México D.F. Martes 20 de mayo de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Los motivos de Medel
ALGUNO DE los jilgueros que promovía con mayor entusiasmo la candidatura de José Medel a la secretaría general del sindicato de trabajadores del gobierno de la ciudad decía sin ningún recato: "Será un buen líder porque no necesita robar. Tiene una espléndida casa por ahí por el Periférico, donde cuestan muy caras; es un hombre que viaja en BMW y es buen negociante; él le vendía al gobierno la ropa y el calzado que se usaba en el sindicato. Así que si de hacer negocios se trata, él ya hizo los suficientes".
LO QUE no se decía en aquel currículum verbal era hasta dónde llegaban las ambiciones políticas del entonces apenas intermediario, tal vez porque quienes lo promovían miraban en él alguna posibilidad de lograr una buena sociedad o simplemente porque lo ignoraban, pero Medel sí tenía claro su destino y ahora será otro diputado al servicio del PRI.
SIEMPRE QUE se habla de una marcha, de la movilización de un grupo de personas en contra de una injusticia, se habla también de la cerrazón de las autoridades frente a las necesidades de quienes se manifiestan en las calles y regularmente no se hacen distingos.
ESTAS MOVILIZACIONES también dividen opiniones. Hay quienes defienden hasta la injuria los derechos individuales de tránsito, por ejemplo, y condenan las marchas siempre que sostienen alguna bandera de izquierda; para otros no hay consideración y cualquier marcha debe ser desactivada, a cualquier precio, porque simplemente impide el paso vehicular en las grandes arterias de la ciudad.
Y NO es que existan marchas buenas y manifestaciones malas, las razones de las movilizaciones son las que marcan su legitimidad. Lo grave es que se utilicen las calles y a los trabajadores para reclamar demandas falsas que se arreglan con pellizcos de poder.
LO GRAVE de esto es que las movilizaciones fundadas en el reclamo de justicia se confunden con esas otras y terminan condenadas por igual sin que se trate de saber cuáles son sus motivos.
ESO FUE lo que pasó la mañana de ayer en la ciudad. José Medel, que vendía ropa y zapatos a más de 100 mil trabajadores del gobierno de la ciudad, ya no tiene negocio y quiere todo, también la diputación.
Y SI, la marcha que impuso Medel habrá de robar la razón a muchas otras, pero también deberá pagar los costos de tal aventura porque será su partido, el PRI, el que sume otro agravio contra los habitantes de la capital.
MEDEL FRACASO. El muy grave problema vial que sufrieron los automovilistas fue a causa de un tráiler atrapado en el Viaducto y no de las multitudes que siguieron al líder camino hacia la diputación.
PERO TAMBIEN es justo explicar que, por ejemplo, en la Tesorería del DF las actividades se suspendieron casi por completo, y es que allí, tal vez más que en la propia policía, la corrupción se había convertido en una actividad cotidiana que hoy prácticamente no existe.
BASTE RECORDAR cómo muchos dueños de automóviles que cumplieron con el pago de la tenencia un día supieron que los comprobantes de sus pagos eran falsos y que su dinero fue a parar a los bolsillos de alguno de esos empleados que hoy marcharon con Medel.
DESDE QUE los impuestos y las multas, por ejemplo de tránsito, se pueden pagar en los bancos, los empleados de esas oficinas se sienten agraviados por el gobierno y pretenden, vía presiones sindicales, retornar a sus mejores días.
ASI PUES, antes de condenar sería muy interesante saber bien a bien las razones de las marchas, por aquello de no confundir la mezcla con la mermelada.
ciudadperdida
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