Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de marzo de 2003
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Política
GUERRA CONTRA IRAK

Sus actos derivan en grandes calamidades, afirmó

Representante de Cáritas-EU se dijo ''avergonzada'' de su presidente

ALME E. MUÑOZ Y JOSE A. ROMAN

La jerarquía católica mexicana transmitió ayer la tristeza de la Iglesia por no haber podido detener la guerra en Irak y reconoció, a través del obispo mexicano, Sergio Obeso, que en el proceso pacifista la sociedad civil estuvo por encima de la labor eclesiástica.

En consonancia con el representante del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Gregorio Rosa Chávez, los religiosos se comprometieron a unificar esfuerzos con las organizaciones no gubernamentales para restaurar la paz mundial y la reconciliación de las naciones en conflicto.

Durante el primer día de trabajos del 15 Congreso Latinoamericano y Caribeño de Cáritas, que se realiza en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en Lago de Guadalupe, los prelados criticaron una y otra vez la unilateralidad del presidente George W. Bush en iniciar el conflicto bélico por encima de la labor diplomática de cientos de países, al grado de que la presidenta de Cáritas de Estados Unidos, Geri Sicola, se avergonzó públicamente de su nación.

En nombre de los católicos estadunidenses lamentó que el mandatario optara por la violencia, sin considerar que sus actos derivarán en calamidades ''muy grandes para toda la humanidad''.

Reconoció: ''Los miembros de la delegación estadunidense estamos aquí con gran pena, porque nuestro líder no encontró otra forma de resolver el conflicto y adoptó acciones que, aunadas a la globalización, traerán pérdida de vidas humanas, destrucción económica, pero sobre todo nos transmitió que no confía en la eficacia de Naciones Unidas''.

La inauguración del foro fue una queja constante por la actitud del presidente Bush. Incluso el obispo de Jalapa, Sergio Obeso, subrayó que inician el encuentro ''escuchando el rugir de los cañones y constatando cómo las baterías de guerra siembran desolación en el mundo''. Condenamos, dijo, ''la decisión de anteponer las armas a la vías de la diplomacia''.

El habló de la impotencia, porque ''una vez más la humanidad ha sufrido una derrota ante el inicio de la agresión bélica decidida de manera unilateral por el gobierno de Estados Unidos y sus aliados''.

Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de El Salvador, estableció que el encuentro, que concluirá el próximo domingo, servirá para enaltecer la esperanza y continuar con el proceso de oración al que convocó el papa Juan Pablo II. Debemos buscar, dijo, ''signos de victoria sobre amenazas y odios; de perdón sobre venganza; de verdad sobre mentira, y enaltecer nuestro lema: nuestra esperanza, una América solidaria y sin exclusión, para lograr que el grito pacifista sea más fuerte que el estruendo inhumano de las armas de guerra''.

Por su parte, el nuncio apostólico en México, Giuseppe Bertello, en conferencia de prensa enfatizó sobre la necesidad de impulsar la obra humanitaria para el trabajo de reconciliación, porque ''hoy sin paz no podemos pensar en condiciones mejores de vida''.

Calificó de triste y dramática la actitud bélica de estados Unidos, y alertó sobre las consecuencias que derivarán de dicho comportamiento: odio, venganza y desintegración social, por citar algunas.

Reconoció que la Iglesia ''agotó todas las instancias posibles'' para tratar de evitar el conflicto, pero éstas no fueron suficientes para disuadir al presidente Bush, por lo cual confió en que la ONU retome su papel como garante de la paz.

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