Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 22 de abril de 2003
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Política

Organismos cúpula, trampolín para llegar al poder, advierte especialista de la UNAM

La participación de empresarios en política ''agudizará la corrupción''

En este sexenio buscan posiciones de gobierno para promover su agenda Esa elite económica es más proclive al tráfico de influencias, señala el académico Ricardo Tirado

DAVID ZUÑIGA

Durante la administración del presidente Vicente Fox se agudizará la tendencia a usar los organismos cúpula del sector privado como trampolines para acceder al gabinete o a cargos de elección, lo cual consolidará en el poder a una elite político-económica más proclive al tráfico de influencias y la corrupción.

Quien advierte lo anterior es Ricardo Tirado, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y doctorante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante aproximadamente 15 años, Tirado Segura ha estudiado las organizaciones empresariales y sus relaciones con el gobierno. Es autor de numerosos artículos y coautor, con Matilde Luna, del libro El CCE: una radiografía.

Entre los trabajos recientes en los cuales ha colaborado destaca Business associations and their contribution to triple helix relations in México (Asociaciones empresariales y su contribución a las relaciones de hélice triple en México), que forma parte de la obra Networks of innovation in Latin America. Towards a triple helix of university-industry-government relationships (Redes de innovación en América Latina: hacia una hélice triple de relaciones universidad-industria-gobierno), editado por el Tecnológico de Massachusetts.

Actualmente trabaja en una investigación que busca explicar por qué los organismos que agrupan a los industriales (Concamin y Canacintra) no se movilizaron para impedir que les impusieran una apertura comercial en condiciones que resultaron dañinas para la mayoría de las empresas mexicanas. El investigador sostiene que ello se debió a la falta de una propuesta alternativa de apertura y a las presiones de los grandes grupos empresariales mexicanos, que fueron los beneficiarios de la liberación comercial.

En el gobierno de Vicente Fox, señala Ricardo Tirado, ascendió al poder una nueva clase política más cercana a los empresarios, aunque, en general, carente de la formación económica de la tecnocracia priísta.

Tirado Segura explica que los organismos empresariales han pasado de una etapa en la cual sólo reaccionaban a las acciones del gobierno a una etapa activa en la cual ya no sólo buscan incidir en las decisiones a través del cabildeo, sino ser gobierno y colocar cuadros para promover su agenda.

El tabú de la participación abierta de los empresarios en la política -detalla en entrevista- se rompió en la década de los 80 con la incursión de hombres de negocios en el PAN, y luego en el PRI, pero el nuevo maridaje entre la clase empresarial y la política comenzó a configurarse en el sexenio de José López Portillo.

''La tecnocracia que llegó al poder con López Portillo es cercana al empresariado: viene de estratos sociales más altos, se ha formado en escuelas particulares, tiene afinidades ideológicas y no es raro encontrar funcionarios que fueron compañeros de grandes empresarios en universidades de Estados Unidos. Ambos muestran afinidades como una mayor proclividad a la cultura del país vecino y un rechazo a la participación del Estado en la economía.''

El investigador de la UNAM señala que esta convergencia de las elites política y económica es un fenómeno que vislumbró el politólogo Peter H. Smith en Los laberintos del poder. El reclutamiento de las elites políticas en México, 1900-1971. ''La elite tecnocrática y la empresarial han empezado a integrarse en una sola. Este tránsito de las mismas personas de las grandes empresas al gabinete o al Congreso puede prestarse a conflictos de interés. Hemos tenido grandes escándalos de corrupción en el país y es probable que los peores aún estén por venir. Un escándalo de esa magnitud implica un alto riesgo político para el PAN, pero no parece haber conciencia de ello'', señala Tirado.

Otros actores que podrían resultar perjudicados por esta tendencia son las propias organizaciones del sector privado.

El tiempo de los ''ejecutivos''

Tirado destaca que el perfil de los dirigentes empresariales ha cambiado de acuerdo con las circunstancias: en épocas de conflicto entre el sector privado y el gobierno, grandes empresarios encabezaron las organizaciones, como lo hicieron en su momento Andrés Marcelo Sada -directivo de Cydsa a quien el gobierno echeverrista acusó de ''traidor a la patria''- o Juan Sánchez Navarro, de Grupo Modelo.

Después de esa etapa vino ''la de los ejecutivos'', es decir, empleados de las grandes empresas que se colocan en los organismos empresariales sin ser, en sentido estricto, empresarios. ''A los grandes empresarios no les gusta el desgaste de estar en primera fila, porque saben que son impopulares. Por eso no comparecen en foros públicos; prefieren actuar por detrás y sólo aparecen cuando la situación es grave."

Los organismos cúpula, ''devaluados''

Los organismos empresariales ''se han devaluado porque no han dado una representación efectiva a la enorme mayoría de los empresarios de este país. No creo en las cifras del Consejo Nacional Agropecuario, que hablan de 200 mil empresarios de afiliación libre. No puede ser. En México no hay asociacionismo; todos los organismos tienden a inflar sus cifras. Basta comparar estos números con los registros al Sistema de Información Empresarial Mexicano'', indica.

Finalmente, Tirado Segura considera que esta tendencia ha debilitado a las cúpulas del sector privado, porque un ejecutivo ''no se manda solo, sino que trabaja para una empresa determinada; además, tiene intereses personales distintos a los de un empresario: piensa en función de su carrera, no de una industria; planea dónde colocarse después, y eso lo hace ignorar o dejar en segundo plano los verdaderos problemas de los empresarios''.

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