Recibe la PGJDF 17 denuncias al mes, señala fiscal

Aumentan violaciones a bordo de taxis

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

En lo que va del año, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha recibido en promedio mensual 17 denuncias por violaciones perpetradas a bordo de taxis por los mismos conductores.

Margarita Vázquez Sánchez, titular de la Fiscalía Central para Delitos Sexuales de la dependencia, advirtió que el índice del delito en esta modalidad se ha incrementado, por lo que exhortó a las mujeres que utilizan este tipo de transporte a que eviten subir a taxis piratas, pues en éstos es donde ocurre el mayor número de agresiones sexuales.

Explicó que en lo que va del año se ha logrado detener a nueve presuntos violadores, lo que no es tarea sencilla, pues por lo general las víctimas, por el estado de choque en que se encuentran, no pueden proporcionar los datos que permitan identificar al agresor.

La fiscal anunció ayer la detención de un taxista que el 19 de diciembre pasado atacó sexualmente a una mujer por el rumbo de Vallejo; Martín Abel Montes de Oca Medina, de 37 años de edad, quien hace 15 años fue sentenciado a nueve años de prisión por el delito de violación.

Salió de prisión a los siete años con beneficios de libertad anticipada, pero hace dos años fue detenido nuevamente por abuso sexual; el juez le concedió la libertad con fianza, pese al antecedente de violación, y acudía periódicamente a firmar al juzgado del Reclusorio Oriente.

Trabajaba un taxi ecológico Volkswagen tipo sedán, matrícula L-49489, que utilizaba para cometer sus ilícitos. Otra mujer a la que atacó en abril pasado lo ha reconocido también como el hombre que la violó, y la dependencia está buscando a otras víctimas que en su denuncia refirieron un modus operandi similar para que identifiquen si se trata de la misma persona.

El taxi, además del número de matrícula, tiene como seña particular el copete del techo color verde con letras blancas; en el parabrisas la parte superior está oscurecida con una franja polarizada en medio como división; las vestiduras son de color gris y en el respaldo del asiento trasero hay un tapete blanco con franjas punteadas en azul y negro.

Vázquez Sánchez informó que Montes de Oca Medina robaba a sus víctimas antes de atacarlas y las amenazaba de muerte con una navaja o un desarmador.