Armando Labra M.
El día después. Diagnóstico
No dejarse engañar por el título de este comentario. No trata de lo que pasará el día que termine la invasión esquizofrénica de Irak, sino de nuestra verdadera guerra, la de siempre, la que no logramos superar. La que siempre ha ganado el enemigo común, la desigualdad. Bueno, hasta hoy, porque parece ser que ahora sí hay algo verdaderamente nuevo en el horizonte. De veras, šno me abandone por el artículo de junto! Siga usted leyendo aquí y verá.
Hace unos días salió la noticia de que a fines de abril se publicará un diagnóstico sobre las condiciones del empleo en México. Se trata, ni más ni menos, de un estudio elaborado por las secretarías de Economía, de Trabajo y por la oficina de políticas públicas de la Presidencia. Se anticipa que el resultado del diagnóstico sea conmovedor, pero novedoso: "la estructura del Estado ha fallado para asegurar a los mexicanos un empleo digno". Nos deja estupefactos saber que la ocupación temporal y precaria vaya en ascenso y que se haya duplicado el lapso en que una persona despedida pueda rencontrar trabajo. Sin habla quedamos al enterarnos que, de hecho, créase o no, "existen factores externos que retrasarán la expansión empresarial y los empleos en el país..."
Volvimos a respirar cuando supimos que con todo, "México no atraviesa una crisis de empleo" y Ƒsabe usted por qué?, špues claro! Si aquí la tasa de desempleo abierto es de 2.8 por ciento, menor el promedio latinoamericano, que es de 8.7 por ciento. ƑCómo no se nos había ocurrido? ƑCuál crisis? šQué brutos somos! Claro, eso nos pasa a la mayoría de mexicanos por ser irredentos ignorantes de la alta economía, por no estudiar en Harvard. Afortunadamente, algún funcionario poseedor de ese atributo imprescindible para estar hoy en la nómina, declaró y nos aclaró que en efecto no hay crisis de empleo porque tenemos un mercado interno de potencial inmenso conformado por 100 millones de mexicanos "aunque 54 por ciento sea pobre". Menos mal, Ƒno ves, digo, está clarísimo?
Pero lo mejor es que a pesar de tales asechanzas y nuevos y grandes desafíos, estamos salvados. Ahora sí. Aparte del diagnóstico se nos ofrecerá una vía clara para... Ƒsalir de una crisis que no existe? Calma, calma, dejen terminar. Se ha descubierto, para azoro de la nación, que es necesario fortalecer el mercado interno "sin olvidar el externo". Gracias a Dios, un poco tarde, pero finalmente nos han quitado el velo, ahora, ša abrir los ojos, mexicanos! Aunque sigamos un poco aluzados por el brillor, la fórmula que se nos descubre para disipar la tiniebla mental en que los inútiles mexicanos pululamos ciegamente durante décadas moviéndonos sólo para darnos topes, unos contra otros, en espera de la verdad ahora revelada por el segmento más lúcido del gabinetazo, es absolutamente impecable: se buscarán "nuevas figuras" para impulsar el mercado interno, se brindarán estímulos fiscales (Ƒcómo ves, Paco?) para dar confianza al inversionista y se diseñarán programas de apoyo a 13 ramas industriales para que generen empleos. Así de facilito, como todo lo bueno.
Hay que reconocer lo novedoso, fresco y visionario de la propuesta, pero hay que advertir el riesgo de incursionar en terrenos ignotos, inexplorados, llenos de abrojos, cual melosa y engañosa trova yucateca. Una vez que se divulgue la nueva senda, tengo la certeza de que el entusiasmo envolverá a la nación y que cual hobbits de Zumpango de los Patos, 100 millones de mexicanos inoculados del cambio emprenderemos la gran marcha flotando en el embeleso de los modernos flautistas del gabinetazo de Hamelin. Qué Nobel ni que nada. Si viviera Manuel Buendía estoy seguro de que dispondría lo necesario para que el Ateneo de Angangueo invistiera a los autores con la Jarcia de Nopal, incorporándolos por aclamación a la Orden de la Jarretera Morada.
Los habrá que critiquen el esfuerzo. Necios sobrarán que digan que ya chole de diagnósticos y que todos sabemos que estamos pobres. Los agoreros del desastre y los emisarios del pasado harán coro -desafinado, por cierto- para salir con su batea de babas en tono de fa: durante decenios se creció al doble que la población y ahora, desde el cambio, a la mitad que la población y que por eso estamos pobres. Otros despistados dirán que eso del bajo desempleo en México es torpe y tramposo porque con trabajar una hora a la semana ya se le considera a uno empleado. šPamplinas, hombre! šSi no ayudan que no estorben! Así, nomás criticando, no podremos poner la cereza en el pastel del cambio, švamos! Esperemos el diagnóstico y su propuesta de marras y preparémonos para zambullirnos en sus páginas a beber del borbollón de su sabia savia. El día después, seremos otros.
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