El productor general de la 75 entrega de los Oscares, Gil Gates, dijo que ante los preparativos para una guerra, muchos invitados a la ceremonia se habrían sentido "incómodos" en el desfile de alfombra roja, que habitualmente está cargado de glamur.

En el caso de que antes del domingo haya comenzado la guerra, la ceremonia tendrá en cuenta la situación, dijo Gates. El presidente de la Academia, Frank Pierson, esperará el desarrollo de los acontecimentos y comunicará el viernes nuevas decisiones en relación con la entrega.

Seis días antes de la ceremonia ya fueron cerradas al tráfico las calles en torno al teatro Kodak, de Hollywood Boulevard, y los peatones son revisados con detectores de metales.

Las manifestaciones contra la guerra, previstas para el domingo, no podrán acercarse a las inmediaciones del recinto por motivos de seguridad; el espacio aéreo sobre Hollywood será cortado al tráfico la tarde del domingo.

La noche de la entrega de los premios Oscar es el momento más importante del año para la industria cinematográfica en Hollywood y uno de los acontecimientos televisivos más vistos en todo el mundo. El año pasado siguieron la ceremonia unos 42 millones de estadunidenses.