Diferencias en Washington sobre cuánto
tiempo deben permanecer los soldados en el país árabe
El libre mercado llegará a Irak antes que la
"democracia"
Redacta el Departamento del Tesoro nuevas leyes para
proteger empresas y derechos de propiedad
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 21 de abril. El general
Jay Garner, el nuevo gobernador militar estadunidense de Irak, arribó
hoy a Bagdad con promesas de un nuevo sistema político democrático,
pero altos funcionarios en Washington ya han decidido que el "nuevo" Irak
será de privatizaciones de empresas estatales, reglas más
rigurosas de protección a la propiedad privada y el libre mercado,
así como de acceso durante un largo periodo a bases militares para
mantener una nueva presencia del Pentágono en toda la región.
Al
llegar este lunes Garner y su equipo de gobierno interino a Bagdad, en
Washington los altos funcionarios afirman que ya se han determinado varios
elementos claves del nuevo Irak, mucho antes de que se haya establecido
un proceso democrático en ese país.
Al mismo tiempo han estallado nuevos conflictos en diversas
partes del gobierno entre los que creen que Estados Unidos debe mantener
una presencia política y militar a largo plazo en Irak para construir
esa nueva "democracia", y los que favorecen un retiro lo más pronto
posible para evitar los complejos problemas del proceso de establecer un
nuevo orden social en ese país.
El propio presidente George W. Bush detalló parte
del ambicioso esquema para Irak en un discurso pronunciado en febrero,
donde señaló que un objetivo era establecer una democracia
plena en ese país como ejemplo para el resto de la región.
Redactan nuevas leyes
Funcionarios del Departamento del Tesoro ya han comenzado
a redactar nuevas leyes para codificar un sistema de derechos de propiedad,
protecciones para empresas y eventualmente para la privatización
de empresas estatales. Otros funcionarios de la Agencia para Desarrollo
Internacional (USAID) también han elaborado ambiciosos planes para
reditar libros de texto, reconstruir aeropuertos, sistemas de agua, carreteras
y ferrocarriles (en gran medida me-diante contratos con empresas estadunidenses).
El Departamento de Estado ya había anunciado al
Congreso que Estados Unidos buscaría encaminar a Irak hacia "una
prosperidad económica autoadministrada, con una economía
con base en el mercado y empresas privadas que operan en un ambiente gobernado
por un régimen de derecho".
Esta es la tarea del nuevo gobernador, el general Garner,
y su equipo, según declaraciones de Bush en febrero, cuando se refirió
de manera explícita al papel estadunidense en la reconstrucción
de Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial: "Después
de derrotar a enemigos, no dejamos ejércitos ocupantes. Dejamos
constituciones y parlamentos. Establecimos un clima de seguridad en el
cual líderes locales responsables y los reformistas podrían
construir instituciones de libertad duraderas", declaró Bush.
Pero
vale recordar que Estados Unidos ocupó Alemania cuatro años,
y Japón siete. Aún hoy Estados Unidos mantiene más
de 110 mil soldados en esos dos países, recuerda el Washington
Post. Pero Garner ha reiterado que la presencia estadunidense durará
"meses, no años" y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, agregó
hoy que "no tenemos ningún deseo de estar ahí por largos
periodos, simplemente no lo tenemos".
Pero sí hay altos funcionarios en esta capital
que creen que los militares estadunidenses podrán establecer una
sede para soldados estadunidenses por un periodo prolongado en Irak. Este
fin de semana el New York Times reportó que se está
considerando mantener hasta cuatro bases militares en Irak: una en el aeropuerto
de Bagdad, otra en Tallil, cerca de Nasiriya, en el sur; una tercera en
una pista aérea en el oeste, y la cuarta en un campo aéreo
en el norte.
Rumsfeld negó que esta discusión hubiera
llegado a su nivel en el Pentágono, pero rehusó descartar
la posibilidad de que Estados Unidos busque negociar los derechos para
establecer bases militares en Irak.
Sin embargo, la configuración del Irak de posguerra
se ha convertido en tema de agrio debate entre funcionarios estadunidenses.
"Lo que necesitamos hacer de hoy en adelante es dar nacimiento a un nuevo
sistema en Irak. Empieza con nosotros trabajando juntos, pero es una tarea
ardua y toma mucho tiempo. Nosotros los ayudaremos hasta donde ustedes
quieran", declaró Garner hoy en Bagdad. Pero era difícil
determinar a quién se lo decía (Garner reporta al general
Tommy Franks, comandante de las fuerzas estadunidenses en la región).
Algunos oficiales y ex oficiales del Pentágono
creen que para establecer la seguridad requerida a fin de reconstruir el
sistema político de Irak se necesitará de la presencia de
varios cientos de miles de soldados estadunidenses durante largo tiempo.
Pero a un costo de más de 20 mil millones de dólares por
año y con elecciones presidenciales en este país en 2004,
algunos asesores de la Casa Blanca no se muestran muy ansiosos de mantener
este nivel de presencia en Irak por mucho tiempo.
Preocupa el fundamentalismo hostil a Washington
No obstante, algunos funcionarios estadunidenses ya están
expresando su preocupación de que una salida precipitada de Estados
Unidos podría dejar a Irak en manos de fundamentalistas islámicos
hostiles a Washington. El influyente senador republicano Richard Lugar,
y presidente del Comité de Relaciones Exteriores, declaró
el domingo que podría tardar hasta cinco años construir una
nueva democracia en Irak, y advirtió que Estados Unidos no debería
acelerar demasiado el proceso de reconstrucción política
de ese país. Lugar señaló como ejemplo, en entrevista
televisiva, que ahora hay fuerzas musulmanas chiítas que realizan
manifestaciones y se organizan para intentar dominar el proceso político
en Irak.