Intelectuales e historiadores opinan sobre la
entrega del inmueble a la Iglesia católica
Ceder el Palacio del Arzobispado es ''una burla'' al
Estado laico
Verdadera injuria al juarismo y la historia de México,
considera Paco Ignacio Taibo II
Es un ''intento semiclandestino'' de grupos clericales
en busca de poder: Aguirre Anaya
ANGEL VARGAS, MONICA MATEOS-VEGA Y ERICKA MONTAÑO
La confirmación de la entrega del Antiguo Palacio
del Arzobispado a la Iglesia católica, en comodato, provocó
reacciones en contra por parte de intelectuales e historiadores que consideran
esta medida, que ayer dio a conocer La Jornada, como un retroceso,
una burla que atenta contra los valores liberales que dan sustento al país.
Paco Ignacio Taibo II, escritor, es uno de los
primeros integrantes de la comunidad artística y cultural que se
ha manifestado en contra: ''Esto parece un intento de darle vuelta al reloj
de la historia y una manera de echar para atrás las Leyes de Reforma.
Es, sin duda, una verdadera injuria al juarismo y a nuestra historia. No
logro entender por qué ese afán de otorgar el control de
un bien público, un bien nacional, a una asociación privada
como lo es la Iglesia católica. Definitivamente es algo patético
y una burla. Si por algo se ha caracterizado recientemente la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público (SHCP) es por ser una fuerza
del mal dedicada a perseguir al arte y a las voces pensantes".
Reglamentar los comodatos
Jaime
Guerrero, coordinador de la fracción parlamentaria de Democracia
Social e integrante de la Comisión de Cultura de la Asamblea Legislativa
del Distrito Federal: ''Como de costumbre, existe un gran silencio en torno
del asunto. La SHCP no ha dicho claramente cuáles son las razones
por las que se va entregar el inmueble no a la Iglesia, sino al Arzobispado
de México. Cuando hay silencio es que algo vergonzoso se calla.
Miembros de comités especializados no saben bien a bien en qué
consiste el proyecto propuesto. Hay una gran indefinición sobre
con qué bases jurídicas se otorgará el inmueble. Además,
hay que preguntar por qué a la Iglesia, si había ya la idea
de que ese inmueble se utilizara en algún momento como museo para
la colección Pago en especie, la cual es importantísima
y se encuentra reposando en bodegas quién sabe en qué condiciones.
''El Palacio del Arzobispado es el primer inmueble que
Benito Juárez expropió a la Iglesia, entonces resulta simbólico
que sea el que se les quiera regresar. La Iglesia tiene varios en uso y
en ningún lado se dice, ni por parte del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH) ni de Hacienda, en qué condiciones o qué
uso tienen esos inmuebles.
''La situación se inscribe en la política
más militante de grupos como los Legionarios de Cristo y el Opus
Dei, que desean una presencia en la vida política y mediática
de la nación, por ejemplo, mediante su intentona por obtener canales
de televisión.
''En cuanto a la figura del comodato, el gobierno acostumbra
dar para siempre y sin objetivos claros; hay que reglamentar eso. No se
puede dar en comodato para siempre, sin evaluación y sin conocer
un destino claro del inmueble. Es hora de que se regularicen las propiedades
que se poseen bajo ese régimen.''
Pésima idea y retroceso
Angeles González Gamio, secretaria general
del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México: ''Es una
pésima idea y un retroceso, porque ese inmueble fue el primero que
se le quitó a la Iglesia, que era muy poderosa en esa época;
era la dueña prácticamente de dos terceras partes de los
bienes de la ciudad, tenía haciendas y muchísimas cosas,
y eran los prestamistas más importantes. Tenía un poder verdaderamente
impresionante que llegaba al ámbito político, y esa fue una
de las razones por las que los liberales tomaron esa medida tan drástica
de emitir las leyes de desamortización de los bienes religiosos.
Este edificio fue simbólicamente el primero que se le quitó
al clero.
''Sería como revertir una obra muy importante que
hicieron los liberales que nos marcó ya como país laico,
sería ir en contra de los valores que sustentan de alguna manera
nuestra ideología liberal.
''Por otro lado, ese palacio actualmente tiene un museo
muy importante, porque aparte de que muestra la obra que los artistas dan
como pago de impuestos y que es un patrimonio de México y que todos
lo podemos disfrutar, organiza muchísimos actos culturales. Tiene
una función cultural muy importante para la ciudad.
''Indudablemente se trata de un intento del gobierno por
revertir las Leyes de Reforma, y lo está haciendo de una manera
incorrecta, socavada, diciendo que es para un museo de arte sacro. Pero
hay mil lugares que no tienen uso en los que se puede instalar ese museo
de arte sacro, por ejemplo, el claustro del convento de Jesús María
(en pleno Centro Histórico, en las calles de Jesús María
y Corregidora). Serviría para que ese claustro, que es bellísimo,
pero que está a punto de desplomarse, se salvara.''
Leyes de Reforma irreversibles
Carlos Aguirre Anaya, coordinador del seminario
de historia urbana de la dirección de estudios históricos
del INAH: ''Es nefasto por varias razones. Este lugar se expropió
en la época de Juárez, fue el primero, y eso implicaba no
sólo el hecho de la expropiación de un edificio de particulares,
sino un cambio radical en la vida del país, que fue la separación
entre Iglesia y Estado. México tiene muchos rezagos, pero si de
algo podemos presumir, y en ese sentido es muy moderno, es de la separación
Estado e Iglesia; fue un hito en el proceso de modernización en
el que todavía tenemos muchos saldos pendientes, pero éste,
podemos decirlo con satisfacción, lo cumplimos plenamente. No es
posible que en el siglo XXI se vuelva a una discusión ya superada,
ya resuelta por el pueblo mexicano y que finalmente lo único que
puede causar son rencillas totalmente irrelevantes en lugar de estar atendiendo
otros asuntos de mayor importancia.
''Las Leyes de Reforma no se podrán revertir, porque
conozco gente católica que no se puede separar por la Iglesia y
sin embargo sí se pueden casar por el civil gracias a Juárez
y las leyes liberales; un ejemplo es la pareja presidencial. Podrán
sacar el retrato de Los Pinos, pero ellos se pudieron casar gracias a esas
leyes, de otra manera no podrían estar casados. Las leyes liberales
son irreversibles. Es que es un intento semiclandestino de la oportunidad
que tienen estos grupos clericales de ocupar posiciones de poder. Más
que revertir, lo que quieren es ganar posiciones, tener el edificio del
Arzobispado sería tanto como apropiarse de uno de los inmuebles
más importantes que quedan de la Colonia, y en segundo lugar, es
un sitio de prestigio; entonces ellos quieren formar parte también
de este prestigio por medio de la apropiación de estos edificios,
que por lo demás ya tienen.''