GUERRA CONTRA IRAK
En Bagdad, enfrentamientos armados, saqueos y ataques
de la aviación de Washington
Atentado suicida mata a soldado de EU; otro perece
en combate
Admite el Pentágono que las tropas invasoras
precisan aún "erradicar a algunos chicos malos"
Cinco ministerios, en llamas por el pillaje; militares
estadunidenses sí protegieron el de Petróleo
AFP, REUTERS, DPA Y PL
Washington, 10 de abril. Saqueos y combates esporádicos
continuaban hoy en Bagdad, donde el primer atentado suicida tras la "liberación"
ayer de esta capital mató a un soldado de Estados Unidos, mientras
otro mu-rió en una batalla de cuatro horas en una mezquita de la
capital, donde su-puestamente se refugiaban líderes iraquíes.
Además, la aviación estadunidense atacó áreas
que continúan bajo control de resistentes árabes.
En el norte de Irak las tropas estadunidenses y sus aliados
kurdos to-maron la estratégica ciudad petrolera de Kirkuk, y al
anochecer entraban a Mosul, la tercera urbe del país después
de Bagdad y Basora.
El ataque suicida fue perpetrado por un hombre que detonó
los ex-plosivos que cargaba en un puesto de control en pleno corazón
de la capital iraquí, cerca del hotel Palestina, donde se aloja
la prensa.
Un soldado murió, dijeron fuentes estadunidenses
citadas por Afp, aunque previamente el oficial Matt Baker había
hablado de "algunos" muertos, y luego se dijo que sólo había
cuatro heridos.
El atentado "ciertamente refuerza el peligro que aún
permanece", dijo el general Stanley McChrystal, subdirector de operaciones
del comando conjunto. "Mientras tratamos de permitir que la vida vuelva
a la normalidad, resulta cada vez más difícil mantener la
protección de nuestras fuerzas", sostuvo.
El caos reina en la capital iraquí en el segundo
día de saqueos y robos, ante la mirada impasible de las tropas de
ocupación.
Tropas recogen cadáveres
El
ataque suicida se registró apenas horas después de que un
marine murió y más de 20 resultaron heridos durante
una batalla de cuatro horas contra soldados leales al presidente Saddam
Hussein y combatientes árabes que disparaban desde la mezquita Al
Adham.
Combatientes voluntarios árabes habían controlado
durante la jornada varias calles en las cercanías de la mezquita,
y otras en un distrito vecino, así como al oeste del Tigris y cerca
del cuartel central del servicio de inteligencia iraquí. Aviones
y helicópteros estadunidenses bombardeaban esas zonas.
Ahmed Bahaddou, camarógrafo de Reuters, vio posteriormente
a tropas de Estados Unidos cargando 21 cadáveres, aparentemente
de ci-viles y soldados iraquíes, en una carretera hacia el aeropuerto
internacional. Según testigos, ya antes habían recogido otros
cuerpos.
Fuentes estadunidenses dijeron que en la mezquita se refugiaban
altos líderes iraquíes, y hablaron 18 paramilitares capturados
y un número indeterminado de muertos.
En el noreste de la capital los marines penetraron
en el distrito Saddam, donde atacaron a fuerzas leales con artillería
pesada y morteros. "Necesitamos todavía erradicar a algunos chicos
malos", dijo el teniente Mike Culpepper.
Bagdad continúa siendo un "lu-gar peligroso", declaró
por su parte el general Victor Renuart, quien estimó que las fuerzas
estadunidenses y británicas "controlan en-tre 50 y 60 por ciento
de Irak".
Al anochecer al menos cinco ministerios estaban en llamas
en el centro de Bagdad. Sin embargo, hubo un edificio gubernamental que
los soldados estadunidenses sí se encargaron de proteger: el Mi-nisterio
de Petróleo.
Mientras, algunos iraquíes critican a los estadunidenses
por no impedir los saqueos y advierten que podrían enfrentar una
revuelta si se quedan mucho tiempo. Mehdi al Aibi Mansur, mercader chiíta,
dijo que se alegraba de que la era Hussein hubiera terminado, pero advirtió
que "la gente ya no tiene miedo, no tendrá miedo de levantarse"
contra los estadunidenses.
"¿Qué liberación, qué libertad?",
preguntó el músico Fais Jalil en una panadería, uno
de los pocos comercios abiertos. "Se saquea por todos lados", señaló,
mientras Hajdar Abbas dijo que vio con sus "propios ojos" cómo los
estadunidenses disparaban el martes contra vehículos civiles en
el este de Bagdad dejando 15 muertos.
Aunque esa cifra no es comprobable, sí lo es el
hecho, presenciado por periodistas occidentales.
Lleno de amargura, el politólogo iraquí
Mohammed al Sheijli co-mentó: "Queríamos ser nosotros los
que acabáramos con el régimen, no queremos a los estadunidenses,
que ocupan nuestro país y permiten los saqueos".
A su vez, un iraquí sostuvo que el grupo que festejó
el derribo de la estatua gigantesca de Saddam no era muy "nutrido", y tampoco
una muestra representiva de la población de Bagdad: "Hay gente aplaudiendo
(a los estadunidenses) que ayer lanzaba consignas por Hussein en cualquier
oportunidad".
Durante el derribo de esa estatua, casualmente la bandera
estadunidense que ondeó en el Pentágono el 11 de septiembre
de 2001 estaba a mano para ser colocada sobre la cabeza del monumento.
Luego fue remplazada por una iraquí, pero no antes de que las televisoras
hubieran filmado la escena, destacó el diario británico
The Independent.
También este jueves los soldados estadunidenses
intentaron derribar otra gran estatua de Hussein en el centro de Bagdad.
Cuando el intento con un tanque fracasó, colocaron una carga explosiva,
pero sólo abrió un gran boquete en la estatua.
Mientras, el modo en que los es-tadunidenses lograron
controlar la mayor parte de Bagdad ha hecho sospechar a observadores árabes.
"La resistencia en Nasiriya y Kerbala sólo retrasaba
la conquista de Bagdad", señaló un ex jefe del servicio secreto
iraquí, mientras el diario árabe Al Hayat sostiene
que hubo un acuerdo secreto entre los estadunidenses y la cúpula
militar sunnita para evitar un gran enfrentamiento en la capital y otras
ciudades de esa mayoría religiosa.
Caen Kirkuk y yacimientos
En el norte de Irak, entre tanto, centenares de guerrilleros
kurdos con unidades especiales estadunidenses tomaron Kirkuk, a 300 kilómetros
de Bagdad, luego que los iraquíes se retiraran tras un levantamiento
de la población.
Pero Turquía advirtió que es "inaceptable"
que las fuerzas kurdas ejerzan un control "permanente" de la ciudad. "Dispondremos
de observadores militares en la zo-na", advirtió la cancillería.
En un intento por tranquilizar a Turquía, la Casa
Blanca confirmó que "las fuerzas estadunidenses controlarán
Kirkuk". Por lo pronto, ya se apoderaron de los yacimientos petroleros
de la zona.
En tanto, una docena de tanques y vehículos blindados
estadunidenses se dirigían esta noche a Mosul, también en
el norte, porque miembros de la Guardia Republicana se habían congregado
en esa ciudad y Tikrit, donde nació Hussein.
Aviones estadunidenses bombardearon a esos grupos. Además,
la fuerza aérea informó haber bombardeado la vivienda de
un medio hermano de Saddam, en Tikrit.
En el sur de Irak, en Basora, la situación rozaba
la anarquía, agravada por la ausencia de cualquier autoridad local
o policial y la indiferencia de las tropas británicas.
Entre tanto, el paradero de Saddam Hussein seguía
siendo un misterio. Los contradictorios rumores lo ubican tanto en Tikrit
como en la embajada rusa en Bagdad o en una ruta hacia Siria que fue escenario
de duros combates.
Por lo pronto, soldados de Estados Unidos controlan ya
las salidas a Siria y Jordania, informó la cadena árabe Al
Jazeera.
Y así como no hay rastro de Saddam Hussein, tampoco
del presunto arsenal de destrucción masiva que según Washington
y Londres el régimen poseía, aunque nunca se probó
su existencia.
Sin embargo, el secretario de De-fensa estadunidense,
Donald Rums-feld, dijo que las fronteras serán reforzadas para "impedir
la evasión de materiales utilizados en las ar-mas de destrucción
masiva", mientras el secretario de Estado, Colin Powell, insistió
en que "vamos a encontrar esas armas".
Por último, un total de 105 estadunidenses murieron
desde el co-mienzo de la guerra, el 20 de marzo, y 11 están "desaparecidos",
informó el Pentágono. Agregó que el nú-mero
de heridos es de 399.