Centro y sur, las regiones más afectadas: especialistas
Urge estrategia de desarrollo social en zonas vulnerables a desastres naturales
KARINA AVILES
Investigadores de la UNAM destacaron la necesidad urgente de construir una estrategia de desarrollo social en las zonas sur y centro del país, altamente vulnerables a los desastres naturales, ya que casi la totalidad de las 20 mil muertes ocurridas en las pasadas dos décadas por estos fenómenos se registraron en dichas regiones.
El académico Daniel Rodríguez Velázquez, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), advirtió que un desastre puede causar un retraso de hasta una década en el crecimiento de la zona donde ocurre.
El también integrante de la Red Mexicana de Estudios Interdisciplinarios para la Prevención de Desastres subrayó que por el contexto económico imperante en las regiones sur y centro, los desastres tienen repercusiones de gran magnitud, pues no existen condiciones óptimas de infraestructura y vivienda, ni medidas preventivas adecuadas para movilizar a la población e incluso ganado.
Comunidades de la sierra Norte de Puebla, así como de la región norte de Veracruz y Chiapas sufrieron daños importantes por inundaciones en 1998, mismas que pudieron causar un retraso de una década en su crecimiento, apuntó.
Manifestó que en el ámbito internacional está comprobado que es más barata la prevención que la reconstrucción ante las emergencias, pero por regla general la preocupación institucional y social en México se ha centrado básicamente en responder a las condiciones coyunturales de un desastre.
De 1970 a 1999, precisó, se han registrado aproximadamente 20 mil muertes originadas por desastres naturales, así como por siniestros derivados de accidentes tecnológicos, de los cuales 95 por ciento ocurrió en las regiones centro y sur del país.
Estimó que los daños causados por el sismo de Colima ocurrido en enero de este año podrían ascender a 500 millones de pesos.
Al referirse a los huracanes comentó que pese a que el mayor número de éstos ocurrió en la región noroeste, en comparación con el área sur-sureste del país, la proporción de muertes es de 85 por ciento en esta última, contra 15 por ciento en la primera.
Lo anterior es una evidencia de que los enfoques frente a los desastres no pueden plantearse únicamente con base en la ubicación geográfica de las zonas afectadas, sino también debe tomarse en cuenta la situación socioeconómica de las regiones, apuntó.
"Es claro que las regiones centro y sur de México concentran pobreza y, paralelamente, formas de organización política arcaicas, como el caciquismo y clientelismo. Vistas así las cosas, el desarrollo social tendría mucho que ver con una estrategia para reducir la vulnerabilidad y a su vez incidir en los niveles de riesgo", añadió.
El especialista consideró que hay una especie de olvido de los desastres en nuestro país, pese a que han sido recurrentes año con año y han dejado a su paso devastación social. Señaló que en otros países, como Holanda, se asume que los desastres pueden ser una oportunidad para generar proyectos de desarrollo.
Sin embargo, en México las inversiones destinadas a rehabilitación no consideran condiciones climáticas ni se detienen en las formas de vida de la población para proyectar la vivienda, y en ocasiones la reconstrucción en caminos y puentes no cuenta con la especificidad técnica requerida, finalizó.