templo Koricancha (el Palacio de Oro
de los incas) el discurso se oyó hueco: "no hay gobernabilidad democrática
po-sible sin reducción de la pobreza", decía el criticado
gobernante de los índices de popularidad que no alcanzan ni los
10 puntos en las encuestas de los medios locales.
Y es que si el mensaje de Toledo -elaborado con base en
el documento que prepararon los gobiernos de los 19 países que integran
el Grupo de Río- se toma por cierto, en la ecuación ya están
descalificados los programas oficiales contra la pobreza, que en las calles
sólo es contenida por la fuerza policiaca y militar que se desplegó
a lo largo y ancho de esta ciudad andina.
La gobernabilidad democrática, entonces, está
ausente. Ni más, ni menos.
El mismo presidente peruano lo sabe. Co-mo reconoce que
en su país no son ya gratas ni sus formas ni su discurso. En la
inauguración de la 17 cumbre del Grupo de Río, en la mañana
de este viernes, aceptó frente a los gobernantes visitantes: "Hoy
en Perú ¡no gano una! Hoy, hoy, hoy..."
Y
sí, de acuerdo con lo que se lee y se escucha en los medios aquí,
no gana una... salvo, en este caso de las ocurrencias oratorias, la carcajada
abierta del presidente Vicente Fox, al escuchar que su anfitrión
retomaba su grito de batalla electoral: "hoy, hoy, hoy".
Pero así como se sabe fuera del ánimo de
la mayoría de los peruanos, Toledo se proyecta en un liderazgo fuera
de su país, pues, según él, "en la comunidad internacional,
no tengo duda, gano cualquier elección".
Así empezó, oficialmente, la cumbre del
Grupo de Río, a la que asistieron sólo 10 mandatarios pues
los otros nueve de los países que integran el mecanismo de cooperación
política y económica de América Latina y el Caribe
decidieron enviar representantes.
Así, con manifestaciones en las calles por la creciente
pobreza -que, hay que hacer notar, no es particularidad peruana, y sí
en cambio problema generalizado en amplias regiones del continente-, y
con un presidente Toledo defendiéndose en los largos discursos,
como el de hoy, de casi 50 minutos.
Y ahí, en el Templo Korikancha, se llevó
a cabo una larga ceremonia de inauguración, pues al discurso de
Toledo habría que sumar los 60 minutos de retraso con que los mandatarios
arribaron a uno de los templos de la cultura inca que han asegurado a Cuzco
co-mo patrimonio de la humanidad.
"Hay que escuchar el ruido de las calles y de las ollas",
dijo Toledo cuando planteaba otro de los puntos que aquí se discutieron
y aprobaron: buscar nuevos mecanismos fi-nancieros para asegurar eficiencia
en los planes contra la pobreza y, por ende, la gobernabilidad democrática.
Se escucharon esos "ruidos" toda la tarde y parte de la
noche. Las manifestaciones no se detuvieron, a pesar de los retenes policiacos
y militares que se instalaron con la orden de mantener resguardadas prácticamente
todas las calles y avenidas de Cuzco hasta este sábado, cuando concluya
la reunión y los presidentes visitantes hayan partido.
Rechazo al populismo
Luego de la ceremonia de inauguración, los mandatarios
se concentraron en el hotel Mo-nasterio -antigua capilla de San Antonio
Abad- para sostener largas y privadas sesiones de trabajo y deliberación,
acompañados por funcionarios y directivos de Banco Mundial, Fondo
Monetario Internacional y Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros
organismos financieros mundiales, con quienes se empeñan en elaborar
y acordar nuevos mecanismos financieros "innovadores" para la defensa "de
la gobernabilidad democrática" y encontrar salidas a la pobreza,
que "es el gran reto de América Latina".
También, por lo que se informó de esas conversaciones
(hasta el sábado se conocerán las conclusiones), hay consenso
entre la mayoría de los presidentes de América Latina: rechazarán
cualquier postura que implique "un regreso a modelos populistas".
El ministro de Economía y Finanzas de Perú,
Javier Silva Ruete, fue tajante: la coincidencia es mantener el rumbo de
las economías regionales por el control del gasto y la disciplina
fiscal para poder "sentar las bases de un crecimiento sostenido con impacto
y resultados permanentes a largo plazo".
Advirtió que ni su país ni ninguno otro
de Latinoamérica está en condiciones de ceder al populismo,
pues de hacerlo "ya no habrá marchas, sino un argentinazo".
Más o me-nos lo que adelantó el presidente Fox en los días
previos al comienzo de la cumbre.
Y sobre las actividades de Fox, habrá que destacar
que a la par de sus participaciones en la reunión de Río,
se dio tiempo para sostener un encuentro bilateral con su homólogo
de Chile, Ricardo Lagos, con quien abordó temas de la agenda que
interesan a corto plazo al mexicano: negociación de un acuerdo comercial
con el Mercosur (mecanismo del que Chile es socio por invitación)
y la organización de la Cumbre Extraordinaria de las Américas,
donde se definirá -el próximo año- el futuro del Acuerdo
de Libre Comercio de las Américas, además de la reunión
hemisférica de seguridad, que tendrá lugar en nuestro país
en noviembre próximo.
La cumbre continuó con cenas oficiales por la noche
y con el "ruido" de los manifestantes en las calles. Este sábado
se darán a conocer las conclusiones y las propuestas de los mandatarios
para resolver aquella ecuación, de reducción de la pobreza
igual a gobernabilidad democrática.
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