El país enfrentará uno de los grandes retos: hacer astronomía, asegura José Franco
Participará México en proyecto para construir telescopio gigante en España
KARINA AVILES
La construcción de uno de los telescopios más grandes que habrá en el mundo forma parte de un proyecto científico en el que participa la UNAM, el cual desarrollará al más alto nivel uno de los grandes retos de la nación, que es hacer astronomía.
Con iniciativas como ésta, dice el director del Instituto de Astronomía, José Franco, se contribuye a romper el círculo de dependencia de México hacia el exterior, en momentos en que hasta lo que se encuentra fuera del planeta podría ser privatizado por quienes tienen el poder y pretenden, "como el imperio", apoderarse de todo el conocimiento.
Hoy en día México es un país dependiente del exterior, por donde se le quiera mirar: "en alimentos, en tecnología, en medicina, en todo. De ahí que la única manera para romper esa dependencia es generar condiciones para que en un futuro no muy lejano se haga ciencia y tecnología vinculada con el área productiva", subraya Franco.
El astrónomo destaca que actualmente el apoyo a la ciencia es "un mito" y, por otro lado, "las universidades privadas no tienen un proyecto de nación, un proyecto educativo, y no están haciendo inversión en ciencia y tecnología porque son un negocio y funcionan como tal, lo cual es válido y lícito, pero el futuro del país no puede depender de un business, de una mentalidad empresarial".
En entrevista con La Jornada, da a conocer la participación de la UNAM en la construcción de este telescopio, que se ubicará en el observatorio El Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, en Canarias, España, y comenzará a operar en 2005. El costo de dicho instrumento, que tiene un diámetro de 10 metros -con lo que se coloca entre los tres más grandes del mundo-, es de 140 millones de dólares.
El gran telescopio canario, como se le denomina, permitirá, por ejemplo, ver la luz que salió de objetos hace más de 10 mil millones de años y, sobre todo, contribuirá a tener mejores respuestas a las grandes preguntas sobre el origen del universo, de las galaxias, de las estrellas, de la naturaleza de la materia oscura.
Independientemente de los retos para el intelecto, dice Franco, "hay un reto como nación que se cumple haciendo astronomía... la tarea de hacerla es tan importante para el país como la labor del maestro rural que está haciendo patria y enseñando a los chicos".
La realización de telescopios complejos como éste significa también desarrollar cuadros en óptica, electrónica, control, robótica, mecatrónica, etcétera. El directivo explica que México no podría financiar un instrumento con un costo de 140 millones de dólares, por lo que la participación del país es como un socio que tiene un porcentaje de 5 por ciento.
En términos de costos, ese porcentaje significa que México tiene que pagar el equivalente a 5 por ciento de la inversión mencionada. En términos académicos, significa que los científicos nacionales tendrán 5 por ciento del tiempo disponible del telescopio.
La participación en el proyecto se hizo como país, y la UNAM, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología son copartícipes. "Entre los tres hicimos un arreglo para llegar a 5 por ciento y para que cada uno ponga una parte", indica Franco.
Sumado a lo anterior, la máxima casa de estudios ganó una licitación para construir un instrumento que se colocará en el telescopio, llamado cámara de verificación, con el cual se verificará el funcionamiento de todo el equipo. Es la primera vez en la historia que la UNAM gana una licitación internacional, destaca.
Además, "somos socios de un consorcio internacional que está construyendo otra parte del telescopio, un espectrógrafo llamado Osiris, que será único en su tipo". De tal manera, con una inversión pequeña se garantizará a los astrónomos mexicanos tiempo en dicho equipo y se desarrollarán cuadros técnicos alrededor del mismo.
El investigador insiste en que el país "no podría financiar un instrumento de tal costo, y si lo hiciéramos no sería una buena inversión, ya que las compañías que se llevarían el dinero no serían mexicanas, porque la mayoría de las partes del instrumento tendrían que ser importadas".
De ahí la importancia de romper el círculo de la dependencia hacia el exterior, más aún en tiempos en los que aquel país que tenga el poder, como es el caso de Estados Unidos, se apropiará de todo lo que pueda alcanzar, incluso fuera de la tierra, pese a que el conocimiento es de todos. "šYa es tiempo de invertir en el desarrollo de México y de no comprar tecnología hecha! El que no lo haga nunca llegará lejos."
Por último, José Franco explica: "La ciencia es como el cuento de Las mil y una noches: hay una nueva historia que se construye cada día, una nueva verdad. Afortunadamente no hay respuestas finales ni absolutas para nada, de lo contrario hoy se acabaría la historia".