DINEROS DE CAMPAÑA
Diego Fernández habría acusado a Bravo de doblegarse a los intereses del foxismo
Amigos de Fox detonó los disensos en AN
Molestó al senador la decisión del líder blanquiazul de asumir la responsabilidad del caso
JUAN MANUEL VENEGAS
La decisión que tomó el gobierno de Vicente Fox Quesada para que fuera el Partido Acción Nacional (PAN) la instancia que asumiera la responsabilidad de las presuntas irregularidades en las operaciones financieras de Amigos de Fox dividió a los cuadros directivos del panismo y terminó por romper con la otrora firme disciplina blanquiazul.
Las acusaciones que el senador Diego Fernández de Cevallos ha lanzado contra el gobierno foxista no son sólo la continuación de la añeja confrontación del abogado con el actual mandatario, sino el inicio de una disputa que se prolongará, seguramente, hasta el año 2005, cuando los panistas elegirán a la directiva que tendrá la responsabilidad de preparar al partido para los comicios de 2006. Una recopilación de los comentarios que se hacen entre funcionarios gubernamentales y partidistas indica lo anterior, y algunos apuntan que el legislador podría convertirse, desde ahora, en el ''principal obstáculo'' para la unidad del partido.
El anteriormente reconocido jefe Diego -acusan sus opositores en el partido- está lanzando acusaciones contra Fox, que resultan en una ''afectación general al gobierno representativo de Acción Nacional", pero también empezó ya a enfrentar a la directiva que encabeza Luis Felipe Bravo Mena, a quien -siempre de acuerdo a las mismas versiones- el abogado echó en cara estar convirtiendo al instituto político en ''apéndice del Ejecutivo federal'', al aceptar el "encubrimiento" de la asociación foxista que entre 1999 y 2000 creció paralelamente al partido, sin ningún control.
Diego habría acusado a Bravo Mena de "doblegarse" a los intereses del foxismo gobernante. Incluso, se afirma que cuando el martes primero de abril hizo pública su renuncia a seguir con la defensa legal de Amigos de Fox (que había tomado por "instrucciones" del CEN del partido), Fernández de Cevallos conocía el resultado de la reunión que la víspera había tenido lugar en la Secretaría de Gobernación entre el titular de la dependencia, Santiago Creel; el vocero presidencial, Rodolfo Elizondo; Bravo Mena, y los principales responsables del financiamiento foxista, Lino Korrodi y Carlos Rojas Magnon.
En esa encerrona en Bucareli, se había empezado a tejer lo que después se haría realidad: Korrodi, Rojas y compañía abrirían sus cuentas; presentarían las cifras de sus aportaciones a la campaña presidencial que no fueron reportadas al IFE y, a partir de esa medida, el partido contraería la "responsabilidad" del caso. Todo con el objetivo de "cerrar" lo antes posible este caso, y el cuidado de zafar a los Amigos de Fox de la disputa legal que se ventila en los medios y, con ello, "proteger" la figura presidencial.
Creel "empezó a jugar" por su cuenta y bloqueó a Lozano Gracia
De esa misma decisión, se abrió otro frente en el espectro panista: el del mismo Fernández de Cevallos con Creel Miranda, quien terminó por convertirse en el "principal operador" de aquella estrategia definida en la semana del 31 de marzo al 6 de abril.
Hasta antes de esa reunión en Bucareli, en el interior del panismo no había casi ninguna duda: entre Creel y Diego hay una "alianza", se afirmaba. Hoy todo hace indicar que ésta se rompió. Pero no sólo por el caso de los Amigos de Fox. Hay otros dos recientes acontecimientos que hacen sustentar que, para "enojo" del senador, Creel empezó a "jugar por su cuenta":
El rechazo del CEN para incluir al ex procurador Antonio Lozano Gracia en su lista de candidatos plurinominales a una diputación federal, y la designación que hizo Fox del ex priísta Florencio Salazar Adame como nuevo secretario de la Reforma Agraria.
De acuerdo con esta versión, fue Creel el que convenció a Bravo Mena de la "conveniencia" de dejar fuera de las propuestas del CEN a Lozano Gracia, en beneficio de Juan Molinar Horcasitas, panista de reciente afiliación y, como Creel, ex consejero electoral.
Pero el secretario Gobernación no sólo habría trabajado en favor de Molinar por la "identidad política" que los une, sino porque desde el círculo más íntimo del foxismo se envió la señal: el Presidente no quería a Lozano en San Lázaro. Y no lo quería por una razón: su cercanía con Diego Fernández de Cevallos.
Y mientras Fox, Creel y Bravo Mena enviaban estos mensajes a Fernández de Cevallos, un grupo de senadores panistas empezaron a presionar a la dirigencia: ya no quieren a Diego como su coordinador.
La fractura, pues, es evidente. Tan sólo hay que recordar que fue precisamente Fernández de Cevallos -aliado todavía con Creel- quien operó hace apenas un año todo el tinglado interno para que Bravo Mena se religiera al frente del CEN panista.