Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 11 de abril de 2003
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Mundo
REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

Operación Testigos bombardeados

Washington contra la prensa

La ''puesta en escena'' de la liberación de Irak

A PARTIR DE ahora, la "guerra preventiva" también incluye a la prensa y el derecho a la información. Ya no son sólo los ''estados terroristas'' los objetivos del fundamentalismo estadunidense. Cada vez que George W. Bush califique de "tontas" las preguntas de los reporteros que le piden cuentas sobre la invasión a Irak, uno puede esperar que el siguiente paso será despedir a corresponsales de las cadenas televisivas, como el veterano Peter Arnett, y que le apretarán las tuercas a los grandes medios estadunidenses. Cada vez que Colin Powell criminalice a las televisoras árabes, en especial a Al Jazeera, por difundir imágenes incómodas, como la de sus soldados presos o muertos, así como reportes que desmientan los triunfos militares angloestadunidenses, se puede esperar que destruyan su centro de transmisión y maten a alguno de sus trabajadores. Y cuando los reporteros se rebelen ante el comando central en Doha, es casi seguro que el general Tommy Franks y su lugarteniente Vincent Brooks darán la orden de bombardear y, si se puede, aniquilar a todo aquel camarógrafo, fotógrafo o reportero que intente dar el testimonio periodístico de la masacre que ocurre ahora en la Bagdad liberada.

LAS SEÑALES Y los símbolos son abyectamente nítidos. El hotel Palestina, que en el nombre lleva el recuerdo de la ignominia histórica que Estados Unidos e Israel han prolongado durante décadas en Medio Oriente, fue bombardeado a la vista de todos los reporteros occidentales que ahí se alojan, incluyendo a los enviados de Televisa, que se salvaron de manera fortuita. El periodista Robert Fisk -que no debe estar lejos del fuego amigo y ha descrito como pocos la intensidad del ataque contra civiles apilados en hospitales iraquíes- lo subrayó así en su crónica del 8 de abril: para el secretario británico de la Oficina del Exterior, David Blankett, los reporteros están trabajando "en la línea enemiga" (La Jornada, 9/IV/2003, p. 7). La cadena francesa Telefrance 3 mostró claramente cuando el tanque estadunidense, apostado en una margen del río Tigris, giró 300 metros, apuntó sobre el piso 16 del hotel Palestina y disparó al sitio donde estaban, entre otros, Taras Protsyuk, de la agencia Reuters, y el español José Couso, de Telecinco, el segundo reportero español que muere en menos de 48 horas, después de Julio Anguita Parrado, del periódico El Mundo. En sus tímidos reportes sobre este ataque a la prensa, CNN reprodujo las palabras del vocero de Telecinco, al informar el retiro de sus corresponsales en Bagdad: ''las cámaras de video no disparan. Simplemente registran lo que sucede''. También la BBC minimizó el ataque, a pesar de que en esta guerra dos de sus trabajadores han sido alcanzados por el fuego: Kamaran Muhammed, traductor kurdo que murió el 6 de abril, y John Simpson, editor de noticias internacionales, herido el mismo día.

LA OPERACION TESTIGOS bombardeados no es resultado de una casualidad, sino del peculiar "control de daños" que Estados Unidos pretende realizar en esta nueva fase de la guerra. Mientras plácidamente toca el piano, Condoleezza Rice le puede sugerir a George W. Bush, que se atraganta con sus galletas Pretzler: "Georgie, si dinamitamos la ONU, humillamos a nuestros aliados y balcanizamos el mundo árabe, ¿por qué no vamos a darle una lección a estos incómodos periodistas que no nos dejan hacer nuestro trabajo?". Y Donald Rumsfeld, que no conoce de metáforas, completará: "¡claro! Aniquilemos a algunos para que todos salgan despavoridos de Bagdad!". El mercader Richard Cheney (tan oculto en estos días) seguramente sugerirá: "Bueno, podemos destruir Al Jazeera y a la televisión iraquí, e invitamos después a Ted Turner (CNN) y a Rupert Murdoch (Fox News) y a la General Electric (NBC) para que mediante convenientes contratos con Halliburton reconstruyan las estaciones televisivas del mundo árabe y le ordenamos a Qatar que acabe de una vez por todas con el jueguito de Al Jazeera. Estas tres grandes cadenas pueden fundar la estación Libertad Amordazada", que se inauguró apenas ayer.

Liberación escenográfica y televisada

AL DIA SIGUIENTE de la eliminación de los "ojos incómodos", la televisión global difundió las imágenes que desde el principio Washington quería: el derrumbe de una enorme efigie de 10 metros de Saddam Hussein, en pleno centro de Bagdad, previamente cubierta por una bandera estadunidense. Los comentaristas de la televisión estadunidense decían que "centenares de iraquíes" gritaban jubilosos frente a la caída del símbolo. Y el jueves 10 de abril, después de la intoxicación mediática sobre la liberación de Bagdad, los aliados angloestadunidenses inauguraron la etapa de la guerra de comunicaciones, al estrenar una nueva cadena de televisión, con mensajes de George W. Bush y Tony Blair. La estrategia es clara: como en toda invasión y colonización, el "control de las mentes" comienza ahora con una cadena televisiva a modo. Sólo se les olvidó un detalle: los iraquíes no escucharon los mensajes de sus nuevos amos, porque la mayoría del país se encuentra sin energía eléctrica.

EN LAS ACTUALES circunstancias, la mayoría de los habitantes de Bagdad se encuentran guarecidos, algunos aprovechan el caos para saquear edificios y mercados de la capital iraquí y el Grupo Internacional de Defensa de la Salud del Colegio Universitario de Londres calcula que en los próximos días morirán entre 50 mil y 250 mil iraquíes a consecuencia de los bombardeos, la hambruna y la falta de agua en ciudades como Basora y Bagdad, provocados por la liberación angloestadunidense.

DONALD RUMSFELD SE adelantó, efusivo, a comentar las imágenes prefabricadas, a las que calificó de ''asombrosas" y las comparó con las de la caída del muro de Berlín y con las de la muerte del dictador rumano Nicolae Ceaucescu. Paradójicamente, mientras Rumsfeld cantaba victoria, el secretario general de la ONU, Koffi Annan, afirmaba que es demasiado pronto para saber quién tiene el control de Irak, y el vicepresidente Richard Cheney confirmaba que el norte de Irak aún es controlado por el régimen de Saddam Hussein.

LA PUESTA EN escena de la "euforia liberadora'' está orientada a tranquilizar a la ''mayoría silenciosa'' y conservadora de Estados Unidos, para contener el crecimiento de una opinión pública que desde el ataque contra los periodistas se ha vuelto más virulenta. Tan sólo las organizaciones Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas, ambas con sede en Estados Unidos, y la Federación Internacional de Periodistas, en Bruselas, calificaron de ''crimen de lesa humanidad'' el bombardeo contra periodistas y demandaron al Pentágono una pronta investigación. El gobierno estadunidense y las principales cadenas televisivas, amalgamados en un discurso de patriotismo exacerbado, han minimizado el ataque al hotel Palestina y a la cadena Al Jazeera, y sobredimensionado las escenas del "derrumbe de la estatua" de Hussein. ¿Qué dirán cuando vuelva a aparecer un video de Hussein, como sucedió con Osama Bin Laden, o cuando los ataques suicidas vuelvan a aparecer en el escenario de las buenas conciencias bélicas?

El incremento de la lectura

A TRES SEMANAS de esta guerra con tintes de neocolonialismo, el incremento de la lectura de medios informativos se ha convertido en una de las formas de resistencia civilizatoria ante la suma de mentiras y de propaganda que nos ha recetado la televisión globalizada. Quizá constituya el aprendizaje más profundo de esta operación infame: la necesidad de conocer, saber y participar en la discusión que se ha dado, privilegiadamente, en los medios impresos.

EN ESPAÑA, INFORMES de los propios editores de periódicos revelan que el lector constante de periódicos incrementó de 2 hasta 5 horas su nivel de consulta diaria. En el caso mexicano, las cifras no son tan alentadoras, en términos cuantitativos. Según distintos reportes de la Unión de Voceadores de la ciudad de México, la circulación de los periódicos se incrementó entre 5 y 10 por ciento. Otros calculan que sólo subió 2 por ciento. Sin embargo, lo que sí es significativo es el interés y la necesidad de encontrar en los medios impresos una historia distinta a la que los medios electrónicos han querido construir.

POR LO PRONTO, en medio de la catástrofe bélica, en algunas escuelas de la ciudad de México, como en el CCH Sur, se crearon nuevos medios impresos, como el diario Lisístrata, que se distribuye diariamente entre 3 mil estudiantes de bachillerato y que reproduce muchos materiales publicados en La Jornada y en sitios de Internet. Quizá la lección más importante es el surgimiento de esta nueva opinión pública que retorna a la lectura y al debate como necesidad vital y humana frente al asesinato en vivo y en directo de las pantallas.

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