Parisgótica, su nueva obra, se ubica entre la narrativa, el ensayo y el diario de viaje
Fernando Solana sugiere que la literatura se compone de ''apuestas estratégicas''
CESAR GÜEMES
Una década de recopilar materiales diversos, un viaje por Francia y dos años de continua escritura implicó para Fernando Solana Olivares su más reciente novela, Parisgótica. A propósito del tono diverso de la obra, a mitad entre la narrativa, el ensayo y el diario de viaje, señala: ''No pienso en el lector cuando escribo en el sentido de participar en el juego del mercadeo. Sé que esto no es en modo alguno comercial y que puede ser un error táctico. Pero en el fondo, creo que la literatura está compuesta de apuestas estratégicas".
Parisgótica, narra el también autor de El peso de la esperanza y Jardín Conzatti, tiene su germen en un ''diario de viaje, hecho in situ, como enviado de mí mismo. A este viaje me negué un poco en su momento por razones personales, como desear mantenerme en mi escritorio, con los hábitos de siempre.
''Una manera de solventar esa salida era justamente dedicarla a escribir. De modo que el viaje como tal es una labor de 29 días. Luego vino el trabajo de escritorio al que dediqué los más recientes dos años para adecuar todo el material reunido en una estructura que me convenciera."
-De suerte que Sila Maturano, el protagonista, es Solana Olivares.
-Es un alter ego, en el que recupero características personales, pero también es un tipo que me permite intervenir con cierto sentido de distancia respecto de mí mismo. Es un personaje trazado con datos o tonos autobiográficos, pero a su vez me rebasa en el sentido de que tiene una serie de recursos superiores a los míos. Eso me permite potenciar mis propias limitaciones. Ahora es ya un personaje autónomo, absolutamente alejado.
Si bien pertenece a una generación que en este momento comienza a publicar sus libros de madurez, el autor de Parisgótica prefiere la reserva: ''Practico lo que en literatura se supone que es una especie de autoaislamiento. Conozco a algunos de los autores que están a mi alrededor y a varios los aprecio mucho, pero no me identifico con alguna corriente. Entonces, soy parte de una generación pero también tengo un sentimiento de unicidad y diferencia. Sé que soy parte de un movimiento generacional, pero no me preocupa ya el vínculo específico. Hago lo mío, comparto algunas preocupaciones pero tengo mis peculiaridades".
Interés por el mero acto escritural
-El mercado del libro en castellano se ve ya como tal. ƑEn qué sitio ubica al lector en ese contexto?
-No pienso en el lector cuando escribo, en el sentido de participar en el juego del mercadeo. Esta es una lección que aprendí, sea correcta o no, y me centro en el mero acto escritural. Y después apuesto a un lector que se enfrente a mi literatura en el acto de silencio y concentración que implica la propia acción de leer. Sé que esto no es en modo alguno comercial y que puede ser un error táctico. Pero en el fondo creo que la literatura está compuesta de apuestas estratégicas. Sigo creyendo que hay un grupo que lee y que para leer se aísla. Apuesto a ese lector o lectora de manera posterior al hecho de trabajar en una obra. Busco que la escritura sea clara para mí, que me deje satisfecho en la medida de lo posible, ya que la materia literaria es muy elusiva, y si consigo reunir esas características supongo que hay un lector esperando.
Parisgótica (Editorial Debate), se presentará mañana a las 19:30 horas en la casa Quintana Roo, situada en Alvaro Obregón 161, colonia Roma.