Enrique Calderón A.
Los pueblos y los gobiernos ante la guerra de Irak
"Nosotros los pueblos del mundo, unidos para preservar a las generaciones venideras del terrible flagelo de la guerra..." Repito esta frase con que da inicio la Carta de las Naciones Unidas, según la cual se declara que el fin último y esencial de la ONU es la prevención y la detención de la guerra, responsabilidad en la que esta organización ha fallado miserablemente.
En mi optimismo desbocado, pensaba hace dos semanas que el Consejo de Seguridad de la ONU había impedido la guerra, al no dar su consentimiento a la invasión angloestadunidense a Irak. Craso error: los estadunidenses decidieron atacar, por sus pistolas y sobre la resolución de la ONU, en un acto ilegal cuya barbarie nos impresiona cada día, mientras que este organismo ha sido incapaz de emitir una sola palabra de condena ante este nuevo y horrendo crimen de los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos.
ƑPodría entonces alguien explicarnos cuál es o era el significado del veto de Francia, de Rusia y de China a la invasión? ƑAcaso nos lo podrían explicar el señor Chirac y el señor Putin, o el jefe de Estado de China? ƑDe igual manera nos podría alguien decir cuál es la razón para votar en contra de la guerra en ese consejo si nadie intenta que la resolución se respete? Porque de no haber respuesta, podríamos pensar que el tal Consejo de Seguridad, o es un teatro de comedia o de plano no sirve para nada, y lo mismo podría decirse de la ONU completa.
Contrasta el silencio de la ONU y su Consejo de Seguridad con las airadas protestas de las mujeres y los hombres de todo el planeta, con las críticas y análisis de los artistas, intelectuales, académicos y reporteros que comentan las atrocidades que cada día se cometen, con las opiniones de los niños reveladas en carteles, en entrevistas y en la vía pública, y de todo ello surge por vez primera y a escala mundial un hecho digno de meditación por su trascendencia: los gobiernos actuales de los diferentes países del mundo, para nada representan a los pueblos que supuestamente gobiernan. El divorcio parece ser total, y en este escenario la ONU es y ha sido una organización no de naciones ni de pueblos, sino tan sólo de gobiernos; de manera que la Carta de las Naciones Unidas, desde su primera frase "Nosotros los pueblos..." resulta una falacia total, por lo menos hasta hoy.
Hace unos cuantos días apareció en los diarios (quiero pensar que de muchos países) una proclama de famosos intelectuales, hombres de ciencia y poetas, haciendo un llamado a la sociedad civil, a los hombres y mujeres libres de todo el planeta, a organizarse contra la guerra, explicando a otros la irracionalidad que representa. Creo que esto es vital, el único camino posible para detener el holocausto. La movilización requiere organización y requiere tener objetivos concretos, y uno de éstos es, sin duda, el obligar a los gobiernos de cada nación a demandar el cese de hostilidades (antes desde luego que la reconstrucción de Irak, que en medio de la masacre sólo representa una verdadera actitud de rapiña).
Tomemos en nuestro caso al gobierno de Fox, con sus vacilaciones, su doble discurso que un día nos dice que está contra la guerra y al siguiente afirma que lucha por la multilateralidad de la nada. Creo que los mexicanos tenemos la obligación de exigirle a nuestro gobierno seriedad en este tema tan delicado como es la guerra, tema de vida y muerte, de destrucción y de crimen. Hoy estoy convencido de que si el gobierno mantuvo al final de las decisiones previas a la invasión una posición de rechazo a la guerra fue sólo ante la presión social (pequeña, por cierto, de los mexicanos). Sólo la manifestación clara contra la guerra y la exigencia de que el gobierno se ponga a la altura de las posiciones que otros gobiernos de nuestro país sostuvieron en el pasado puede hacer posible una postura digna de México en la ONU; lo siguiente es esperar que en otras naciones pase lo mismo, hasta que una mayoría de países decida ratificar y hacer valer lo que dice la Carta de las Naciones Unidas. El proceso puede resultar poco oportuno, dadas las exigencias de la realidad actual, pero la ONU es después de todo el único mecanismo viable que tenemos hoy.
Porque de no ser así, Ƒcuál es la esperanza del mundo para el futuro? Hoy ha trascendido ya el propósito de organizar una gran marcha por la paz el próximo 12 de abril, a la que convocan el Senado de la República y seguramente los partidos y otras organizaciones políticas y sociales. Enhorabuena.