Reducen a cenizas la única Escuela de Bellas Artes de Bagdad
Claman por ayuda de la UNESCO para reparar el hogar de artistas iraquíes
La función de ese lugar sólo era crear, manifiesta el director del recinto
Destacado actor anuncia que si no puede actuar ''en los teatros, lo hará en las calles''
AFP
Bagdad, 21 de abril. ''La función de este lugar sólo era crear", repite desconsolado Yusef Rashid, director de la Escuela de Bellas Artes de Bagdad, la única de la capital iraquí, hoy completamente desvalijada y quemada.
El centro educativo, especie de facultad universitaria decorada con estatuas que imitan figuras clásicas en un gran jardín, era el lugar de estudio de 3 mil alumnos y el escenario de numerosas obras de teatro y conciertos hasta que los soldados iraquíes la ocuparon al comienzo de la guerra.
A los soldados locales -cuyas botas, boinas con el águila del régimen y ropas militares siguen todavía en el jardín, tal como fueron abandonadas en su precipitada huida- siguieron los ladrones, que terminaron el trabajo, saquearon los locales y les prendieron fuego.
''No queremos que la historia de este crimen termine aquí. Este es un lugar artístico, es la casa de todos los actores y de todos los artistas iraquíes. Suplico a la UNESCO que nos ayude a reparar este daño", explica Rashid mientras camina entre las ruinas del lugar.
Pesadilla horrible
La sala de cine, el taller de pintura, la sala de instrumentos: todo ha desaparecido y lo poco que los ladrones no pudieron o no quisieron llevarse se ha convertido en una masa de ceniza ennegrecida.
''Una pesadilla horrible", resume el director, rodeado de 15 profesores que han acudido en vano este lunes a trabajar y se marcharán a casa horas después tras comprobar que todo sigue igual.
''No podemos comenzar a dar clase así, sin mesas, sin sillas y sin ningún material. Además los alumnos no quieren venir a estudiar. Tienen miedo y es cierto que hay otras preocupaciones en los tiempos que corren en Irak", asegura.
Los archivos del centro, con los diplomas y registros de todos los alumnos que pasaron por él en los años recientes, también se han reducido a un montón de escombros.
''Si ellos, nadie podrá probar que se ha graduado en esta escuela. Toda la historia de este centro ha sido reducida a cenizas", lamenta Rashid.
Vocación y patriotismo
Heizem Abderazay Alm, uno de los actores más relevantes de televisión y teatro de Irak, contempla las ruinas del sitio.
''Creo en mi país y en los míos y deseo volver a hacer mi trabajo en Bagdad: si es posible en los teatros y si no en las calles", manifiesta.
La próxima semana, el actor pretende estrenar su obra de teatro más reciente en la capital iraquí en compañía de otros siete colegas. Si no es posible hacerlo en el Teatro Nacional usará el maltrecho jardín de esta escuela.
''Nuestras obras serán más críticas a partir de ahora, pero siempre lo fueron, aunque fuera sutilmente.
''Por ejemplo, en nuestra pieza actual, un alumno pregunta a su maestro qué significa la libertad y el profesor no sabe responder porque nunca ha tenido una experiencia de esta palabra", afirma.
El artista, que ha trabajado en Jordania, Siria o Túnez, subraya las dificultades que ha supuesto ser actor en Irak, donde a la represión se sumaba la falta de compensaciones económicas.
''Hacía falta realmente mucha vocación y patriotismo para no marcharse", concluye Heizem Abderazay Alm.