José Blanco
Nuestros intereses
La suerte está echada. Bush y aliados, sintomática y simbólicamente aislados en una isla perdida a medio Atlántico, lanzaron despóticamente un ultimátum a la ONU y a Irak. Han emplazado a la comunidad internacional a sumarse a su última iniciativa. La amenaza intimidante se hizo a sabiendas de que en el Consejo de Seguridad o no alcanzarían la mayoría necesaria o, de alcanzarse, toparían con el veto de Francia y acaso de Rusia. Por su parte, estos dos países habían convocado a una reunión ministerial en el Consejo de Seguridad, para hoy martes. Seguramente no tendrá lugar. Estados Unidos aplastará a Irak al margen del Consejo, es decir, al margen de la legalidad.
La resolución 1441 de noviembre pasado excluía cualquier recurso automático de fuerza. Esa resolución dice que Irak enfrentaría "graves consecuencias" si en 30 días no se había desarmado. Pero según Bush y aliados la 1441 ya los autorizó a destrozar a Irak. Después lo reconstruiremos como nos venga en gana. De otra parte, los inspectores de Unmovic, a quienes el Consejo dotó de los poderes necesarios para realizar su trabajo, habían dicho que la inspección y el desarme demandaban mayor tiempo. Bush hizo a un lado a la Unmovic y al mundo y desbaratará a Irak.
Una guerra es legal, según el marco de ley de la ONU, en una de dos situaciones: 1) cuando un país se ve obligado a entrar en ella en defensa propia debido al ataque de otro(s) país(es); y 2) cuando exista aprobación del Consejo de Seguridad para realizar una acción bélica en contra de un tercero. Bush desatará una guerra ilegal -una más-, y el dictador Hussein hará una guerra legal porque se verá orillado a defenderse del ataque estadunidense.
El grupo de "los seis": México, Chile, Angola, Pakistán, Camerún y Guinea se enfrentó súbitamente a una peculiar situación: Estados Unidos no presentó su decisión al Consejo de Seguridad porque sabía que no obtendría la aprobación que ha estado exigiendo. La responsabilidad de que Estados Unidos vaya a actuar al margen del Consejo, este país puede atribuirla a "los seis" acaso con igual fuerza que a Francia, Rusia, China, Alemania y Siria, que desde el principio dijeron no. De haber contado con una mayoría, Estados Unidos habría podido presentar el veto de Francia como una necedad frente a la mayoría.
Chile estaba a punto de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, cuando este país abrió la coyuntura de guerra contra Irak. Es imposible exagerar la importancia de este tratado para Chile. No obstante, ha estado viendo más lejos y parecía estar dispuesto a afrontar en el corto plazo un costo que sería mucho más alto bajo las condiciones de un imperio que decide lo que se le viene en gana al margen de la ley, incluida la matanza de cualquier población. La defensa del orden legal internacional es la defensa de los intereses propios.
México parecía haber entrado en ruta -seguramente de muchos años- hacia un acuerdo migratorio, decisivo para el futuro del país, pero también necesario y estratégico para Estados Unidos en el marco de una globalización que le exige al imperio formas de integración regional mucho más profundas, especialmente frente al desarrollo impetuoso del mundo asiático oriental (particularmente China). Bajo el gobierno de Bush el acuerdo migratorio quedará en suspenso.
Formas de integración más profundas son necesarias para el desarrollo de México, en el mundo globalizado actual. Pero nuestro país debe entrar en ellas en condiciones de negociación vigorosas y firmes, obteniendo las máximas ventajas para nuestro futuro. Los intereses estratégicos de México están por encima de la coyuntura salvaje abierta por Bush. Para México el costo mayor consiste en aceptar lo que el imperio ordene, peor aun fuera de la legalidad internacional. Habrá costos en el corto plazo, pero no se comparan con una posición de docilidad irrestricta en el proceso de integración futura con Estados Unidos. Por lo pronto, México será visto como un país no aliado en la masacre de Irak, asunto crucial para los intereses del gobierno de Bush.
A diferencia de Estados Unidos, México no puede defender sus intereses estratégicos, ni los de corto plazo, sumándose a la matanza de la población civil de ninguna sociedad. Este mismo límite tiene un día que ser puesto por la comunidad mundial a Estados Unidos.
Prácticamente todos los análisis coinciden en que, al ritmo de crecimiento actual, especialmente de China, el mundo asiático de oriente está llamado a convertirse en la región económicamente dominante durante el siglo xxi. Ahora podemos decir que eso está por verse. Estados Unidos hará todo para que ello no ocurra, incluidas las acciones bélicas que le vengan en gana. El resto del mundo tiene que ubicar a Estados Unidos en un espacio de negociación de los intereses de todos. La estructura del poder a escala mundial entró hoy, sin retorno, en una nueva fase histórica.