Defenderemos nuestras tierras de forma pacífica, aseguró un habitante del poblado
En alerta, zapatistas de Nuevo San Isidro; temen agresión de indígenas lacandones
ANGELES MARISCAL Y ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSALES
Simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) vecinos del poblado Nuevo San Isidro, ubicado en la Reserva de la Biosfera Montes Azules, dieron a conocer que este lunes se mantuvieron "en alerta" al cumplirse el plazo que les dieron indígenas lacandones para que abandonaran la región, bajo la amenaza de que serían desalojados.
En un recorrido que efectuaron periodistas que laboran para medios estatales chipanecos se comprobó que brigadas zapatistas vigilaban, armadas con machetes, la entrada de Nuevo San Isidro y terrenos de siembra, en espera de que llegaran a la comunidad los indígenas lacandones, lo que hasta el cierre de esta edición no ocurrió.
La amenaza fue hecha de viva voz el pasado 12 de abril, cuando líderes lacandones, quienes se autoconsideran guardianes de la selva de Chiapas, acompañados de autoridades de la Secretaría de Marina y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), amenazaron a los habitantes de Nuevo San Isidro con desalojarlos. Posteriormente, los lacandones se dirigieron a la comunidad vecina Nuevo San Rafael, donde emitieron una advertencia similar.
El plazo que dieron los lacandones se cumplió el pasado 19 de abril, por lo que observadores y defensores de los derechos humanos se trasladaron a Nuevo San Isidro, donde habitan unas 162 personas, con el propósito de otorgarles medidas de seguridad. Sin embargo, estas personas, afiliadas a seis organizaciones no gubernamentales, abandonaron la zona el lunes.
Al visitar Nuevo San Isidro reporteros de Chiapas, un indígena que dijo llamarse Lorenzo, explicó a nombre de sus compañeros: "defenderemos nuestras tierras de manera pacífica, no responderemos a la violencia (de los lacandones)".
Añadió que conscientes de que viven en una de la zonas naturales más importantes de México, "hemos procurado no dañar la selva, apenas y sembramos seis hectáreas de tierra. Venimos porque no teníamos otro lugar para vivir" provenientes de la zona Altos y del municipio El Bosque, debido al hostigamiento y a las amenazas que recibieron por parte de grupos ligados al Partido Revolucionario Institucional y al gobierno estatal.
El obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi Esquivel, pidió a las autoridades estatales y federales, así como a los indígenas lacandones, "que se evite la violencia y el desalojo por la fuerza" de los poblados asentados en la Reserva de la Biosfera de Montes Azules.
En entrevista, el prelado dijo que para resolver el problema de los asentamientos irregulares en Montes Azules, "se debe combinar el derecho que tienen los indígenas y campesinos a la tierra y a vivir, y el relativo a la protección del medio ambiente y de los ecosistemas, pues se están destruyendo áreas naturales de mucha importancia".
Felipe Arizmendi sostuvo que "la mayoría de la gente no fue allá (a Montes Azules) por gusto ni por turismo, sino por necesidad, algunos desplazados o expulsados de sus comunidades".