ENTREVISTA /ENRIQUE
SEMO, SECRETARIO DE CULTURA DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL
El 85% de los capitalinos, sin acceso a actos culturales
ECONOMICOS Y DE EDUCACION, PRINCIPALES FRENOS A LA
DIFUSION, DICE
Desde que llegamos al gobierno del df nos planteamos
la pregunta: ¿cuál debe ser la política cultural de
un gobierno de izquierda? consideramos que esta debería estar orientada
a abordar una de las grandes deficiencias de la capital: el problema de
los contrastes
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Ochenta y cinco por ciento de los habitantes de la ciudad
de México no tienen acceso a las actividades culturales y artísticas
de carácter privado. Las razones son tres, fundamentalmente: la
situación económica que enfrenta esa gente, la concentración
de foros y actos en dos zonas de esta capital, y la falta de una iniciación
a la cultura a temprana edad.
Esta es la percepción del secretario de Cultura
del Gobierno del Distrito Federal, Enrique Semo Calev, quien detalla las
políticas que en esta materia impulsa la administración capitalina
para hacerle frente a ese panorama con acciones que están enfocadas
a lograr una "democratización de la cultura", una "equidad cultural"
y quitarle esa "aureola de los entendidos al gran arte".
En
entrevista con La Jornada, el funcionario precisa, de entrada, que
la consolidación de una política cultural es uno de los aspectos
más difíciles de la política y esto se da no sólo
en México, o en esta capital, sino también en países
desarrollados, como Francia o Alemania.
"Desde que nosotros llegamos al gobierno de esta ciudad
nos planteamos la pregunta: ¿cuál debe ser la política
cultural de un gobierno de izquierda? Y consideramos que ésta debería
estar orientada a abordar una de las grandes deficiencias de la capital,
que es el problema lacerante de los contrastes."
Así, por ejemplo, tender al equilibrio entre una
oferta cultural de calidad, de gran metrópoli, similar a la de otras
grandes ciudades y hacerla llegar al grueso de la población, a los
lugares más apartados de esta ciudad, pues hay 85 por ciento de
capitalinos que están imposibilitados de asistir a las actividades
culturales y artísticas que genera la ciudad.
Semo Calev ubica ahí tres causas: la económica,
que muchas veces impide que una familia pueda pagar una entrada al cine
de 35 pesos por persona, y ni hablar de otro tipo de actos que se presentan
en grandes foros como el Auditorio Nacional o el teatro Metropólitan.
La geográfica, es decir, que en la zona centro y sur del Distrito
Federal se concentran muchas actividades culturales y artísticas,
lo que implica un obstáculo más para la gente que vive lejos
de ahí. "Esta distribución de la cultura era la adecuada
para los años 40 o 50, pero hoy la hace prohibitiva para la mayoría
de la población".
Por último, señala la falta de una iniciación
cultural desde temprana edad. "En las escuelas no se adentra a los niños
en lo que es la danza moderna, la música clásica, el teatro,
porque de lo contrario la Orquesta Filarmónica o el buen teatro
se podrían llevar, por ejemplo, a Iztapalapa, con una amplia participación
de la gente, y se les podría explicar lo que es una orquesta o la
música clásica. Se les mostraría que la filarmónica
no sólo toca a Bach, sino también música mexicana".
Para Enrique Semo uno de los principales retos de la política
cultural de este gobierno de izquierda es llevar el gran arte, los actos
importantes, al gran público, de manera que se incremente cada vez
más el número de asistentes, lo mismo a un recital de poesía
que al cine de arte.
Al referirse al término de "equidad cultural",
el secretario de Cultura precisa que significa que las diversas expresiones
artísticas tengan una igualdad en cuanto a calidad. "Para nosotros,
un buen jazz o un buen rock es igual a la música clásica,
y no creemos que una tenga que ser inferior". Y es que, acota Semo Calev,
se piensa que sólo la música sinfónica es gran arte,
pero de igual forma lo pueden ser el jazz o el rock.
Democratizar la cultura
Durante la entrevista, realizada en sus oficinas de la
colonia Chimalistac, el responsable de cultura en el DF precisa que bajo
la lógica de "democratizar la cultura" ésta se ha puesto
al alcance del grueso de la población, y de manera gratuita, toda
la infraestructura que tiene la secretaría a su cargo, destacando
la Orquesta Típica, las nueve orquestas juveniles, los cuartetos
de aliento y metales (que han obtenido premios en el extranjero), los dos
coros y las bandas, mismas que se llevan a zonas marginadas de la ciudad.
Añade que en este contexto es que se estableció
la Feria del Libro en el Zócalo capitalino, que gracias a las actividades
teatrales, películas y presentaciones de libros está adquiriendo
cada vez mayor resonancia, a grado tal que en su segunda edición
la visitaron 900 mil personas en nueve días.
Otra de las acciones que se promueven es la llamada Arte
por todas partes, que con el apoyo de artistas de todos los géneros
realiza actividades en reclusorios, plazas públicas, casas de la
cultura, hospitales, entre otros lugares. Cita aquella anécdota
de cuando llevaron un cuentacuentos a un reclusorio. "Decían que
no iba a tener caso, que qué tanto iba a importar y ahora ya nos
llegan solicitudes de los reclusorios para enviarles cuentacuentos".
Un programa más es Arte al aire libre, y que son
los grandes conciertos en varios puntos del DF pero principalmente en el
Zócalo. A la par, agrega, se realizan actos por el Día de
la Mujer, el Día del Niño, el mes dedicado al Lago de
los Cisnes -donde el costo para ver esa obra es de 30 pesos-, la exposición
La Tierra vista desde el cielo -que se estima la vieron 10 millones de
personas- o las celebraciones por el 6 de julio.
Para Enrique Semo una de las características de
la política cultural de este gobierno, "de la que no nos avergonzamos",
es la de fundir cultura y política. "Se dice que estos dos campos
no se deben mezclar, pero yo creo que sí, aunque con su respectiva
autonomía y distancia. Yo creo que ningún artista es apolítico
ni un movimiento político puede prescindir de un movimiento cultural".
Este tema, reconoce el secretario, es complejo y polémico,
pero "hay que asumirlo públicamente, porque de otra manera es simple
hipocresía. Por eso digo que nosotros estamos por una cultura democrática",
la cual está en un segundo nivel de prioridades del Gobierno del
DF, después de los programas sociales para la gente de menores recursos.
Finalmente, el secretario de Cultura se refiere a la cuestión
presupuestal y a las supuestas anomalías en esta institución.
Del primer asunto, asegura que a pesar de que la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal aprobó para 2003 un presupuesto menor al de un
año antes, "éste todavía no es definitivo y podría
incrementarse de manera significativa". Con todo y ello no se han visto
afectados los programas.
A cerca de las supuestas anomalías, explica que
se heredaron problemas de administración y contabilidad que están
subsanándose con la contratación de despachos externos que
han ayudado a atender las observaciones hechas por la Contaduría
Mayor de Hacienda de la ALDF, derivadas de las auditorías aplicadas.
De Raquel Bessudo, ex responsable, entre otras cosas,
de programar los actos en el Zócalo, dice que se le contrató
a finales de 2001 "por sus amplias conexiones en el medio de los patrocinadores
y de los amigos adinerados de las artes y la cultura", y que dejó
el cargo en 2002 "por razones personales", pero hasta ahora "no se ha comprobado
ninguna anomalía de su parte ni se le está investigando",
aseguró.