GUERRA CONTRA IRAK
Tras recibir "señales positivas", Washington
disminuye la presión contra Damasco
Siria garantiza no otorgar refugio a ningún
criminal de guerra iraquí: EU
El secretario general de la Liga Arabe amenaza con dimitir
por diferencias con Kuwait
AFP, REUTERS Y DPA
Fort Hood, Texas, 20 de abril. Estados Unidos bajó
este domingo el tono de sus amenazas a Siria al asegurar que este país
da "señales positivas", mientras dos enviados de Washington a Damasco
dijeron haber obtenido la garantía de que el gobierno sirio no dará
refugio a ningún "criminal de guerra" iraquí.
Siria "está recibiendo el mensaje de que no debe
acoger a funcionarios del partido Baaz ni del régimen iraquí",
declaró el presidente George W. Bush tras haber asistido a una misa
de Pascua en una base militar en Texas.
Las
crecientes amenazas a Damasco, al que Washington calificó de "terrorista",
han alimentado la versión de que Siria podría ser el próximo
blanco de Bush.
Sin embargo, el presidente estadunidense dijo este domingo
que el secretario de Estado, Colin Powell, visitará Siria para sostener
conversaciones. "Confío en que el gobierno sirio nos haya escuchado
y creo cuando dicen que quieren cooperar con nosotros", indicó.
En tanto, dos miembros del Congreso estadunidense declararon
que el presidente sirio, Bashar al-Assad, se comprometía a no dar
refugio a ningún funcionario iraquí buscado por los estadunidenses,
así como a expulsar a cualquiera que encontrase en su territorio.
"Dijo que los sirios no darán refugio a ningún
criminal de guerra", afirmó Nick Rahall, representante demócrata
por Virginia, tras una entrevista con el jefe de Estado sirio.
"Assad agregó que actuaba junto a británicos
y otros amigos de Estados Unidos para resolver las cuestiones" relativas
a las acusaciones estadunidenses contra Damasco, añadió.
Rahall y Darell Issa, representante republicano por California,
hablaron este domingo en la capital siria con el presidente sobre Medio
Oriente y las relaciones bilaterales con Estados Unidos, en la primera
conversación entre responsables estadunidenses y el mandatario tras
la multiplicación de las acusaciones de Washington contra Damasco
en semanas recientes.
Rahall advirtió sobre el peligro de comparar el
régimen de Assad con el de Saddam Hussein: "Siria no ha ayudado
en nuestra lucha contra (la red) Al Qaeda", recordó.
No obstante, el senador demócrata Joseph Lieberman,
uno de los candidatos en la carrera presidencial estadunidense de 2004,
se mostró favorable a imponer a Damasco un ultimátum para
que entregue a los seguidores de Hussein que según él encontraron
refugio en Siria, que es, adujo, "la vía más lógica
de escape" que tienen los seguidores de Hussein.
"Y si los sirios no cooperan, deberíamos utilizar
todo nuestro talento y nuestra bravura para ir allá y capturar o
matar nosotros mismos a estos fieles de Hussein", amagó el senador,
quien acompañó a Al Gore en la fórmula presidencial
de 2000.
Los legisladores estadunidenses demócratas y republicanos
presentaron a finales de la semana pasada en el Congreso un proyecto de
ley que prevé sanciones contra Siria, para obligarla a "cesar la
ocupación de Líbano, dejar de apoyar al terrorismo y renunciar
a las armas de destrucción masiva".
Por otra parte, el presidente Assad y su homólogo
egipcio, Hosni Mubarak, subrayaron este domingo durante un encuentro que
mantuvieron en Damasco la necesidad de que "se ponga fin a la ocupación"
de Irak, informó la agencia oficial siria Sana.
Según la agencia, ambos mandatarios hablaron también
sobre las "amenazas estadunidenses contra Siria".
A su vez, el rey Abdalá II de Jordania, habló
por teléfono desde Ammán con el presidente del gobierno español,
José María Aznar, a quien dijo que se debe preservar la unidad
territorial de Irak, cuya población tiene que elegir libremente
a sus dirigentes.
Mientras, el secretario general de la Liga Arabe, Amr
Mussa, amenazó este domingo con dimitir de su puesto con motivo
de las acusaciones en su contra proferidas por Kuwait. Este país,
que sirvió de punto de partida para la invasión angloestadunidense,
se encontró aislado en las recientes reuniones de la liga, la cual
se pronunció contra la guerra.
Mussa dijo: "la gente debe tratarse con respeto, o dimitiré",
y subrayó que "las circunstancias difíciles por las que atraviesa
la nación árabe" le habían impedido tomar la decisión
de renunciar.