VIENTOS DE GUERRA

Sentó un precedente histórico el movimiento mundial antibélico, exponen analistas

Destacan la inusitada resistencia pacifista

El inminente ataque contra Irak no significa que esté derrotada la causa por la paz, opinan

CAROLINA GOMEZ MENA

Pese a que todo apunta a que la agresión contra Irak no puede ser frenada, el movimiento pacifista mundial no está derrotado y, por el contrario, sentó un "precedente histórico" de resistencia ante los afanes belicistas al no dejar lugar a dudas de que "hoy el enemigo número uno del mundo, de la paz, de la democracia y de los derechos humanos es Estados Unidos".

Lo anterior fue manifestado durante un foro sobre el nuevo movimiento pacifista contra la guerra de Bush, organizado por La Jornada y la Casa Lamm, en el cual participaron Miguel Alvarez, director de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz); Luis Hernández Navarro, coordinador de opinión de este diario; Gilberto López y Rivas, delegado en Tlalpan, y Juan Bañuelos, poeta chiapaneco.

En relación con el ultimátum lanzado por el presidente estadunidense, George W. Bush, López y Rivas manifestó que con esa actitud está reconociendo implícitamente que su "administración y sus aliados no pudieron demostrar en el terreno ideológico y político la presunta legalidad y el afán democratizador de su guerra", con lo que quedó de manifiesto que la labor del movimiento pacifista rindió frutos.

Alvarez admitió a su vez que las movilizaciones que realizó la sociedad civil contra la guerra "no han logrado detenerla", lo cual, dijo, "no implica que esté derrotada la causa de la paz". Agregó que la actual situación obliga al movimiento a dar "un salto para que no sólo impere la lógica de detener la agresión; ahora se trata de construir una paz que no es sinónimo de volver a la situación anterior, sino una que implique cambios mundiales que impidan una nueva legitimación de las pretensiones imperiales de Estados Unidos".

Según los ponentes, Washington se ha convertido en el "obstáculo principal" para el bienestar de la humanidad y plantearon el desafío de que la paz no sólo sea concebida como la ausencia de guerra, sino como la "necesidad de construir otro mundo", en el cual la democracia deba ser replanteada.

A su vez, el periodista Luis Hernández Navarro hizo un recuento de las acciones que la sociedad ha desplegado contra la invasión de Irak, en especial las que se llevaron a cabo desde febrero, y resaltó que por primera vez una guerra levantó el repudio mundial no sólo con movilizaciones y protestas callejeras, sino también con mensajes cibernéticos, recolección de firmas e intentos de detener el traslado del material bélico a Medio Oriente.

También hizo hincapié en la diversidad de credos y orientaciones políticas que logró el movimiento, pues en sus filas participaron todo tipo de iglesias, gobiernos de diferentes tendencias -incluso aquellos que no se han destacado por ser pacifistas-, así como población de todos los sectores. Por ello, calificó a este movimiento de "inusitado" y sostuvo que hasta ahora es la máxima expresión de lo que puede ser la "desobediencia civil" cuando se lucha contra una causa injustificada.

Para Bañuelos la actitud que ha tomado Bush lo coloca como "el dictador más grande de la humanidad" y resaltó que México debe estar atento porque lo tiene "como vecino". Agregó que el gobierno estadunidense afirma que su acción apunta a dar tranquilidad al mundo pero lo cierto es que está poniendo en "peligro el género humano, la economía, los empleos", y a escala local arriesga el futuro del campo nacional, por lo cual enfatizó que para todos lograr la paz debe ser una "necesidad".

El delegado en Tlalpan, en entrevista posterior al acto, sostuvo que la determinación unilateral de Bush, además de ser "lamentable", es una demostración "palpable de que a Estados Unidos le importa un bledo la ONU y el derecho de los pueblos", y consideró que las naciones del mundo deben entrar en un periodo de "resistencia de largo plazo". Expuso que el movimiento pacifista "no está derrotado, sino que entra en una fase distinta".

De igual forma, planteó que la decisión de Washington confirma que "esta guerra Bush la tenía decidida desde hace mucho tiempo y sólo esperaba el momento adecuado para llevarla a cabo".

En opinión de Alvarez el movimiento por la paz provocará que esta vez los promotores de la guerra sí experimenten las consecuencias políticas de sus actos, y señaló que aunque Bush aparentemente "ganó este primer round", la factura de su acción le será pasada con creces no sólo por su pueblo, sino por el resto de la humanidad, pues "el desprestigio hará sucumbir, además de su política guerrerista, a su administración".