GUERRA CONTRA IRAK
En Daguestán más de 20 mil manifestantes
rechazan la invasión angloestadunidense
Amonestan a líder musulmán ruso por llamar
a la guerra santa contra EU
Blando, el Kremlin pide a partidos políticos
retirar declaración que critica a Washington
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 4 de abril. El muftí supremo
de Rusia, Talgat Tadyuddin, quien ayer declaró la jihad contra
Estados Unidos por agredir a Irak, recibió este viernes una severa
amonestación de la procuraduría de la república rusa
de Bashkiria -en cuya capital, Ufa, se anunció el comienzo de la
guerra santa-, que equiparó la orden clerical del líder
espiritual de aproximadamente la mitad de los musulmanes del país
con "incitación a disturbios religiosos".
Tipificado como delito grave por la ley federal contra
el extremismo, en caso de hacer caso omiso de la llamada de atención
y de persistir en lo que el Ministerio ruso de Justicia denominó
hoy como "conductas ilícitas", el Departamento Islámico Central
de los Musulmanes de Rusia, que encabeza Tadyuddin, podría ser disuelto
como organización religiosa y su dirigente encarcelado.
Desde su forma de ver las cosas, Tadyuddin ya expresó
lo que tenía que decir. Por tanto, es de suponer que se cuidará
de no dar motivos adicionales para que la procuraduría ejerza acción
penal en su contra, escándalo que en realidad tampoco convendría
al Kremlin.
Ahora
importa más saber quién va a detener las manifestaciones
espontáneas de la gente o hasta qué grado los ánimos
encendidos podrían desbordarse y convertirse en un verdadero dolor
de cabeza para las autoridades rusas.
Porque los musulmanes rusos, al menos parte importante
de ellos, con fatwa o sin ella, asumen la jihad proclamada
por Tadyuddin como una manera de protestar contra la invasión estadunidense
a Irak, pero también contra las actitudes conciliadoras que Moscú,
pensando ya en la recomposición posbélica del país
árabe, empieza a mostrar hacia Washington.
Por lo mismo, en un despliegue no visto desde hace tiempo
en la república caucásica de Daguestán, más
de 20 mil musulmanes llenaron hoy la céntrica plaza de Baturmurzayev,
la principal de la ciudad de Jasavyurt, lugar donde se firmó el
acuerdo de paz que en 1996 puso fin a la primera guerra ruso-chechena.
Para muchos rusos, Jasavyurt es sinónimo de capitulación
del ejército federal frente a los rebeldes separatistas. En este
sitio, por voluntad divina expresada mediante los jerarcas religiosos islámicos,
se llevó a cabo la multitudinaria acción de protesta contra
la guerra, a la fecha la más concurrida de todas las que ha habido
en Rusia.
Entre los gritos de "'Bush, Hitler del siglo XXI", "Vergüenza
a los invasores" o "El petróleo vale menos que la sangre del pueblo
iraquí", según el testimonio recogido vía telefónica
por La Jornada, se pudo escuchar más de una exhortación
a la guerra santa contra Estados Unidos.
Sin embargo, en Jasavyurt no se llegó a los extremos
de beligerancia que por tercer día consecutivo se observan en la
localidad daguestana de Botlij, donde cerca de 150 personas realizan un
plantón con una enorme manta que decía: "¡Bush, asesino;
no escaparás a la venganza de los musulmanes del mundo y serás
ejecutado sin falta!", al tiempo que se sigue reclutando ahí a voluntarios
que quieran ir a Irak a luchar contra los invasores.
El rechazo hacia Estados Unidos es compartido inclusive
por jerarcas religiosos que desaprueban la jihad. Al respecto, el
muftí de Bashkiria, Nurmujamat Nigmatulin, quien respalda la exigencia
de cesar la agresión y negociar un arreglo político con Irak,
hizo hoy esta predicción:
"El pueblo de Irak no perdonará a Estados Unidos
que lo haya humillado, y la victoria temporal de la coalición foránea
se volverá derrota. El pueblo conquistado se levantará y
Estados Unidos se irá de Irak de manera vergonzosa, como se fue
la Unión Soviética de Afganistán."
El Kremlin, impasible
Acorde con la posición suavizada que adoptó
el presidente Vladimir Putin como estrategia para negociar entendimientos
posbélicos con su colega estadunidense, George W. Bush, el Kremlin
pidió hoy a las fracciones parlamentarias que controlan la Duma
(Cámara baja) retirar el proyecto de una nueva declaración
sobre Irak, que contenía duras críticas a la ofensiva militar
de Estados Unidos.
Uno de los autores del borrador, el diputado Konstantín
Kosachev, puso como pretexto que se recibieron muchas enmiendas, puntualizaciones
y sugerencias, lo cual hace indispensable reformular el escrito y posponer
el correspondiente debate.
En realidad el tema Irak estuvo presente en la sesión
matutina, cuando algunos diputados creyeron que su patriótico deber
era exigir, con espuma en la boca, que sus colegas estadunidenses de la
Cámara de Representantes reconsideraran la enmienda que anoche excluyó
a empresas de Rusia -así como de Francia, Alemania y Siria; esto
es, cuatro países con asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU
que se oponen abiertamente a la guerra- de los contratos de reconstrucción
financiados con recursos de Estados Unidos.
El Kremlin, impasible, entiende que no es muy amplio su
campo de maniobra y, por lo pronto, procura no echar más leña
al fuego de los desencuentros con la Casa Blanca.