VIENTOS DE GUERRA
"Sarcasmo, hablar de apoyo humanitario": PSOE
España no participará militarmente en la guerra, reitera José María Aznar
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 18 de marzo. El presidente del gobierno español, José María Aznar, anunció hoy que su país no participará militarmente en caso de que se produzca una guerra en Irak, en la que sólo intervendrá en misiones de ayuda humanitaria, en una comparecencia ante el Congreso de los Diputados caracterizada por críticas y gritos de "no a la guerra" y una petición de dimisión al Ejecutivo por parte de Izquierda Unida (IU).
Aznar ratificó su apoyo a la estrategia belicista del presidente estadunidense, George W. Bush, en Irak, y anunció que dará soporte logístico al operativo, con 900 efectivos y tres buques de guerra, como parte de los tratados bilaterales de defensa que se traducen en dar vía libre al uso de las bases militares de Rota y Morón de la Frontera.
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que es un sarcasmo hablar de apoyo humanitario, y preguntó a Aznar "por qué en vez de reconstruir y debilitar no detienen la destrucción y evitan la guerra".
Asimismo, lo acusó de haber "fracasado" en su estrategia belicista, al señalar que lo único que provocó fue la modificación integral de la tradicional política exterior española, de la que salieron mermadas las relaciones con los países de América Latina, Europa y las naciones árabes.
También acusó a Aznar de haber "mentido" al Parlamento al reiterar en sesiones precedentes que estaba "trabajando por la paz, el consenso y la seguridad", al tiempo que reiteró la dignidad con que los gobiernos de Chile y México actuaron frente a la crisis iraquí, a pesar de las dificultades y presiones a las que fueron sometidos.
Pero los diputados del Partido Popular (PP) increparon al líder socialista, incluso una parlamentaria desplegó un cartel en el que se leían las siglas GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación, formación paramilitar financiada por el Estado durante el gobierno del socialista Felipe González, que llevó a cabo la guerra sucia contra ETA en los años 80).
Gaspar Llamazares, líder de IU, criticó a Aznar por aliarse con la "extrema derecha" estadunidense para hacer una "guerra por petróleo", lo que a su juicio le sitúa al margen de la legalidad internacional y nacional, y exigió entonces la dimisión de Aznar. Los voceros del Grupo Mixto acusaron al PP y al gobierno español de ser "responsables directos de la matanza que se avecina y del exterminio de un pueblo que será arrasado a sangre y fuego".
Aznar estuvo prácticamente solo en su defensa del ataque a Irak, si bien esto no significó que variara su discurso, al insistir en que la guerra está justificada y sustentada "jurídicamente" en la resolución 1441 del Consejo de Seguridad.
A pesar de que prácticamente todas las formaciones de oposición exigieron respuestas concretas de "por qué embarca a este país en una guerra al margen de la legalidad internacional" y lo acusaron de "mentir" de forma reiterada ante el Parlamento y la opinión pública, Aznar respondió con descalificaciones a todos los voceros de los grupos parlamentarios.
Acusó a la oposición de "escudarse detrás de una pancarta", en referencia a las recientes manifestaciones contra la guerra. Durante la sesión informó sobre la cumbre de las Azores, celebrada el domingo anterior, en la que además del propio Aznar, participaron Bush y el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair.
Tras su informe, los diputados de IU y el Grupo Mixto -integrado por nacionalistas catalanes, gallegos, vascos y aragoneses- desplegaron una pancarta en la que se leía "no a la guerra. Aznar dimisión".
Posteriormente, un grupo de invitados a la sesión lanzó un fuerte grito de "viva Francia", lo que provocó el enojo de Aznar y de la presidenta del Congreso, quien ordenó el desalojo de los ciudadanos.