Más de 10 mil personas acudieron a la
primera de cuatro presentaciones
Paul McCartney rompió 10 años de silencio
y ofreció concierto en Londres
El beatle romántico rindió sentido homenaje
a John Lennon y George Harrison
JUAN TRUJILLO LIMONES ESPECIAL
Londres, 19 de abril. Tras 10 años de ausencia,
Paul McCartney regresó al Reino Unido la noche del viernes, en lo
que fue el primero de cuatro conciertos que fueron programados en Londres,
que forman parte de la gira Back in the World 2003.
Al igual que en Francia, España y Bélgica
en fechas previas, el Earls Court de Londres se vio inundado por alrededor
de 10 mil seguidores de edad madura y cabello blanco en esta, la duodécima
fecha de su recorrido por Europa. Los recitales continuarán por
Alemania, Dinamarca, Austria, Suecia, Italia, Hungría, Rusia, Irlanda
y Escocia.
La velada musical de McCartney habló por sí
sola. Navegó por la historia temprana de The Beatles, pasó
por su material solista, y se detuvo en canciones compuestas y dedicadas
a John Lennon y George Harrison, hasta aquellas melodías del cuarteto
de Liverpool que hicieron impacto en Inglaterra y el mundo a principios
de los años 60. Un show de más de 25 temas.
Antes de ser ejecutada cualquier nota, destacó
el nuevo trabajo escenográfico de la producción de McCartney:
un performance de bailarines y actores representando antiguas culturas;
Grecia, China e India se hicieron presentes mediante vestuario, maquillaje
y decenas de globos gigantes que inundaron de elementos progresistas la
atmósfera del recinto.
La música comenzó con fuerza como bienvenida
con Hello, goodbye y All my love, canciones de los Beatles
de 1967 y 1963, respectivamente. McCartney al bajo, Rusty Anderson y Brian
Ray en las guitarras, Abe Laboriel en la batería y Wix Wickens en
los teclados, constituyeron una banda austera pero de eficaz ejecución.
La atmósfera londinense no escandalizaba, semejante a un concierto
de música clásica mientras el ex beatle tocaba piezas como
Lonely road, de su último álbum Driving rain,
de febrero de 2001. Sin embargo, la inyección de adrenalina llegaba
para el respiro de los conocedores sedientos por los éxitos del
legendario cuarteto. Fue así que apareció aquella canción
que toca los temas del tiempo de esclavitud estadunidense: Black bird.
El olor de cerveza estuvo presente y el de la mariguana
ausente, sin embargo, las prontas proyecciones de video hacían gala
de un toque progresista muy al estilo de Pink Floyd. Así, Let
me roll it y We can work it out contenían imágenes
y cortometrajes que recitaban la atmósfera beatlemaniática,
típicas del filme A hard day night y muchas otras coloradas.
Amigos y amores
"Muchas
veces no le expresamos a la gente lo que sentimos; esto fue algo que escribí
después de la muerte de John", comentó McCartney, quien se
vio envuelto por estrepitosos aplausos y silbidos durante un par de minutos
antes de ejecutar la acústica I love you. Los fieles a John
Lennon gimieron, aullaron, aplaudieron y sufrieron a más de 20 años
de la muerte del que para muchos fue el mayor genio del cuarteto.
No obstante, el lugar para George Harrison llegó
de inmediato. Los aullidos y relámpagos salientes de los miles de
gargantas explotaron en el Earls Court cuando McCartney, guitarra en mano,
ejecutó la famosa Something, no siendo más poderosos
que la invocación a Lennon.
Pero el ex beatle más romántico, nacido
el 18 de junio de 1942 en el puerto de Liverpool, en el noreste de Inglaterra,
nunca olvida a aquellas mujeres que le han hecho feliz. De esta manera
la atmósfera francesa llegó con Michelle, de 1965,
sin dejar de lado las composiciones dedicadas a Linda y Heather Mills,
su actual esposa.
Ayuda a Irak y Frida Kahlo
El inglés mostró su interés por la
guerra y la grave situación por la que atraviesa Irak: "Este tema
es muy especial para mí, todos los recursos que se obtendrán
por su venta irán a Irak", de esta manera fue el turno de Calico
skies, cuyo impacto en la audiencia fue aceptable.
El regreso a Gran Bretaña no significó mucho
comparado con la potencia del buen rock en ejecución durante Back
in the USSR, Let it be o bien el material extraído del Srgt.
Peapers Lonely Hearts Club Band, donde la real calidad musical de McCartney
aminoró sus piezas como solista. La audiencia, que en general se
mantenía congelada sin mucho movimiento, empezó a sentir
confianza.
El punto de clímax llegó con Hey Jude,
de 1968. Ahora sí, los gemidos y aullidos fueron suficientes para
hacer reventar el recinto. Durante más de 7 minutos, la pieza se
desarrolló con el coro del público de Londres recordando
las sesiones de cuatro días completos entre julio y agosto.
La artista mexicana Frida Kahlo apareció en las
pantallas gigantes durante el tema de los Beatles Lady Madona, que
sumó e inyectó adrenalina a la atmósfera beatlemaniática.
Ya cerca del final, el nacionalismo británico expresado
en el ondeo de la bandera británica y el Sargento Pimienta
visitaron Londres una vez mas, este último no sin antes reflexionar
también sobre su ayer en la siguiente pieza, Yesterday, de
1966. El tema más interpretado en el mundo sonó con una acústica
espléndida, y la voz de McCartney se mantuvo estable y sin complicaciones.
El multimillonario de 61 años, cuya fortuna asciende
a mil 200 millones de dólares, sigue rodando por el mundo. El dinero
no le interesa más, lo único presente es su sentimiento:
" Ir de gira es la excitación del contacto con la gente, un tipo
de reacción humana", comentó el ex beatle despues del concierto.