Alcanza la furia policial a legisladores, estudiantes
y un hospital infantil
Represión contra obreros argentinos en vísperas
de los comicios presidenciales
Menem presenta su plan de gobierno; volver a las relaciones
carnales con EU, prioridad
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 21 de diciembre. Más de 200
heridos, lesionados y detenidos fue el saldo de la represión policial
contra trabajadores de la empresa textil Brukman que intentaban reingresar
a la fábrica que recuperaron en diciembre de 2001 para volverla
a echar a andar, luego que fue abandonada por sus dueños.
Los
obreros estaban acompañados por miles de manifestantes de los movimientos
de desocupados, Madres de Plaza de Mayo, asambleas vecinales, partidos
políticos y diputados, entre otros. Sobre todos ellos cayó
la furia policial. En un primer momento se informó que entre los
detenidos estaba el periodista Miguel Bonasso, del diaro Página
12. Pero luego se aclaró que el periodista se había ofrecido
a acompañar a los detenidos, entre quienes estaba el candidato a
la vicepresidencia de Izquierda Unida (IU), Marcelo Parrill, que más
tarde fue liberado.
Los trabajadores de Brukman fueron desalojados en la madrugada
del pasado viernes santo. A partir de entonces comenzaron una vigilia frente
al centro de trabajo que habían logrado reactivar, con la compañía
de cientos de personas que también exigían la suspensión
de la medida.
Para este lunes se había convocado una gran manifestación
solidaria, y ante la imposibilidad de acuerdos, los trabajadores se proponían
ingresar a la fábrica. Al mismo tiempo, las fuerzas policiales iban
llegando al barrio de Balvanera, donde está la fábrica textil,
creando un clima de guerra con tanquetas, otros vehículos y perros.
Diversos funcionarios, como la Defensora del Pueblo, Alicia
Oliveira, intentaban que el gobierno del presidente Eduardo Duhalde interviniera
para evitar un enfrentamiento, que al paso de las horas parecía
casi inevitable.
Cuando cuatro obreras vestidas con sus delantales de trabajo
intentaron acercarse a la fábrica, la policía disparó
granadas de gas lacrimógeno y balas de goma, para iniciar la represión
que se extendió a varias cuadras a la redonda, hasta alcanzar la
cercana facultad de Sicología, así como un hosipital infantil.
En la facultad los sorprendidos alumnos que estaban en
clase, recibieron piedras, palos y gases. Un automóvil policial
con dos efectivos de civil fuertemente armados fue descubierto por un grupo
de manifestantes que los atacaron e incendiaron el automóvil. El
caos se generalizó y las corridas llegaron al Hospital Garraham,
para niños, donde muchos manifestantes buscaron refugio.
Pero los desesperados médicos no pudieron detener
la cacería policial que penetró disparando granadas de gas
lacrimógeno en un centro especializado donde hay muchos niños
internados.
Diversos sectores políticos pedían esta
noche la renuncia del jefe de la policía y de los agentes que no
dudaron en disparar dentro del nosocomio, el mayor del país en dar
atención a población infantil.
Tensión desde el pasado viernes
La tensión ya había comenzado el viernes
con un desalojo violento en la fábrica, mientras varias instituciones
gubernamentales intentaban una negociación, después que un
juez ordenó el desalojo sin más, pues falló en favor
de devolver la fábrica a los dueños que la habían
abandonado
"La policía no puede aducir que hubo acciones violentas,
ya que todo está filmado y varios legisladores presentes fueron
testigos, además hemos recogido balas de plomo", denunció
un grupo de diputados.
Pese
a que la tensión crecía, el gobierno de Duhalde dejó
pasar las horas sin tomar una decisión que resolviera este conflicto,
que terminó en una represión que recuerda los momentos más
difíciles durante el argentinazo de diciembre de 2001.
Los gravísimos incidentes, que se producen a días
de las elecciones del próximo domingo, son observados con fuertes
sospechas por varios sectores políticos, que ven estas acciones
como parte de un plan general ya advertido por grupos de inteligencia,
para crear caos, enrarecer el ambiente general y dar paso a acciones autoritarias.
Hace poco tiempo las elecciones en Catamarca se vieron
ensombrecidas cuando los seguidores del diputado justicialista (peronista)
Luis Barrionuevo, que por razones jurídicas no pudo competir como
candidato a gobernador, incendiaron urnas y provocaron incidentes que llevaron
a la suspensión de los comicios.
Hoy, quienes estaban frente a la Brukman esperaban una
reunión convocada por el Ministerio de Trabajo con ambas partes
del conflicto, cuando estalló la violencia que prosiguieron hasta
la noche. Los incidentes desplazaron la atención sobre los varios
actos electorales del día.
Los candidatos tienen sólo cuatro días para
finalizar su campaña, en medio de un clima de apatía e indiferencia,
y los resultados siguen siendo de empate técnico para unos extraños
comicios, en los que por primera vez los peronistas se presentan divididos,
la Unión Cívica Radical -el rival tradicional de los peronistas-
no está entre los primeros cinco puestos, y la indefinición
obligará a una segunda vuelta.
Por lo pronto, quien salga elegido tendrá que hacer
frente a los reclamos no sólo de trabajadores de fábricas
como la Brukman, una de casi un centenar que al ser abandonadas fueron
recuperadas por los obreros para devolverlas a la producción cuando
el desempleo alcanzaba niveles récord, sino a las demandas de una
sociedad donde ya 60 por ciento de la población está en la
pobreza.
Sin embargo, para el ex presidente Carlos Menem la prioridad
es volver a las relaciones carnales con Estados Unidos, como ratificó
hoy al presentar su plan de gobierno en un hotel. Con su habitual pragmatismo,
además, no dudo en citar al escritor portugués José
Saramago, quien, dijo, se "borró del comunismo" tras los últimos
acontecimientos en Cuba, para criticar a la nación caribeña.