México D.F. Sábado 24 de mayo de 2003
La coordinadora de Investigaciones Especiales
da a conocer avances de la pesquisa
Concluirá este año el caso Posadas, pues
pervive la hipótesis de la confusión: PGR
Marisela Morales Ibáñez desmiente que
haya habido presiones en la indagatoria, como aseguró la subprocuradora
Lima Malvido Ocho líneas de averiguación siguen abiertas
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La Procuraduría General de la República
(PGR) concluirá este año el caso Posadas, ya que "hasta hoy
no se ha modificado la hipótesis de la confusión", sin embargo,
hay ocho líneas de investigación que siguen abiertas, a pesar
de que están sustentadas en testimonios "de oídas" y en grabaciones
del "espionaje" a que estaba sometido el cardenal asesinado, pero en las
que su voz no aparece.
Lo anterior fue dado a conocer en conferencia de prensa
por la coordinadora general de Investigaciones Especiales de la PGR, Marisela
Morales Ibáñez, quien informó sobre el avance de las
indagatorias del asesinato el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo,
ocurrido el 24 de mayo de 1993.
Morales Ibáñez puntualizó que en
el desahogo de la hipótesis del complot no se ha podido llamar a
declarar a José Córdoba Montoya, ex director de la Oficina
de la Presidencia de la República, porque están "localizando
su domicilio para poderlo citar", y que por lo que hace al ex presidente
Carlos Salinas, porque no existen elementos que hagan necesario llamarlo
a comparecer.
Las ocho líneas de investigación que están
pendientes se refieren a los supuestos siguientes: la presencia de Rodolfo
León Aragón, ex director de la Policía Judicial Federal,
horas antes del asesinato en el lugar de los hechos; las amenazas de José
Córdoba Montoya a Posadas; militares ayudando a trasladarse de la
capital jalisciense al Distrito Federal a Joaquín El Chapo
Guzmán; la intervención telefónica al cardenal, y
la hipótesis de que Posadas Ocampo fue asesinado por dos agentes
federales y no por sicarios.
En la conferencia de prensa, Marisela Morales fue cuestionada
sobre la expectación que despertó el año pasado la
subprocuradora María de la Luz Lima Malvido, cuando aseguró
que había nuevas pruebas que debían ser investigadas. Morales
dijo que "hasta hoy, de los resultados de las investigaciones realizadas,
no se desprenden los elementos probatorios que permitan afirmar o probar
la existencia de un complot dirigido a privar de la vida al cardenal Posadas
Ocampo".
Además, desmintió la versión de Lima
Malvido, quien aseguraba ser objeto de presiones en la pesquisa del caso
Posadas.
"En el área a mi cargo, que es donde se está
llevando a cabo la investigación, no ha habido presiones, el Ministerio
Público ha actuado en completa autonomía y libertad, desconocemos
a qué tipo de presiones se refiera", afirmó.
Agregó
que el papel de Lima Malvido en la investigación del caso Posadas
siempre ha sido el de su superior, y que "quien realmente tiene la responsabilidad
directa" de la indagatoria es la Coordinación General de Asuntos
Especiales.
De hecho, "el acceso que ella ha tenido al expediente
es en cuanto a los informes que, como área dependiente de la Subprocuraduría
de Coordinación General y Desarrollo, se le remiten de manera periódica,
y eso no ha variado. En su calidad y por las funciones que ella (Lima Malvido)
tiene encomendadas, no está precisamente tener acceso a la investigación,
sino que simplemente se le informa de los avances".
En torno a los cuestionamientos que la Conferencia del
Episcopado Mexicano (CEM) hizo al presidente Vicente Fox y al procurador
Rafael Macedo de la Concha en dos cartas, sobre la falta de capacidad y
de voluntad para investigar el caso, afirmó que esos señalamientos
parten de "una falta de conocimiento, ya que la indagatoria ha tenido seguimiento
y se ha trabajado intensamente".
En relación con la hipótesis de que durante
el asesinato al cardenal le había sido robado un portafolios con
información que vinculaba a políticos con el narcotráfico,
dejó en claro que eso no quedó "acreditado de manera fehaciente".
Inclusive, dijo, "no se obtuvo la certeza de que hubiera existido ese portafolios".
En cuanto a que hay grupos inconformes con lo que hasta
ahora ha determinado la PGR, señaló que la "decisión
estará apegada a derecho, y seguramente se va a impugnar, pero la
parte que no esté conforme podrá interponer los recursos
que la ley establece".
Inconformidad
José Antonio Ortega Sánchez, abogado coadyuvante
del caso Posadas e integrante del llamado Grupo Jalisco, que impulsa la
hipótesis del complot, consideró "precipitadas, superficiales
y para salir al paso las conclusiones de la PGR, porque parece que existe
la intención de dar carpetazo al asunto".
Ortega Sánchez fue entrevistado vía telefónica
minutos después de que la PGR informó del avance de las indagatorias.
Aseguró que "parece haber una tendencia a forzar la investigación
hacia la hipótesis de la confusión, pero nosotros (el llamado
Grupo Jalisco, conformado también por el cardenal Juan Sandoval
Iñiguez y el panista Fernando Guzmán), no estamos casados
con la teoría del complot, simplemente pedimos que se profundicen
las ocho líneas dadas a conocer.
"No hay terquedad ni obstinación de nuestra parte,
pero en caso de que se concreten las conclusiones hoy dadas a conocer,
acudiremos ante instancias nacionales e internacionales a pedir que se
investigue el caso", aseguró.
Pendientes
Las líneas de investigación abiertas, a
las que sólo faltan algunas diligencias para ser concluidas, están
encaminadas a determinar de manera definitiva si hubo o no complot en la
muerte del prelado, a pesar de que no hay, desde 1993, elementos que hagan
presumir esa hipótesis.
Según Marisela Morales la primera línea
de investigación tiene que ver con la supuesta presencia de Rodolfo
León Aragón, ex director de la Policía Judicial Federal,
en el aeropuerto de Guadalajara el 24 de mayo de 1993, antes de que ocurriera
el homicidio de Posadas Ocampo.
Reconoció que en los testimonios recabados "existen
contradicciones", ya que la teoría se sustenta en lo dicho por el
narcotraficante Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana,
y en actuaciones ministeriales existen dos declaraciones que ubican a León
Aragón en la ciudad de México.
La segunda línea de investigación se refiere
a que el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán fue
escoltado del aeropuerto de Guadalajara a la ciudad de México en
un avión militar.
La funcionaria aceptó que "hasta hoy se siguen
allegando los elementos de prueba para confirmar o desvirtuar esta línea".
Ello en virtud de que la hipótesis está sustentada en un
documento elaborado ante un notario público por Fulvio Jiménez
Turegano, un ex comandante de la Policía Judicial Federal (PJF),
prófugo desde 1995, pero que no ha ido ratificado.
Según las investigaciones, algunos miembros del
supuesto grupo especial que comandaba Jiménez Turegano, y que iba
detener al Chapo Guzmán y los militares que lo escoltaban,
declararon que "lo acompañaron al aeropuerto de la ciudad de México,
pero que el avión militar nunca llegó". Otros agentes "niegan
haber tenido conocimiento, porque estaban comisionados en otra ciudad o
ya no laboraban en la PGR".
La tercera línea tiene que ver con la supuesta
intervención telefónica de que era objeto Posadas Ocampo.
"De los medios de prueba disponibles no se desprende" espionaje alguno,
dijo Morales Ibáñez.
Aclaró que la línea sigue abierta, aun cuando
esa hipótesis se sustenta en dos grabaciones proporcionadas por
José Luis Thirión -ex informante de la Secretaría
de la Defensa Nacional, quien hoy está preso acusado de lavado
de dinero y delincuencia organizada-, en las que, según los peritajes
practicados, no aparece la voz de Posadas.
Más hipótesis
La cuarta línea es la supuesta participación
del Centro de Investigación y Seguridad Nacional en el homicidio,
pero no hay ninguna evidencia.
Quinta línea. La PGR busca establecer si personal
de la dependencia viajó a Guadalajara horas antes del asesinato
de Posadas Ocampo. De acuerdo con lo que informó Morales Ibáñez,
"no se ha logrado verificar formalmente los horarios en que se llevaron
a cabo los vuelos, ya que no existen las bitácoras de vuelo. Los
pilotos y agentes interrogados aseguran que viajaron para apoyar en las
investigaciones, pero horas después de ocurridos los hechos".
La sexta línea se refiere a la supuesta autoría
material del asesinato de Posadas Ocampo a cargo de dos agentes de la PJF,
Gustavo Lhurs Tijerina y Miguel Silva Caballero, El Chicochangote,
quienes ya fallecieron. Esta línea sigue abierta, pese a que "a
la fecha no se ha logrado acreditar la existencia de la persona que supuestamente
refirió conocer la autoría material de las personas señaladas.
"Obra en las actuaciones otra declaración de un
testigo 'de oídas', en el mismo sentido, y que al ser corroborada
resultó ser negativa", dijo la coordinadora de Investigaciones Especiales
de la PGR.
Inclusive mencionó que "en todas las constancias
de la averiguación previa se concluye que quienes dispararon sus
armas contra el cardenal fueron El Güero Jaibo, ya occiso,
y El Negro Mariscal, procesado por este delito, por autoridades
del estado de Jalisco.
La PGR estableció como séptima línea
de investigación las presuntas amenazas que habría expresado
José Córdoba Montoya, ya que "deriva de la declaración
de un testigo 'de oídas', que fue amigo del cardenal.
"El testigo declaró que el cardenal le había
contado de una reunión sucedida en la residencia oficial de Los
Pinos (durante el mandato de Carlos Salinas), donde había sido objeto
de las amenazas referidas, pero en las oficinas de la residencia oficial
no tienen registro de esa supuesta entrevista", señaló la
fiscal.
La octava línea de investigación toca a
la presunta vigilancia de que era objeto la residencia de Posadas Ocampo,
y "también que un helicóptero sobrevolaba a baja altura el
inmueble, según la declaración de una vecina".
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