Asunto muy complicado, no queremos represión ni enfrentamientos en la zona, dice
Pide Monreal a Creel pronta solución al conflicto en Bernalejo, Zacatecas
Incertidumbre ante reunión del titular de Gobernación con el gobernador de Durango
ALONSO URRUTIA Y ALFREDO VALADEZ REPORTERO Y CORRESPONSAL
Al reunirse con el titular de la Secretaría de Gobernación, Santiago Creel Miranda, para discutir el problema de Bernalejo de la Sierra, el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Avila, demandó una pronta solución al conflicto, que calificó de "muy delicado". Sin embargo, no pidió que haya represión contra nadie pero sí que exista apego a la ley en la alternativa que se ofrezca.
Monreal acudió a las oficinas de Bucareli para tratar el conflicto de tierras entre indígenas de Durango y ejidatarios de Bernalejo, Zacatecas, quienes se disputan más de cinco mil hectáreas. Creel acordó con el gobernador de extracción perredista una reunión conjunta con el mandatario de Durango, Angel Sergio Guerrero Mier, que se efectuaría en el transcurso de la tarde de este martes.
A diferencia de lo que dijo la víspera sobre la reticencia de Gobernación a negociar, esta vez Monreal salió del encuentro señalando que hay el mejor ánimo para alcanzar una solución. Estamos preocupados porque no haya enfrentamientos que provoquen hechos de sangre en este lugar y que se trata de un hecho que está resuelto por la autoridad agraria, que resolvió anular el decreto expropiatorio del ex presidente Ernesto Zedillo y otorgar las tierras a los ejidatarios de Bernalejo de la Sierra, dijo.
Monreal señaló que el asunto es muy complicado pues es un conflicto entre campesinos pobres y comuneros, aunque en este caso los ejidatarios están aún más pobres porque sólo cuentan con esas cinco mil hectáreas.
-ƑPidieron la intervención de la Policía Federal Preventiva?
-La Secretaría de Gobernación habrá de asumir su propia responsabilidad, pero estamos en el proceso de diálogo en este momento y de buscar soluciones conjuntas con el gobierno de Durango.
Añadió que su gobierno ha propuesto que los tepehuanos permitan la apertura de caminos para llevar alimentos a los ejidatarios de Bernalejo, que son 60 familias, "pero están copados y obstaculizados todos los caminos; sólo dejan pasar a gente de Durango y a todos los de Zacatecas no los dejan pasar aunque sea su territorio".
Urgen medidas cautelares: CNDH
De su lado, la cuarta visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó al gobierno federal "tomar medidas cautelares" para evitar cualquier enfrentamiento violento en la región, entre ellas "que intervenga el Ejército Mexicano o la Policía Federal Preventiva y que sean garantizadas la tranquilidad y la vigencia plena del derecho".
Durante un recorrido por la zona en conflicto se observó que los policías ministeriales de Durango recorren en sus camionetas, con sus pistolas de cargo amartilladas, el tramo de terracería incomunicado entre Canoas y Pajaritos.
Les preocupa que 80 policías judiciales de Zacatecas estén a sólo 40 kilómetros del lugar, listos para subir "en cualquier momento", a tratar de romper el cerco que los indígenas mantienen desde hace cuatro días en el lugar, impidiendo la entrada y salida de civiles y agentes.
Mientras, los 20 elementos de la Policía Estatal Preventiva zacatecana, cercados por los tepehuanos en Bernalejo y Pajaritos, comienzan a desesperarse. Este martes informaron que aunque aún tienen víveres, la gasolina para sus camionetas se está agotando. Ante la eventual incursión y desalojo de los indígenas, no tendrían combustible para evacuar rápidamente y con seguridad a los 260 campesinos y sus familias que se encuentran pertrechados en sus casas desde hace cuatro días.
Los policías de ambas entidades poseen armas largas "para mayor seguridad". Algunos llevan chalecos antibalas.
En la escuela primaria Francisco I. Madero y la telesecundaria del mismo nombre, en Pajaritos, no hay clases desde ayer lunes para los 50 niños del lugar. Los maestros rurales están en la localidad de San Juan Capistrano, en el municipio zacatecano de Valparaíso, porque los indígenas no les permitieron pasar por el camino de terracería de Canoas.
A sólo quince minutos de Canoas, en la pedregosa pendiente de la montaña Pico del Aguila, un camión de tres toneladas llevaba un enorme y largo objeto: la cola blanco y rojo de una avioneta Cessna, desarmada. Rápido se perdió entre la montaña el camión con placas de Jalisco.
Y mientras indígenas, campesinos y policías de ambas entidades esperan los resultados que arrojará la reunión entre los gobernadores de Durango y Zacatecas con Santiago Creel Miranda, trascendió que la noche de este martes se suscitó un conato de violencia entre tepehuanos duranguenses y ejidatarios zacatecanos, "que no pasó a mayores", pero que motivó que el gobierno de Zacatecas desplazara a por lo menos 300 policías ministeriales más, que estarían llegando en la madrugada del miércoles a Bernalejo para disuadir a los tepehuanos de su intención de desalojar a los campesinos de sus viviendas en Pajaritos y Bernalejo.