GUERRA CONTRA IRAK
El presidente, copartícipe del genocidio perpetrado
en la nación petrolera, acusan
Miles reiteran en España su exigencia de paz;
insisten en que Aznar dimita
"Quién nos iba a decir que nos llamarían
terroristas y asesinos", pregunta el gobernante
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 12 de abril. Cientos de miles de personas
mantuvieron en las principales ciudades españolas el mismo reclamo
que han venido manifestando desde que estalló la ofensiva contra
Irak: "no a la guerra". Persistió la exigencia de que renuncie el
presidente del gobierno español, José María Aznar,
a quien además señalaron como copartícipe del genocidio
perpetrado en el país árabe en semanas recientes.
En Barcelona, donde se reunieron más de 300 mil
personas, según organizadores, y Madrid se registraron las protestas
más multitudinarias, pero también fueron un reflejo del luto
y el pesar que embarga al pueblo español.
En
respuesta a la convocatoria del Foro Social Mundial, miles de ciudadanos
españoles volvieron a llenar las plazas públicas de gritos
de indignación y pesar por las consecuencias mortales de la guerra.
En las manifestaciones destacaron las fotografías
de los dos periodistas españoles muertos en el conflicto, el corresponsal
de El Mundo, Julio Anguita Parrado, y el camarógrafo de Tele
5, José Couso, este último asesinado por un tanque estadunidense
que abrió fuego contra el hotel Palestina, donde se aloja la mayoría
de la prensa internacional que reporta desde Bagdad y no está incrustada
en las tropas angloestadunidenses.
Las protestas tuvieron distinto cariz y respuesta, en
parte por el clima adverso y por las vacaciones de Semana Santa, pero en
prácticamente todas las ciudades españoles el grito de "no
a la guerra" se hizo presente. Así fue en Córdoba, Pamplona,
Sevilla, Granada, Málaga, Bilbao, San Sebastián, Palma de
Mallorca, Tenerife, Lleida, Girona, Vitoria y Badajoz, entre otras. En
todas ellas se reclamó, además de la salida del ejército
invasor, la apertura de diligencias judiciales contra Aznar, por su apoyo
sin reservas a la estrategia belicista de Estados Unidos.
La manifestación de Madrid se inició pasadas
las seis de la tarde y, a pesar de la intensa lluvia, decenas de miles
de personas desfilaron, muchas de ellas con pancartas que exigían
la dimisión de Aznar y fincar responsabilidades a las fuerzas militares
agresoras. Al final de la concentración se leyó un manifiesto
en el que se advirtió que las miles de víctimas civiles no
quedarán "impunes", al tiempo que se insistió en que Couso
fue "asesinado" y que por este crimen tendrán que responder Aznar,
Tony Blair y George W. Bush.
En Barcelona, más de 300 mil personas, según
los organizadores, se concentraron en las principales avenidas del centro
de la ciudad condal hasta que la riada humana llegó a la Plaza de
Tetuán, donde la actriz María Angelat expresó: "esta
guerra de agresión es injusta e ilegal, y ha puesto en crisis el
sistema de relaciones internacionales creado después de la Segunda
Guerra Mundial". Asimismo, los manifestantes acusaron al Partido Popular
(PP, derecha) y al gobierno de Aznar de llevar a cabo una "política
beligerante" que pone en riesgo la estabilidad mundial, por lo que exigieron
que sea llevado ante el Tribunal Penal Internacional para que responda
por los presuntos crímenes.
Al finalizar el recorrido en Santander se leyó
un comunicado en el cual los manifestantes expresaron que se oponen a la
guerra por ser "ilegal, injusta y criminal, movida sólo por los
intereses mezquinos de los escasos gobiernos que la apoyan", pues "no se
consigue la paz arrojando miles de bombas a una población indefensa".
El pueblo, agregaron, "se niega al unilateralismo de los déspotas,
por lo que es necesario recuperar el protagonismo en la preservación
de la paz y la implantación de la justicia y la libertad. Reclamamos
el respeto a los derechos humanos como marco fundamental donde se deben
desarrollar las relaciones entre países y entre los gobiernos y
sus ciudadanos".
En todas las protestas se recogieron además firmas
de ciudadanos que se quieran unir a la causa popular contra Aznar y su
gobierno, que enfrentan una demanda ante el Tribunal Supremo y a la que
se han sumado ya más de 15 mil personas, entre ellas los familiares
del periodista español "asesinado" en Bagdad.
Mientras las protestas recorrían las calles, Aznar
pidió a un grupo de militantes y candidatos de su partido que "vayan
con la cabeza en alto" por la labor que han hecho "a favor de la paz",
al tiempo que expresó, irónico: "¿Quién nos
iba a decir que a nosotros, ¡a nosotros!, nos iban a llamar terroristas
y asesinos?"