No somos adversarios de Washington, sólo nos interesa restablecer la paz, aclara Ivanov
Exige el Kremlin el cese de la ofensiva "injustificada" de Estados Unidos
Intenso debate en la Duma sobre un proyecto de declaración acerca de la guerra
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 20 de marzo. El Kremlin demandó el cese inmediato del ataque militar de Estados Unidos contra Irak, el cual "no tiene ninguna justificación" y es un "enorme error político", según afirmó hoy el presidente Vladimir Putin en un mensaje a la nación transmitido por radio y televisión seis horas después de que cayeran las primeras bombas sobre Bagdad.
El inusual tono de dureza empleado por Putin se diluyó más tarde en las declaraciones que formuló el canciller Igor Ivanov a su regreso de Nueva York, en las cuales subrayó que Rusia "busca exclusivamente restablecer la paz, no somos adversarios de Estados Unidos ni es nuestra intención adoptar medidas antiestadunidenses".
La Duma, cada vez más dividida, protagonizó otra batalla de insultos y acusaciones entre los diputados, que finalmente fueron incapaces de aprobar ningún documento sobre la guerra contra Irak.
Desde la madrugada de este jueves, los rusos, mayoritariamente contrarios a la guerra, permanecen pegados a las pantallas de sus televisores, al tiempo que los principales canales se disputan la primicia informativa con equipos que transmiten en directo desde Bagdad.
El embajador de Estados Unidos aquí, Alexander Vershbow, encabeza la campaña justificatoria del horror, mientras entre mil 500 y 2 mil rusos se congregaron a las puertas de esa misión diplomática para protestar.
El ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, en coordinación con las autoridades de Irán, se dispone a desplegar varios campamentos de ayuda humanitaria en la frontera de ese país islámico con Irak, en previsión de los refugiados iraquíes que llegarán huyendo de la guerra.
El mensaje de Putin
Tras reunirse con los integrantes de su gabinete de seguridad nacional, el mandatario ruso dirigió un mensaje a la nación, cuyas partes medulares se resumen a continuación:
-La operación militar de Estados Unidos contra Irak, que se lleva a cabo sin tomar en cuenta la opinión pública mundial, ni las normas del derecho internacional, ni la Carta de la Organización de Naciones Unidas, pone a toda una región bajo amenaza de una seria catástrofe humanitaria y ecológica.
-El ataque militar no tiene ninguna justificación: ni la acusación de que Irak apoya el terrorismo internacional, nunca comprobada, ni la intención de cambiar ahí su régimen político, lo cual se contradice con el derecho internacional al pretender suplantar una decisión que corresponde sólo a los ciudadanos de cada país.
-Tampoco había ninguna necesidad de atacar Irak para tratar de encontrar respuesta a la pregunta que planteó la comunidad internacional, si tiene o no armamento de destrucción masiva y, a partir de eso, determinar las formas y plazos para su liquidación.
-Irak no representa ningún peligro para los países vecinos ni para otras naciones o regiones del mundo, por cuanto -después de 10 años de bloqueo- es un país débil en lo militar y en lo económico.
-La operación militar contra Irak es un enorme error político, que pone en entredicho todo el sistema de seguridad internacional.
-Si se acepta que llegó el momento de sustituir el derecho internacional con el derecho del más fuerte, conforme al cual éste siempre tiene la razón y puede hacer lo que se le antoje, y al escoger los métodos para alcanzar sus metas no encuentra ninguna limitación, se podrá dar por enterrado uno de los principios torales del derecho internacional: el principio inalienable de la soberanía de los estados.
-Por todo esto, Rusia demanda el cese inmediato del ataque militar y reitera que el Consejo de Seguridad de la ONU debe hacerse cargo de la crisis de Irak, pero cualquier solución también debe considerar los intereses legítimos del pueblo iraquí, así como respetar la soberanía e integridad territorial de ese país.
Posición matizada
En esta ocasión, al hablar de la crisis de Irak, el mandatario ruso evitó hacer la referencia de rigor a la necesidad de mantener el nivel de la relación bilateral con Estados Unidos, pero ello tampoco significa que Moscú quiera llevar las actuales diferencias al extremo de romper con Washington.
Muy pronto el canciller Ivanov y el embajador de Estados Unidos, Alexander Vershbow, como si se hubieran puesto de acuerdo, coincidieron en destacar la importancia que cada país atribuye al otro y su convencimiento de que la crisis de Irak no afectará la totalidad de los vínculos entre ambos países, más allá del daño inevitable en algunas áreas, pero menor al que hubiera causado un veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU.
"No hay duda de que tenemos serias discrepancias, pero también es cierto que en otras épocas fuimos capaces de superarlas y confío en que ahora igualmente lo lograremos", afirmó el diplomático estadunidense a una emisora local, en la primera entrevista que concedió a un medio ruso después de conocerse el mensaje de Putin.
El jefe de la diplomacia rusa, Igor Ivanov, devolvió el gesto conciliatorio al enfatizar que Rusia y Estados Unidos "somos socios y debemos encontrar la forma de cooperar para resolver la situación en torno a Irak".
Dijo Ivanov que Moscú y Washington deben ponerse de acuerdo en que la mejor opción es un arreglo político para Irak, ya que si esta guerra ahonda la división será más difícil enfrentar las "amenazas comunes".
La Duma, dividida
En el mismo tenor, por medio de las fracciones parlamentarias que controla en la Duma, el Kremlin respaldó un proyecto de declaración sobre la guerra de Irak mucho más moderado que el borrador de la oposición.
La diferencia salta a la vista desde el título mismo. Mientras el documento propuesto por la bancada comunista se denomina "Acerca de la agresión de Estados Unidos y sus aliados contra Irak", la variante oficialista sustituye "agresión" por "acciones militares".
Son dos textos completamente distintos, pero las verdaderas divergencias se dan en la formulación de las recomendaciones al gobierno, que aun sin tener carácter vinculante son muy reveladoras de hasta dónde está dispuesto a llegar el Kremlin en su confrontación con la Casa Blanca.
La oposición propone siete puntos que van de "la más enérgica condena de esta agresión" a la toma de decisiones que equivaldrían a involucrar a Rusia en el conflicto bélico, como sería "salir de inmediato del régimen de sanciones de la ONU a Irak y proporcionar a este país ayuda para fortalecer su capacidad de defensa, suministrándole modernos sistemas de armas, en primer lugar complejos de misiles de defensa antiaérea".
El resto son medidas para significar el rechazo a Estados Unidos, entre las cuales figuran revertir el proceso de ratificación de los acuerdos de desarme nuclear, boicotear la importación de productos estadunidenses y hasta prohibir que la televisión local pase películas de ese país.
El documento auspiciado por el Kremlin no recoge ninguno de los puntos del otro borrador y, tras dejar constancia de que la Duma apoya los esfuerzos de la dirigencia rusa para propiciar un arreglo político en Irak, pide al presidente Putin que convoque un periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU para debatir la agresión de Estados Unidos y sus aliados contra un Estado soberano, miembro del organismo internacional.
La sesión de la Duma, que volvió a tener como rasgo principal la descalificación recíproca de los diputados, terminó hoy sin que la Cámara pudiera aprobar un documento sobre el ataque contra Irak.
Los legisladores lo intentarán de nuevo este viernes, pero el borrador moderado de los grupos oficialistas servirá de base al conseguir más apoyo que la variante de la oposición, ya descartada en una votación preliminar.
Musulmanes se solidarizan con el pueblo iraquí
China, India y Pakistán condenan el ataque; Japón y Filipinas lo respaldan
DPA, AFP Y REUTERS
Pekin, 20 de marzo. Importantes países de Asia condenaron hoy la agresión lanzada por Estados Unidos sobre Irak, entre los que destacan China, India y Pakistán, mientras que Japón y Filipinas expresaron su respaldo a la ofensiva.
China, el único miembro permanente asiático del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), condenó "enérgicamente" el ataque estadunidense, al que calificó de "violación a la Carta de la ONU", y exigió el fin inmediato de las acciones militares y situar el problema en "el camino correcto para una solución pacífica".
En contraste, el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, expresó que daba su "apoyo al comienzo del uso de la fuerza por parte de Estados Unidos". En térmimos similares se manifestó la presidenta de Filipinas, Gloria Mecapagal Arroyo.
En cambio, otras condenas provinieron de India, que señaló que "esto tendrá repercusiones negativas en el mundo entero", mientras que Pakistán al condenar el ataque dijo no formar parte de los 35 países que Estados Unidos dice que lo acompañan en esta invasión.
Malasia señaló que el ataque es "una marca negra en la historia" y no respeta la ley internacional, la humanidad y la justicia universal. También grupos musulmanes de Indonesia se solidarizaron con el pueblo iraquí, mientras que musulmanes tailandeses advirtieron que Estados Unidos se ha atraído más enemigos que nunca.