Llenan aulas de recinto universitario 480 agentes
Bostezos de policías en el primer día
de clases
Acuden desde jóvenes oficiales hasta sexagenarios
SUSANA GONZALEZ
Las aulas de la antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia,
ubicada en San Ildefonso y República de Argentina, en el viejo barrio
universitario, se llenaron ayer con 480 policías preventivos, en
su mayoría treintañeros que, en promedio, llevan más
de 15 años de haber dejado de estudiar.
Vestidos
de civil y bien acicalados -aunque un par de despistados llegó tarde
y con el overol azul, pero sin insignias-, entre los preventivos hubo somnolientos
que no pudieron reprimir los bostezos frente a las explicaciones de derecho
y ética, a pesar de que la primera clase se inició a las
11 de la mañana; otros acudieron desconcertados y sin cuaderno porque
apenas un día antes sus jefes les ordenaron presentarse a clases,
pero también hubo quienes llegaron con traje y portafolios, como
el suboficial Fernando Mena, uno de los pocos licenciados en administración
policial egresado de la Academia de Policía.
En grupos de 60 a 80 alumnos, los preventivos ocuparon
ocho salones para recibir cuatro clases diarias: ética y funcionamiento
policial; elementos de derecho procesal penal; excelencia en el desempeño
de la función policial y nociones de criminología.
Si bien predominaron los policías rasos con 10
o 15 años de servicio, también había sexagenarios,
como el segundo oficial Manuel Hernández Díaz, de 65 años
de edad, de los cuales ha estado cuatro décadas en la corporación,
quien pese a tener sólo estudios de secundaria ha tomado varios
cursos de actualización.
Frente a la oratoria de los profesores, la mayoría
de los uniformados se limitó a apuntar los conceptos de derecho
que se les explicaban -inclusive en hojitas de papel conseguidas de último
momento-, pero no faltaron aquellos que, como cualquier estudiante, mordían
la pluma, se entretenían viendo al maestro o sus compañeros
sin prestar atención.
Aun así, las participaciones tampoco fueron escasas,
sobre todo cuando la clase derivó en temas que directamente se relacionaban
con la práctica diaria, como ocurrió en el aula magna de
profesores eméritos, cuando el profesor Everardo Moreno habló
de la importancia del testimonio del preventivo en un delito. Hasta entonces
el docente había balconeado a dos policías por haber
bostezado, pero con ese tema surgió un rumor entre los preventivos,
varios se removieron en su asiento e hicieron comentarios entre sí
y de inmediato más de seis manos se levantaron al mismo tiempo.
Antes de entrar a los salones, los policías, cual
niños de primaria, se formaron en el patio central de la escuela
-utilizada para cursos de educación continua de la UNAM-, donde
el secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, y Fernando Serrano,
director de la Facultad de Derecho, les dieron la bienvenida como parte
del primer grupo de un total de 20 mil preventivos que recibirán
cursos de capacitación en la máxima casa de estudios durante
los próximos dos años.