En el estreno británico de la ópera de Rouders se suprimieron la Torres Gemelas
El cuento de la criada, ''horrible visión de un futuro posible'': Phyllida Lloyd
Bush restableció en EU el fundamentalismo del Viejo Testamento, alerta la directora
LOUISE JURY THE INDEPENDENT
Un gigantesco noticiario cinematográfico mostrando la Estatua de la Libertad siendo destruida y la Casa Blanca bombar-deada abrió el estreno mundial de El cuento de la criada, ópera basada en la novela de Margaret Atwood, en Copenhague, hace tres años.
Para su estreno en Gran Bretaña, con la English National Opera, hace unos días, las imágenes de las Torres Gemelas del World Trade Center, visibles en el filme original, fueron borradas, pero el resto de la cinta se mantuvo. Su presentación en la capital británica fue considerada un éxito, tal y como sucedió en su primera escenificación en 2000.
Con la invasión en el golfo Pérsico, la directora británica de 45 años Phyllida Lloyd cree que el poder de esta ópera, escrita por el danés Poul Ruders, es más relevante ahora que cuando se publicó el libro de Atwood por vez primera en 1985.
El cuento de la criada comienza cuando un profesor del año 2195 revisa lo ocurrido en 2005, cuando un grupo fundamentalista religioso se hizo del poder en Estados Unidos y asesinó al presidente y a todos los legisladores.
Como consecuencia, se implantó un código moral estricto que negó a las mujeres todo derecho y limitó su papel a parir niños, siempre y cuando demostraran su capacidad de concebir, ya que los bebés sanos son considerados un bien preciado y escaso que sólo los ricos podían tener. El pluralismo y la libertad de pensamiento fueron erradicados. Cualquiera que fuera encontrado culpable de un segundo matrimonio o de alguna aventura amorosa era separado por la fuerza de su familia y enviado a centros de adoctrinamiento. Es ahí donde conocemos a la heroína Offred, destinada, dentro de este régimen brutal, a convertirse en un vientre sustituto de una pareja sin hijos. Offred es interpretada por la mezzosoprano Stephanie Marshall, en esta ópera en dos actos.
Atwood basó los hechos en la vida real de países tan diversos como Irán, China y Rumania. ''El cuento de la criada es una horrible visión de un futuro posible", señala Lloyd, ''y al parecer es más posible ahora que cuando lo leí por primera vez en la década de los 80 y desde que la dirigí en Copenhague", hace tres años.
Phyllida Lloyd estaba en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, dirigiendo su popular obra Mamma Mia, y le molestó el lenguaje de venganza y odio que dominaba los discursos. El conflicto en el golfo Pérsico sólo ha empeorado las cosas.
''Lo que me parece particularmente fuerte es este fundamentalismo, la retórica del Viejo Testamento que sale de Estados Unidos y que llegó desde que Bush se convirtió en presidente", afirma.
El cuento de la criada fue escrita por el compositor danés Poul Ruders para la Royal Danish Opera Company, su primera ópera nueva en 34 años. Atwood cedió los derechos porque Ruders afirmó que él quería hacer algo relevante, y de no haber escrito la ópera basado en este libro no habría hecho nada.
Lloyd, admiradora de Atwood, accedió a dirigir la obra porque el reto era demasiado grande para ignorarlo.
''Una nueva ópera, y más una de este tamaño, es muy difícil de encontrar. Es una pieza estremecedora."
Un factor final, pero no insignificante, es la fuerza de los personajes femeninos. ''Una siempre es atraída por las obras de teatro con grandes papeles para mujeres''.
La directora confía en que esta ópera, que examina lo que ocurre cuando la gente condena sin entender las cosas, sea una pequeña contribución al debate, pero no es tan ingenua como para pensar que el teatro puede frenar la guerra.
El cuento de la criada permanecerá en la cartelera teatral londinense hasta el 2 de mayo.
Traducción: Ericka Montaño
