Luis Javier Garrido
La condena
La invasión estadunidense a Irak ha recibido la condena de los pueblos de todo el mundo, pero los gobiernos de nuestros países, que hablan de paz, siguen avalando el genocidio que se está cometiendo contra el pueblo iraquí.
1. Y por ello hay que preguntarse si podrán entender quienes gobiernan América Latina que al violar Estados Unidos, como lo está haciendo, el orden jurídico internacional, lo que está en juego no es sólo el destino del pueblo de Irak sino el de toda la humanidad.
2. Las elecciones de la historia no tienen por qué entenderlas los empresarios neoliberales que gobiernan México, pero el problema se vuelve más preocupante cuando se ve que no las entienden siquiera los partidos llamados "de oposición". En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas condenó en la Sociedad de las Naciones la invasión de Italia a Abisinia, considerando que este país había sido "víctima de una agresión" a su soberanía, y anunció que defendería a ultranza, como lo hizo, los derechos de los etiopes. En 2003, sin embargo, todos los partidos políticos avalaron indignamente un discurso de Vicente Fox en el que decía que no hubiese votado en ese momento la intervención (lo que por otra parte le habría hecho imposible continuar en el cargo), y no les importó que la siguiese apoyando de manera explícita violando de manera flagrante el artículo 89 constitucional, pues: a) durante meses Castañeda, y luego Derbez, han contribuido a satanizar el régimen de Irak, repitiendo las mentiras de Bush, e incluso han estado al servicio de Washington, ya que: b) el mismo día del discurso de Fox, es decir poco antes del ataque, Derbez, como un verdadero sirviente de Estados Unidos, encabezó una iniciativa para exigir a Saddam Hussein su renuncia (24 de marzo) y: c) al iniciarse el ataque, México no sólo se negó a condenarlo sino que maniobró, haciendo verdaderos malabarismos, por medio de su embajador Adolfo Aguilar Zinser, para evitar que una mayoría del Consejo de Seguridad lo condenara (26 de marzo), con una miopía que hace ver que no entienden lo que está pasando.
3. El aspecto fundamental de la agresión de Washington a Irak, y cuya trascendencia se ha soslayado, es el hecho de que el gobierno estadunidense se halla bajo el control de extremistas de ultraderecha al servicio de las grandes multinacionales, que buscan no sólo: a) establecer un control estratégico -militar, político y económico- en Medio Oriente y Asia Central, sino: b) reformular el orden internacional del siglo XXI, para someterlo en lo sucesivo al dictado de Washington, y es ahí donde los gobiernos latinoamericanos, y muy particularmente el de México, han actuado como cómplices de estos intereses, por los vínculos que tienen sus gobernantes con ellos.
4. El delirio de Bush y sus amigos es absoluto y el proyecto económico no se esconde, de manera que la Casa Blanca ya concesionó a Stevedoring Services la reconstrucción de Um Quasr, ofrece los yacimientos petroleros de Irak a diversas trasnacionales, planea que la Kellog, Brown and Root se encargue de la reconstrucción neoliberal de Irak y, para no perder tiempo, Bush está pidiendo al Congreso 74 mil millones más para su guerra, que serían en realidad para edificar una nueva embajada en Bagdad y los edificios militares y administrativos desde donde se pretende administrar la riqueza iraquí y controlar Asia Central.
5. Un rasgo fundamental de la guerra es que el nuevo proyecto de dominación no se preocupa en esconder tampoco sus objetivos estratégicos, al igual que aconteció con la Alemania nazi en 1938, y que como en ese entonces, los gobiernos de los principales países muestran una incapacidad para frenar al Estado que pretende tener un destino manifiesto. El principal ideólogo de la invasión, Richard Perle (presidente del Consejo Asesor del Pentágono), llamado El príncipe de las tinieblas, no ha ocultado que la teoría de "la onda expansiva" supone que después de Irak seguirían Irán, Siria y Corea del Norte, y que en este escenario ha "pasado ya la época" en que la ONU se ocupaba de asuntos de seguridad, por lo que es necesario reformarla para reducir su función y limitarla a cuestiones "humanitarias", dado que en el futuro "la legalidad internacional sólo podría emanar de Washington" (El País, 24 de marzo).
6. La sumisión de la mayor parte de los gobiernos occidentales a Estados Unidos es preocupante ante la gravedad de la situación, sin que la heroica resistencia del pueblo iraquí ante la agresión parezca hacerles perder su actitud de complicidad con los invasores. Perle, quien es el ideólogo de los tres principales halcones de Washington -Paul Wolfowitz (subsecretario de Defensa), el vicepresidente Richard Cheney y Condoleezza Rice (asesora de la Casa Blanca para asuntos de seguridad nacional)-, sostiene, al igual que William Kristol, Michael Leeden y otros ideólogos ultraconservadores surgidos del llamado Proyecto para el Nuevo Siglo americano, la agrupación de extrema derecha que es hegemónica en el gobierno republicano, que nada puede impedir que Estados Unidos se erija como la superpotencia absoluta, pues "el vil fracaso" de Naciones Unidas sólo trajo "anarquía" cuando, según Washington, lo que el mundo requiere es "orden".
7. La ONU, sometida a Washington, al perder toda autoridad moral no podrá servir para gran cosa, ni mucho menos para detener la guerra, a menos que los pueblos obliguen a sus gobiernos a hacerlo. La invasión de Irak es ilegal e ilegítima, configura crímenes de lesa humanidad, y sin embargo el secretario general, Kofi Annan, ha estado paralizado ocho días haciendo declaraciones absurdas, y el Consejo de Seguridad, tras una reunión informal a puerta cerrada, en la que se negó a declarar la ilegalidad de la invasión (22 de marzo), esperó ocho días para volverse a reunir, olvidándose de que históricamente lo único que debe hacer, conforme a la Carta de la ONU, si quiere sobrevivir, es ordenar el cese inmediato del fuego y el retiro de las tropas invasoras, y proceder a una condena de Washington, enjuiciando como criminales de guerra a Bush y sus colaboradores.
8. La invasión de Irak ha sido un crimen del gobierno de Estados Unidos sustentado en una serie de errores de cálculo monumentales, pues no hubo la victoria militar rápida que preveían, no se produjeron los levantamientos populares de apoyo a los invasores, la credibilidad de los medios es nula, el desprestigio de Washington en el mundo es el mayor de la historia y tienen en contra movilizaciones en todas partes, y éstas son, sin duda, el principal factor para detener la guerra: para obligar a los gobiernos a actuar con decoro y exigir el cese del fuego y el retiro de los invasores.
9. La resistencia del pueblo iraquí ante la agresión pone en un brete a Bush y a los halcones de Washington, que van a negarse a salir de Irak, y a todos aquellos gobernantes que son sus cómplices, aunque pretendan no serlo, como Fox y otros jefes de gobierno serviles de América Latina, que hasta ahora no han exigido la paz, que pasa por el respeto al orden jurídico internacional: por la salida inmediata de las tropas invasoras, por una indemnización a Irak por la destrucción causada y, muy a pesar suyo, por el castigo a la camarilla de Washington.
10. El delirio de la ultraderecha estadunidense es absoluto, pues ante la condena internacional Donald Rumsfeld (secretario de Defensa) declaró ayer que no habrá "un cese al fuego negociado" (27 de marzo) y el secretario de Estado Colin Powell hizo saber al Congreso que ellos no permitirán la intromisión de la ONU en la etapa posbélica que prevén (26 de marzo), y es por ello que el desafío para los pueblos que quieren parar esta maquinaria bélica es mayor de lo que se pueda suponer, pero hacerle frente es fundamental para todos.