Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 20 de abril de 2003
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Espectáculos
Más de 10 mil personas acudieron a la primera de cuatro presentaciones

Paul McCartney rompió 10 años de silencio y ofreció concierto en Londres

El beatle romántico rindió sentido homenaje a John Lennon y George Harrison

JUAN TRUJILLO LIMONES ESPECIAL

Londres, 19 de abril. Tras 10 años de ausencia, Paul McCartney regresó al Reino Unido la noche del viernes, en lo que fue el primero de cuatro conciertos que fueron programados en Londres, que forman parte de la gira Back in the World 2003.

Al igual que en Francia, España y Bélgica en fechas previas, el Earls Court de Londres se vio inundado por alrededor de 10 mil seguidores de edad madura y cabello blanco en esta, la duodécima fecha de su recorrido por Europa. Los recitales continuarán por Alemania, Dinamarca, Austria, Suecia, Italia, Hungría, Rusia, Irlanda y Escocia.

La velada musical de McCartney habló por sí sola. Navegó por la historia temprana de The Beatles, pasó por su material solista, y se detuvo en canciones compuestas y dedicadas a John Lennon y George Harrison, hasta aquellas melodías del cuarteto de Liverpool que hicieron impacto en Inglaterra y el mundo a principios de los años 60. Un show de más de 25 temas.

Antes de ser ejecutada cualquier nota, destacó el nuevo trabajo escenográfico de la producción de McCartney: un performance de bailarines y actores representando antiguas culturas; Grecia, China e India se hicieron presentes mediante vestuario, maquillaje y decenas de globos gigantes que inundaron de elementos progresistas la atmósfera del recinto.

La música comenzó con fuerza como bienvenida con Hello, goodbye y All my love, canciones de los Beatles de 1967 y 1963, respectivamente. McCartney al bajo, Rusty Anderson y Brian Ray en las guitarras, Abe Laboriel en la batería y Wix Wickens en los teclados, constituyeron una banda austera pero de eficaz ejecución. La atmósfera londinense no escandalizaba, semejante a un concierto de música clásica mientras el ex beatle tocaba piezas como Lonely road, de su último álbum Driving rain, de febrero de 2001. Sin embargo, la inyección de adrenalina llegaba para el respiro de los conocedores sedientos por los éxitos del legendario cuarteto. Fue así que apareció aquella canción que toca los temas del tiempo de esclavitud estadunidense: Black bird.

El olor de cerveza estuvo presente y el de la mariguana ausente, sin embargo, las prontas proyecciones de video hacían gala de un toque progresista muy al estilo de Pink Floyd. Así, Let me roll it y We can work it out contenían imágenes y cortometrajes que recitaban la atmósfera beatlemaniática, típicas del filme A hard day night y muchas otras coloradas.

Amigos y amores

"Muchas veces no le expresamos a la gente lo que sentimos; esto fue algo que escribí después de la muerte de John", comentó McCartney, quien se vio envuelto por estrepitosos aplausos y silbidos durante un par de minutos antes de ejecutar la acústica I love you. Los fieles a John Lennon gimieron, aullaron, aplaudieron y sufrieron a más de 20 años de la muerte del que para muchos fue el mayor genio del cuarteto.

No obstante, el lugar para George Harrison llegó de inmediato. Los aullidos y relámpagos salientes de los miles de gargantas explotaron en el Earls Court cuando McCartney, guitarra en mano, ejecutó la famosa Something, no siendo más poderosos que la invocación a Lennon.

Pero el ex beatle más romántico, nacido el 18 de junio de 1942 en el puerto de Liverpool, en el noreste de Inglaterra, nunca olvida a aquellas mujeres que le han hecho feliz. De esta manera la atmósfera francesa llegó con Michelle, de 1965, sin dejar de lado las composiciones dedicadas a Linda y Heather Mills, su actual esposa.

Ayuda a Irak y Frida Kahlo

El inglés mostró su interés por la guerra y la grave situación por la que atraviesa Irak: "Este tema es muy especial para mí, todos los recursos que se obtendrán por su venta irán a Irak", de esta manera fue el turno de Calico skies, cuyo impacto en la audiencia fue aceptable.

El regreso a Gran Bretaña no significó mucho comparado con la potencia del buen rock en ejecución durante Back in the USSR, Let it be o bien el material extraído del Srgt. Peapers Lonely Hearts Club Band, donde la real calidad musical de McCartney aminoró sus piezas como solista. La audiencia, que en general se mantenía congelada sin mucho movimiento, empezó a sentir confianza.

El punto de clímax llegó con Hey Jude, de 1968. Ahora sí, los gemidos y aullidos fueron suficientes para hacer reventar el recinto. Durante más de 7 minutos, la pieza se desarrolló con el coro del público de Londres recordando las sesiones de cuatro días completos entre julio y agosto.

La artista mexicana Frida Kahlo apareció en las pantallas gigantes durante el tema de los Beatles Lady Madona, que sumó e inyectó adrenalina a la atmósfera beatlemaniática.

Ya cerca del final, el nacionalismo británico expresado en el ondeo de la bandera británica y el Sargento Pimienta visitaron Londres una vez mas, este último no sin antes reflexionar también sobre su ayer en la siguiente pieza, Yesterday, de 1966. El tema más interpretado en el mundo sonó con una acústica espléndida, y la voz de McCartney se mantuvo estable y sin complicaciones.

El multimillonario de 61 años, cuya fortuna asciende a mil 200 millones de dólares, sigue rodando por el mundo. El dinero no le interesa más, lo único presente es su sentimiento: " Ir de gira es la excitación del contacto con la gente, un tipo de reacción humana", comentó el ex beatle despues del concierto.

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