Presentan en Bellas Artes su nuevo libro titulado
Escritura y secreto
Luisa Valenzuela asume la literatura como ''un acto
de prestidigitación''
Difícil, trabajar con la información directa;
eso lo hacen mejor los periodistas, señala
RENATO RAVELO
No hay literatura sin secreto, asegura la escritora Luisa
Valenzuela, ''es un acto de prestidigitación. Meter la mano en la
galera (chistera) y no saber qué vamos a sacar, porque en la misma
no metimos nada, un día metimos un diente del conejo, otro día
una pierna y también hay un monstruo que puede comer la mano".
Autora
de Novela negra con argentinos, este miércoles presentará
en la sala Adamo Boari de Bellas Artes, con Gonzalo Celorio, Ines Saénz
y Roberto Domínguez, su más reciente libro, Escritura
y secreto, que recupera la cátedra Alfonso Reyes que impartió
en el Tecnológico de Monterrey.
-¿Ve la literatura como una forma de sabiduría,
o de ignorancia?
-Como una forma de indagación, una manera de aceptación
de la ignorancia. Es una construcción de sentido más que
un descubrimiento del saber. Un descubrimiento de vías de conocimiento,
una vía más, pero buena. Si bien creo que también
se escribe con el cuerpo, la literatura involucra nuestra manera más
simple y más directa de simbolizar el mundo. Las cosas cuando no
tienen nombre no existen.
-¿Como un sustituto del tiempo?
-Un disfraz, porque la literatura es tiempo.
-¿En qué trabaja ahora?
-Precisamente hablando de tiempo, trabajo en una novela,
Mañana, desde hace mucho. La tuve que dejar por este libro
y otro que acaba de salir, Los deseos oscuros y los otros. Tuve
que aplazar Mañana (risas), sucedía en 2005 y ahora
pasó a 2007. Suceden tantas cosas que quiero reflejar, la crisis
mundial sin despejar, la situación argentina. Tengo que experimentar
la avalancha de información. Cuando se hace literatura se encuentra
la metáfora para que cada lector pueda develar su propia incógnita.
Es muy difícil trabajar con la información directa, eso lo
hacen bien los periodistas. Quiero encontrar las palabras para poder dibujar
algo que no entiendo.
Hilos dispersos
-Un libro como éstos, que surge de la reflexión,
¿produce iguales satisfacciones que la novela?
-No es menor la satisfacción, es distinta. Cuando
uno escribe la novela hay una parte que reflexiona sobre la magia de sentarse
a dejar que esa historia se genere. Es un acto de prestidigitación.
Meter la mano en la galera (chistera) y no saber qué vamos a sacar,
porque en la misma no metimos nada, un día metimos un diente del
conejo, otro día una pierna y también hay un monstruo que
puede comer la mano. Este no es un libro que hice para la cátedra.
Se generó al significar los hilos dispersos de mis 14 libros. Lo
cierto es que es una parte de mí que me sorprende. Me siento sentada
en otro lugar, que sin embargo no es ajeno. Me impresiona que es un fruto
de madurez, aunque yo no me siento madura ni lo quiero ser.